Cuando las catástrofes y los accidentes golpean, los psicólogos se convierten en el punto de apoyo de los familiares de las víctimas. Gestionan sus bloqueos, la desolación, la incertidumbre, la angustia o, incluso, la negación. Ahora se vuelcan con los afectados por el descarrilamiento del tren de pasajeros de Santiago de Compostela. Intentan paliar el desasosiego de la tragedia.

Psicólogos en accidentes: acompañar en el desasosiego
Familiares de las víctimas del accidente ferroviario ocurrido ayer en Santiago de Compostela aguardan información sobre el estado de sus allegados. EFE/Xoan rey
  • 25 de julio, 2013
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS Y MARIOLA AGUJETAS

Mónica Pereira

La psicóloga de emergencias Mónica Pereira es experta en este tipo de misiones. Lo principal es acompañar a los familiares  en los momentos en los que falta información y para que se permitan "sentir su dolor".

"Nuestra misión es mantenerles informados, que tengan a su lado a una persona serena que les aporte tranquilidad y seguridad de que lo que reciben es información veraz, no solo hipótesis",  comenta la especialista.

"Les acompañamos en el desasosiego que genera la falta de información. Somos intermediarios y cada poco tiempo consultamos a los responsables para que nos den información nueva. Incluso el hecho de decir a los familiares que no hay nada nuevo, ya es darles información", ha señalado esta experta curtida en tragedias como el atentado del 11-M en la estación de Atocha de Madrid en marzo de 2004 o el accidente del avión de Spanair en el aeropuerto de Barajas en agosto de 2008.

Son momentos de tensión donde no hay reglas fijas, cada persona reacciona de forma diferente. "Básicamente intentamos aportar calma -explica- Les enseñamos a respirar, les aseguramos que se está haciendo lo posible para localizar a su familiar".

Pero también trabajan para que en esa atmósfera de presión, los afectados puedan expresar lo que sienten. "Les ayudamos a que se permitan estar mal. No se trata de que nieguen este momento y que hagan como que no ocurre nada, sino de que pasen este proceso de la mejor manera posible",  apunta.

Mónica Pereira insiste en la importancia de ayudarles "a que se den ese permiso para llorar o para estar tristes. Hay personas que no se lo permiten hasta que no encuentran la información que buscan".

Cuando llega la mala noticia no es el psicólogo el que la transmite, el protocolo establece que sea el responsable policial o el médico. "Los psicólogos estamos ahí para sostenerles, para ayudarles a que muestren todo su dolor y para encauzarles en la sintomatología que experimentarán más adelante".

Esta psicóloga forma parte del Colegio de Psicólogos de Madrid, que se encuentra en prealerta por si es necesario dar apoyo cuando regresen los familiares de las víctimas residentes en la capital y que viajaban en el tren siniestrado.

Aunque no está movilizada, la casualidad ha hecho que hoy esté viajando a Galicia para pasar unos días de vacaciones y asegura que estará pendiente por si es necesario.

El descarrilamiento del tren anoche en Santiago de Compostela ha movilizado al Grupo de Emergencia del Colegio de Psicólogos de Galicia, un equipo formado por 41 profesionales, que estarán al lado de los familiares de los fallecidos y heridos.

Javier Torre

El coordinador del área de Psicología de Emergencia del Consejo General de la Psicología en España, Javier Torre, organismo que engloba a todos los colegios profesionales españoles, explica que el procedimiento es poner a disposición del colegio gallego todos los recursos profesionales que puedan ser necesarios de otras comunidades limítrofes.

"Nuestro criterio no es activar al mayor número de profesionales, debemos activar a los que sean necesarios en cada momento, eso es lo que hace que haya una buena coordinación", asegura el coordinador de emergencias.

La coordinación se realiza conjuntamente con el 112, Protección Civil y con el Colegio de Psicólogos de Galicia. "Lo normal es que no solo estemos en el lugar de los hechos, sino también en los tanatorios, en los hospitales, cementerios, recibiendo a los familiares en el aeropuerto... todo eso requiere una coordinación para poder atenderlos", afirma Torre.

"Estoy teniendo un contacto fluido para conocer la situación. Lo que nos transmiten es una situación dantesca, ha sido un goteo incesante de aumento de fallecidos. Son muchas las personas que hay que atender,familiares llegando de otras comunidades, llamadas telefónicas, amigos...Cada vez está siendo mayor la necesidad de nuestra intervención",  indica el psicólogo.

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