En Navidad no es oro todo lo que reluce. A los regalos, la familia y la gastronomía se une una buena dosis de estrés y algunos riesgos para la salud. Para afrontar estas fiestas, hay que prepararse

Preparados para la Navidad
EFE/Kay Nietfeld
  • 20 de diciembre, 2012
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

Durante casi dos semanas, con días muy especiales, nos dedicamos al ritual de la celebración. Las Navidades no solo afectan a nuestro organismo, también nuestro estado de ánimo se altera.

“Todos podemos sentirnos optimistas y escépticos frente a la Navidad. Hay quien tiende más a una cosa que a la otra. No debemos sentirnos frustrados por no estar felices ni emocionados. Esa obligación de felicidad es irreal y perjudicial”, comenta el psicólogo clínico Enrique Chacón.

Su receta emocional es mantener viva la expectativa para conseguir un mejor resultado, y practicar “la aceptación frente a la frustración: si no sale bien, no te preocupes, quédate triste un rato que ya se te pasará”.

Reconoce que la Navidad es un periodo de emociones intensas donde podemos extraer lo positivo y vivir la oportunidad de romper con la rutina diaria. Las experiencias con los demás pueden ser más cercanas, “más de piel a piel”. Y si no es así, hay que tratar de verlo como algo normal, donde no es obligatorio ser feliz.

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EFE/Robin van Lonkhuijsen

Las personas deprimidas y que sufren soledad pueden verse especialmente afectadas por los mensajes de paz, amor y alegría. “Si sientes que tu vida no cumple esa expectativa, en Navidad te miras al espejo y puedes hundirte más”, afirma el especialista del Instituto Madrid de Psicología.

Aconseja que aquellas personas cuya relación con la familia sea mala, aprovechen las fiestas para celebrarlas con los amigos, “el familiar no siempre es la persona más cercana de tu vida”.

Cuidado con los excesos en la mesa

Y una de las formas más tradicionales de festejar la Navidad es comiendo y bebiendo. Y, a veces, los excesos se pagan. Para evitar las consecuencias es conveniente seguir los consejos de Susana del Pozo, directora de Análisis de la Fundación Española de la Nutrición.

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EFE/ Juan Carlos Hidalgo
  • Evitar los excesos, aunque variemos nuestra dieta al incluir platos diferentes a otras épocas. Si en lugar de tres platos, tomamos cinco, debemos comer porciones más pequeñas para que nuestra ingesta se ajuste a nuestras necesidades de energía.
  • Guarniciones equilibrantes: Las comidas ricas en proteínas y grasas pueden ir acompañadas de guarniciones de verduras tan tradicionales como la lombarda o hidratos de carbono para equilibrar.
  • Fruta entre horas: si el dulce es el postre estrella de la Navidad, se puede compensar con la ingesta de fruta a media mañana o a la merienda.
  • Aumentar la actividad física: caminar, pasear, si estamos de vacaciones y si trabajamos aprovechar para bajarnos una parada antes del transporte público o subir las escaleras. Pequeñas actividades que no nos llevan mucho tiempo pero sí nos ayudan a que el gasto energético sea un poco más elevado.

También las alergias alimentarias pueden aparecer más intensamente durante las Navidades, como alerta la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica ante la elección equivocada o imprudente de un menú.

Recomienda que los anfitriones tengan en cuenta a los invitados que sufran alguna alergia a la hora de preparar el menú y a los afectados les aconseja que pregunten sus dudas sobre la preparación de los platos, que eviten alimentos desencadenantes y que tengan siempre a mano un autoinyectador de adrenalina.

Más de 120 alimentos están identificados como potenciales desencadenantes de reacciones alérgicas. Entre los niños los causantes más frecuentes son: leche,huevos,cacahuetes y otros frutos secos, seguido de cereales (principalmente trigo), soja, pescados y mariscos. En el caso de los adultos, los más comunes son marisco, algunos vegetales, frutos secos y cacahuetes.

El inicio de un shock anafiláctico es bastante repentino (abarca desde varios minutos hasta dos horas), con un deterioro rápido y puede resultar en muerte si no se consigue administrar adrenalina a la persona afectada.

La llamada al 112

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EFE/ Nic Bothma

Y cuando esto sucede hay que llamar inmediatamente a los servicios sanitarios de urgencias. Álvaro Trampal, representante de la Asociación Española de Emergencias 112, comenta que los avisos por reacciones alérgicas son una constante. “Sobre todo al marisco. Es gente que  desconoce que es alérgico o “sí lo sabe y se pone hasta arriba”, advierte.

Pero sobre todo en Navidad el teléfono del 112 suena para avisar de intoxicaciones etílicas, en la mayoría de los casos de gente joven en la vía pública. Pero también han tenido que acudir a algún local para atender a alguien en una cena de empresa o de amigos.

También aumenta en estas fechas, aunque levemente, los intentos de suicido. La Navidad “es un agravante para las personas que están solas y deprimidas”, comenta el sanitario.

Diez riesgos para la salud

Francisco Camarelles, médico de familia y miembro del Grupo de Educación Sanitaria de las Sociedades de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), resume el decálogo de los riesgos navideños:

  1.  Comilonas: cuantificar lo que comemos y la frecuencia. Ponernos límite. No es bueno caer en el atracón y luego apenas comer en dos días. En caso de empacho tomar antiácidos y dieta baja en grasa.
  2. Consumo de alcohol: Las Navidades invitan a beber más. Hay grupos que no deben ni probarlo: conductores, embarazadas, enfermos, niños y adolescentes. Los que puedan consumir deben hacerlo con control, alternándolo con bebidas sin alcohol.
  3. Tabaco: la exposición al humo ambiental del tabaco, es perjudicial, en especial para niños y mayores. Si se fuma en casa, debe hacerse en la ventana. También es una época de propósitos y uno puede ser dejar de fumar.
  4. La Navidad altera psicológicamente y estresa. Se sufren las ausencias y se incrementa la tristeza. Los médicos no aconsejan medicación puntual con ansiolíticos o antidepresivos. “Son situaciones humanas que no hay porque medicalizar, es normal y pasajero”.
  5. No abandonar el ejercicio físico.
  6. Higiene:lavarnos siempre las manos, sobre todo a la hora de manipular alimentos en la cocina. Es el principal
    temporal
    EFE/ Maurizio Degl Innocenti

    vehículo de transmisión de gérmenes. Conservar los alimentos a la temperatura adecuada para evitar intoxicaciones.

  7. Es época de mucho frío: los catarros y las gripes están a la orden del día.
  8. Y para combatir ese frío se pueden emplear estufas y braseros que se deben controlar para evitar inhalaciones de gases.
  9. Tiempo de viajes. Reforzar la seguridad en el automóvil: la silla de los niños, utilizar siempre el cinturón de seguridad y descansar cada dos horas.
  10. Pueden producirse lesiones, caídas, accidentes en casa: quemaduras, pequeñas electrocuciones por los adornos luminosos..Son incidentes de poca entidad y que se resuelven con autocuidados.