La peligrosa moda de beber agua cruda; creer que las bayas de goji tienen superpoderes; pensar que los productos light no engordan o que nos intoxicaremos con el mercurio que contiene el pescado forman parte de algunos de los mitos de la alimentación que el investigador José Miguel Mulet intenta desarmar con argumentos científicos

Cada día tenemos acceso a un aluvión de información sobre alimentos y formas de alimentarnos. Pero no todo lo que nos llega es cierto, correcto o adecuado. Por eso, este profesor de biotecnología en la Universidad de Valencia, ha escrito el libro “¿Qué es comer sano?” (Ed. Destino) donde con 101 preguntas responde a las dudas más frecuentes y desmonta los mitos que, en muchos casos, se han instalado en la sociedad.
“Un consumidor informado es más difícil de engañar”, asegura en una entrevista con EFESalud, y por tanto “lo tiene más fácil para seguir una dieta equilibrada, hábitos de vida saludables y llevar un control de gasto doméstico” ya que, en su opinión, “comer sano no es más caro”.
Propone recurrir a productos frescos (verduras, frutas, pescados, legumbres…) frente a los envasados “con etiquetas o apellidos” como enriquecido, ecológico, sin conservantes, tradicional…”que son poco efectivos en la práctica”.
El investigador nos ofrece sus explicaciones sobre:
Falsas creencias sobre el agua
- Hay que beber 8 vasos de agua al día: Falso . “Tenemos que beber el agua que necesitemos, que puede ser más o puede ser menos que esos ocho vasos del mito. Hay que guiarnos por la sed que tengamos y tener en cuenta casos especiales”.
- Es más sano beber agua embotellada. Falso con excepciones. El agua corriente es segura, aunque hay gente a la que no le gusta el sabor. En determinados países es mejor beber embotellada. Otra cosa es la llamada agua cruda, la que brota directamente de la tierra, de manantiales y fuentes que puede estar contaminada y no se debe beber.
- Beber agua de mar previene enfermedades. Falso, ya que más bien puede ocasionarlas por su alta concentración de sales y por la concentración de microorganismos.

Calorías y azúcares
- Los productos light no engordan. Falso. La ley fija que se puede etiquetar un producto como light si contiene menos del 30% menos de calorías que el producto similar, pero eso no quiere decir que no engorde. El problema es que el consumidor crea que puede comer más porque no engorda.
- La miel es más sana que el azúcar. Falso. La miel es una solución acuosa concentrada de azúcares con cantidades mínimas de vitaminas y minerales. El efecto para la salud y para los michelines son similares tomando azúcar que miel.
- El sabor dulce nos atrae por cuestiones genéticas. Algo con sabor dulce era para nuestros antepasados indicación de un alimento rico en calorías y servía para almacenarlo en forma de grasa y tener reserva para el invierno. Ahora, la atracción por el dulce ha perdido su sentido evolutivo pero sigue estando ahí y la industria abusa de ello con el azúcar como ingrediente en la composición de muchos alimentos.
- El pan integral no engorda. Falso. Es una fuente de fibra pero no hay que olvidar que en su mayor parte sigue siendo harina, aunque engorde menos y aporte diferentes nutrientes.
Leche, un alimento válido
- Todos los adultos son intolerantes a la lactosa. Falso. Hay gente que con la edad pierde la capacidad digerir la lactosa y se convierte en intolerante y sufre molestias digestivas. Pero no todos. Y si se deja de tomar lactosa sin ser intolerante, se para la producción de esta enzima y, cuando se vuelve a tomar leche con lactosa, esta nos puede sentar mal.
- Leche cruda es mejor. Falso y muy peligroso. Le leche sin tratar es un un alimento muy inestable donde los microorganismos crecen con facilidad, por lo que debe pasar por procesos o tratamientos que acaben con ellos.
- Las leches vegetales son leches. Falso. En ningún caso una leche vegetal sustituye a la leche real en cuanto a propiedades nutricionales. La leche es un alimento completo y las alternativas, no.
Carne y pescado
- La carne roja es cancerígena. En el cáncer influyen diferentes factores, pero es aconsejable la moderación y no abusar de la carne roja.
- En las hamburguesas ponen más cosas además de la carne. La burger meat es un derivado cárnico que puede contener otros ingredientes y aditivos. Desde el punto de vista sanitario no supone ningún peligro, pero nutricionalmente no son de calidad.
- Comer pescado es tóxico por el mercurio que contiene. Verdadero en parte. El contenido de mercurio en el mar, en términos absolutos, es mínimo pero en los peces, a través del consumo de placton, se va acumulando. Respecto a la toxicidad, estudios poblaciones demuestran una mayor cantidad de mercurio en personas que consumen pescado que en los que no, pero no se han podido detectar correlaciones con peores niveles de salud.
- El pescado tiene anisakis: Cierto, pero evitable. El cocinado del pescado o la congelación durante 24 horas antes de ser servido evita los problemas gastrointestinales provocados por este parásito.

Los mitos más verdes
- La fruta es mejor tomarla antes de la comida: No es cierto que antes de comer la fruta se digiera mejor y engorde menos. La ventaja es que incrementa la saciedad y puede que comas menos.
- Un zumo detox elimina toxinas. Falso. Se trata de una dieta con poca base científica. Aunque en cualquier alimento o bebida hay moléculas tóxicas, tenemos un hígado y dos riñones que las elimina a través de la orina, un detox gratuito y no los zumos envasados que venden. En cualquier caso, siempre es mejor la fruta entera, con la fibra, que un zumo, aunque sea natural.
Los supermitos de moda
- Kale y brócoli, dos bombas de vitaminas y minerales. Cierto, son alimentos muy ricos. El kale tiene mucha fibra, pocas calorías y muchas vitaminas y minerales, pero su textura es rasposa y un sabor que no a todos gusta. El brócoli es al contrario, su sabor va parejo con su alto poder nutritivo.
- Las bayas de goji sirven para todo. Falso. Este mito nació con un aura mística asociada a la longevidad en el Tibet y con una gran proyección de mercado por sus, decían, propiedades casi mágicas. Pero sus cualidades son similares a las de cualquier otra baya o fruta del bosque.

Por lo tanto, “hay que vaciar la nevera de mitos y llenarla de alimentos sensatos. El problema es el exceso de información y la información alarmista”, concluye Mulet, autor del blog “Tomates con genes” y de otros libros como “Medicina sin engaños” o “Transgénicos sin miedo”.
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