El verano es época de viajes y si planificamos hasta el último detalle, también se debe de tener en cuenta la alimentación cuando se trata de personas con diabetes. Unos cuidados extra evitarán contratiempos

Que la alimentación no limite los viajes de las personas con diabetes
EFE/Orlando Barría
  • 18 de agosto, 2016
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

Conocer el tipo de alimentación que nos vamos a encontrar en el lugar de destino, sobre todo si se trata de un país extranjero, es un aspecto fundamental a tener en cuenta, además de seguir el horario de las comidas y prever la duración de los desplazamientos.

“En los viajes, la adaptación a la alimentación de cada país es sumamente compleja pues se consumen productos diferentes a los habituales, cocinados de otras formas a las que se está acostumbrado y, todo ello, solamente durante unos pocos días”, advierte Serafín Murillo, asesor en nutrición y deporte de la Fundación para la Diabetes e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM).

La Fundación para la Diabetes ha elaborado las siguientes recomendaciones para la alimentación de las personas con esta enfermedad:

  • Información: En la fase previa al viaje es recomendable buscar toda la información necesaria sobre el tipo de cultura alimentaria existente en el país de destino. Por ejemplo, las personas que utilizan insulina rápida en cada comida pueden encontrar información sobre el contenido en raciones de hidratos de carbono de algunos alimentos más habituales en cada país.
  • Desplazamientos: Los horarios de los desplazamientos pueden modificarse de forma imprevista debido a retrasos o cambios de última hora, por lo que es aconsejable tener a mano suplementos que contengan hidratos de carbono, en forma de líquido o de alimento sólido, como barritas o un pequeño bocadillo, para evitar problemas en los controles de los aeropuertos.
  • Educación diabetológica: Una de las bases de la alimentación en el tratamiento de la diabetes es saber reconocer aquellos alimentos que contienen hidratos de carbono y poder diferenciarlos de aquellos otros que prácticamente no los contienen.
  • Raciones de hidratos de carbono: Las raciones de hidratos de carbono también pueden variar según cada país. En España una ración contiene 10 gramos de hidratos de carbono, mientras que en otros países como en Estados Unidos, México o gran parte de Latinoamérica contiene 15 gramos.

    El pan de centeno es de color oscuro, frente a los blancos de trigo duro. EFE/John Riley
    El pan de centeno es de color oscuro, frente a los blancos de trigo duro. EFE/John Riley
  • Etiquetado: Aprender a leer las etiquetas de los alimentos en otros idiomas es fundamental para poder identificar la palabra hidratos de carbono o carbohidrato en el idioma del país de destino.
  • Cantidad de hidratos de carbono: Es importante que la cantidad de hidratos de carbono sea similar a la que se toma de forma habitual. Con esto se consigue evitar desequilibrios en los niveles de glucemia.
  • Actividad física: En aquellas situaciones en las que se realiza más actividad física de lo habitual, como una ruta de senderismo o la visita a una gran ciudad con largas caminatas, se puede incluir una cantidad de hidratos de carbono algo mayor, preferentemente en forma de alimentos de bajo contenido calórico como frutas o pequeños bocadillos, evitando la bollería. En este caso, se recomienda aumentar el número de controles de glucemia para adaptar el aporte de hidratos de carbono según sea la actividad que se realice.
  • Distribución: Otra dificultad añadida es la forma en que cada cultura alimentaria mezcla o distribuye los alimentos, lo que puede dificultar su identificación. Por ejemplo, en algunos países no se reparten los alimentos en porciones individuales, sino que se come directamente de un plato o fuente principal. En otros lugares, se toman pequeñas porciones de muchos alimentos (al estilo de las tapas españolas), lo que dificulta el control de la cantidad consumida. Si es posible, es mejor seleccionar la cantidad de alimento que se va a tomar y colocarla en un plato, pues esto ayudará a reconocer y medir de forma visual la cantidad.
  • Precaución: Durante los viajes pueden llegar a tomarse alimentos contaminados, dando lugar a alteraciones gastrointestinales. Esto puede causar un fuerte desequilibrio en los niveles de glucemia, con un aumento del riesgo de hipoglucemia. Para evitarlo, es recomendable tomar agua preferentemente embotellada y evitar los alimentos crudos (ensaladas o frutas), pues podrían haber sido lavados con agua contaminada.

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