La Asociación Madrileña de Enfermería (AME) ha negado hoy que se estén realizando “controles continuos” al personal sanitario del Hospital Carlos III que ha atendido a Miguel Pajares, el sacerdote fallecido por ébola, y ha asegurado que lo único que hacen es tomarse la temperatura dos veces al día

El personal que atendió a Pajares niega que se le estén haciendo controles
El consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez. EFE/Paco Campos
  • 13 de agosto, 2014
  • MADRID/EFE

La portavoz de AME, Amelia Batanero, ha desmentido así, en declaraciones a Efe, las afirmaciones que hizo ayer, miércoles, el consejero de Sanidad, Javier Rodríguez, cuando aseguró que al personal sanitario que atendió a Pajares se le están realizando controles continuos para descartar que se hayan contagiado con el ébola y que todos han dado resultado “negativo”.

“Al personal no se le ha hecho ningún control analítico. Lo único que hacen ellos mismos es tomarse la temperatura dos veces al día”, ha afirmado Batanero, que considera “normal” que se realizaran análisis periódicos a los sanitarios que estén o hayan estado cerca de pacientes con una enfermedad de alto riesgo de contagio como el ébola.

El consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez, ha precisado hoy que al personal sanitario no ha sido sometido a pruebas pero está sujeto a un protocolo de seguridad del Hospital de La Paz que les recomienda revisar constantemente su temperatura.

En virtud de esta directiva, el personal médico, sanitario o no sanitario que estuvo cerca de Pajares, que tuvo contacto “no estrecho o de bajo riesgo” con el paciente, deberá tomarse la temperatura dos veces al día.

Según Sanidad, “todo” el personal que atendió al sacerdote que falleció víctima del virus del ébola, tuvo contacto “no estrecho o de bajo riesgo” al haber llevado siempre monos de protección y no haber tenido en ningún momento contacto físico con la persona enferma.

AME propone modificar los protocolos

Para la portavoz de AME sería aconsejable modificar los protocolos que se debe seguir en la atención de pacientes afectados por enfermedades infecciosas como el ébola.

Según Batanero, el personal que ha atendido a Miguel Pajares y el que atiende a la monja Juliana Bonoha -que por ahora no presenta síntomas de contagio de ébola- no siempre es el mismo porque se turna e incluso los hay “que se han ido de vacaciones sin hacerse pruebas analíticas”.

La portavoz ha recordado que AME viene denunciado que hasta el pasado mes de mayo, cuando ya se había producido la alerta por ébola, el Hospital de La Paz, del que depende el Carlos III, no proporcionó al personal el protocolo específico para atender esta enfermedad ni les dio por escrito instrucciones sobre lo que debían hacer si se presentaba algún caso.

Por eso, el personal de La Paz presentó denuncias en el mes de julio ante el juzgado y la Fiscalía afirmando que carecen de protocolos por escrito por parte del Hospital y que el único documento que manejan es el del Ministerio de Sanidad y porque “se han preocupado de buscarlo ellos mismos”, ha asegurado a Efe Batanero.

“Un protocolo guardado en un cajón no vale para nada; el personal debe saber lo que tiene que hacer cuando ocurre algo como esto, cómo tratar las muestras o qué personas no pueden realizar ese trabajo y eso no lo tenemos por escrito”, ha lamentado la portavoz antes de recordar que “la alerta continúa y pueden presentarse nuevos casos como el de Pajares en cualquier hospital madrileño”.

Las declaraciones del consejero

El consejo de Sanidad de Madrid apuntó ayer que todo el personal sanitario que ha intervenido en el tratamiento del paciente con ébola se someterá a controles periódicos durante las próximas “dos o tres semanas”, teniendo en cuenta que el proceso de incubación de la enfermedad dura 21 días.

El consejero descartó casi por completo que los sanitarios se hayan contagiado ya que han estado y están siempre “totalmente protegidos” en su trabajo con los pacientes, “como si estuvieran haciendo un viaje a la luna”.

Rodríguez recalcó, sin embargo, que el personal sanitario encargado de los religiosos seguirá sometido “durante dos o tres semanas a controles analíticos” para descartar que estén incubando el ébola, “pues -ha dicho- puede ocurrir que lo que es negativo mañana sea positivo” y que durante ese tiempo seguirán haciendo “su vida, completamente normal”, atendiendo otros enfermos.