¿Los enfermeros serán sustituido por robots? ¿Dejaremos de ir al hospital? Estas preguntas sobre el futuro de la sanidad surgen a raíz del impacto que las nuevas tecnologías e internet provocan en nuestras vidas y tras eliminar muchas de nuestras rutinas. También algunos aspectos de la asistencia sanitaria caminan hacia la extinción

La sanidad, ¿en peligro de extinción?
Hospital La Fe de Valencia. EFE/Manuel Bruque
  • 29 de abril, 2014
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

“Peligro de extinción” es precisamente el título del capítulo sobre la sanidad que ha escrito Lucien Engelen, director del Regional Acute Healthcare Network en el Radboud University Medical Centre en Nimega (Holanda). Se trata de uno de los 19 ensayos sobre cómo internet está cambiando nuestras vidas y que conforman el libro “C@mbio”, editado por BBVA.

Lucien Engelen, profesor también en la Singularity University FutureMed en Silicon Valley (California, EE.UU), ha sido uno de los expertos que, junto al presidente del BBVA, Francisco González, han presentado hoy en Madrid “C@mbio”,  que se encuentra a disposición pública en http://www.bbvaopenmind.com, una plataforma concebida como un espacio donde compartir el conocimiento para un futuro mejor.

En relación a la banca, el presidente del BBVA, Francisco González, cree que “el gran tsunami de cambios” está ya muy cerca. En su opinión, la industria financiera convencional se está convirtiendo en lo que denomina la industria BIT (banca, información y tecnología), “capaz de proporcionar más y mejores soluciones para la vida de las personas y el crecimiento económico”.

El presidente del BBVA, Francisco González, junto a Federico Casalengo y Lucien Engelen/Foto:BBVA

Por su parte, Lucien Engelen ha puesto el foco en la atención sanitaria que deberá reinventarse ante los actuales problemas económicos que sufre y la escasez de personal cualificado, además de contar con un perfil de paciente que defiende sus intereses y es cada vez más participativo gracias a la tecnología. Pero se muestra convencido de que seguiremos necesitando profesionales médicos, personas reales, con empatía real, que proporcionen cuidados de calidad.

En este contexto, Engelen analiza en el libro algunos de los aspectos sanitarios abocados a la extinción:

Localización y estancia en el hospital

La localización pierde importancia. Este experto propone crear una red basada en la colaboración gracias a las nuevas tecnologías y que mejore la gestión y la eficacia. “Podremos hacer el seguimiento de los pacientes en centros situados a la vuelta de la esquina e incluso en sus casas”, aunque para los procedimientos más especializados será necesario el desplazamiento.

Si los hospitales tienden a desaparecer, la duración de la estancia en estos centros también se acortará. Las estancias prolongadas para procedimientos rutinarios serán innecesarias, además de costosas, y se hará un seguimiento del paciente desde su casa por internet.

Profesionales sanitarios

La atención sanitaria va camino de ser más compleja de lo que ya es. Ello se debe a la legislación creciente y a los enormes recortes presupuestarios, apunta Lucian Engelen.

En su opinión, existen numerosos obstáculos a la educación médica y hay sobrecarga de información. Además, las tareas administrativas cada vez roban más tiempo a los sanitarios para dedicar al paciente. La tasa de empleo a tiempo parcial de los profesionales de la sanidad está aumentando y cada vez son más las labores que los médicos traspasan a enfermeros y asistentes.

El siguiente paso es delegar en los pacientes y en sus redes sociales. “En una o dos décadas los profesionales de la sanidad individuales e independientes serán minoría”, asegura.

Además, ser un buen médico ya no será suficiente. “El tratamiento médico se convierte en una experiencia, y la satisfacción del paciente con el mismo puede llegar a ser tan importante como la calidad de la medicina practicada”, apunta Engelen. El paciente busca información en internet sobre el profesional, la enfermedad y el tratamiento. Y puede comparar.

El paciente no está en medio

Para Engelen, el paciente no es un objeto alrededor del cual el profesional cumple con su trabajo, sino que debería ser un socio y participar en el cuidado de su salud y para ello hay que crear el sistema o las tecnologías necesarias.

Escuchar se convierte en la palabra clave ya que “el sentido del oído es algo que muchos sistemas sanitarios han dejado de usar”, se toman decisiones sin contar con los pacientes y sus necesidades. Propone que se cree un nuevo cargo: “el encargado de escuchar”, una persona que no sea sanitario.

La investigación a tres manos

La investigación médica ahora en manos de laboratorios e investigadores se abre a la participación de los pacientes gracias a las nuevas técnicas de comunicación como internet. “Los pacientes pasarán de ser objeto de estudio a sujeto activo, necesitamos enfrentarnos a las enfermedades en equipo”, señala el experto.

Asociación, evolución y regulación

Lucien Engelen defiende el poder de la asociación y la colaboración con innovadores de otros países para evolucionar, siendo internet también crucial en este campo. “Sin evolución, la extinción es cuestión de tiempo”, subraya. Sin embargo, ante avances que tardan poco tiempo en producirse, la ley tarda mucho en regularlos.

“Que las aplicaciones médicas estén certificadas mejorará la calidad, pero en mi opinión no basta. Estoy firmemente convencido de que la aplicación de estándares abiertos a, por ejemplo, el intercambio de información y la reutilización de aplicaciones ya existentes y probadas debería ser obligatoria por ley. En la industria del software hay intereses muy poderosos. Las compañías operan a la defensiva y no están de ningún modo dispuestas a franquear el acceso a sus sistemas y, por consiguiente, a facilitar la competencia”, señala Engelen.

Los datos

Historiales médicos, resultados de laboratorio u otras pruebas. Un cúmulo de datos que ahora se almacenan en sistemas cerrados y no conectados entre sí para poder interpretarlos en su conjunto.

Necesitamos trabajar en la creación de sistemas abiertos, transparentes, atractivos para el usuario y colaborativos, basados en estándares tecnológicos abiertos que promuevan activamente la interoperabilidad, defiende Engelen.