Cuando oímos hablar de neurociencia pensamos en técnicas complicadas destinadas a los médicos, pero detrás de esa complejidad se encuentra la posibilidad de tratar el alzhéimer o evitar un ictus, gracias a la unión de tecnología y profesionalidad de centros como el Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD)

La complicación de la neurociencia se encuentran en la necesidad de formar equipos multidisciplinares, que combinan especialidades como la neurooncología, la neurocirugía o las unidades del dolor.
“La unión de estas prácticas se debe a que persiguen objetivos similares”, destaca el doctor Ventura Anciones, jefe del servicio de neurología de INEAMAD.
Los objetivos citados por el doctor Ventura se pueden resumir en uno sólo, que es la necesidad de dar solución a cualquier patología del paciente.
La neurociencia, parte importante de nuestras enfermedades
Resolver de forma individualizadala la patología de cada paciente pasa por comprender que el presente y el futuro de enfermedades tan extendidas en la sociedad como el párkinson, el alzhéimer y el ictus, se encuentran ligadas al desarrollo de la neurociencia.

Esta idea general se observa al analizar las principales causas por las que el paciente acude a la consulta de neurología, las cuales están íntimamente relacionadas con los síntomas de estas enfermedades:
- El 30% de los pacientes acuden por cefaleas.
- El 14% acusa problemas de equilibrio por vértigos, síncopes o problemas vasculares.
- La tercera causa es el deteriodo cognitivo.
- Los trastornos del sueño es la cuarta causa más común por la que el paciente visita la consulta.
“El ictus y el alzhéimer son los dos ejes que suscitan mayor preocupación en el mundo desarrollado”, apunta el doctor Anciones.
Para atajar estos problemas existen medidas como las puestas en práctica por INEAMAD mediante un servicio neurológico 24 horas o el conocido “código ictus”.
Este último servicio permite en menos de dos horas, que una persona con algún síntoma del ictus como la pérdida de movilidad o la visión, pueda ser examinado por el neurólogo y tratado con un fármaco trombolítico que elimine el coágulo.
Presente y futuro de la neurociencia
El recorte en investigación que ha sufrido España en los últimos tiempos no ha dañado la profesionalidad y el nivel asistencial de la neurociencia que, como señala Ventura Anciones “es lo que le interesa al paciente, que le resuelvan el problema con la máxima eficacia”.
Para ello es necesario que tecnología, excelencia profesional y atención al paciente se unan, no sólo en el día a día, sino sobre todo con respecto a los principales retos del futuro:
- Resolver las grandes degeneraciones del sistema nervioso como el párkinson o las demencias.
- Aumentar la eficacia en los tratamientos de las enfermedades inmunes.
“El cerebro es el 2% de la masa corporal pero necesita el 20% del oxígenos que consumimos”, afirma.
La importancia y la complejidad del cerebro en el funcionamiento de todo nuestro cuerpo hace que la solución a los desafíos de la neurociencia exijan de equipos multidisciplinares en el ámbito asistencial y de la combinación de tecnología y financiación en el campo de la investigación.
La neurociencia es tecnología
Dentro de los elementos que permitirán solventar los retos de la neurociencia, el doctor Anciones destaca el papel de la tecnología como base para el diagnóstico y el tratamiento del paciente.

Prueba de ello es la mejora de la terapia endovascular, que permite eliminar un trombo de forma rutinaria, o el desarrollo de técnicas quirúrgicas menos invasivas, de especial importancia para las tres principales patologías que requieren de una operación:
- Los tumores y sangrados cerebrales.
- Los traumatismos craneoencefálicos.
- Enfermedades de la columna como hernias de disco.
“En el cerebro, que no descansa nunca, se encuentra todo lo que uno es capaz de creer y de crear”, subraya.
Ser consciente de ello es el primer paso para prevenir cualquier complicación en el futuro, por lo que cuidar la tensión, evitar la vida sedentaria y el tabaco, y moderar el consumo de alcohol, es el punto de partida para que la neurociencia no pase de ser una teoría práctica a una práctica de la teoría.
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