Año nuevo, vida nueva: sin tabaco, sin grasas saturadas y sin sedentarismo excesivo. Esta debe ser una de las grandes metas para tu salud. ¿Objetivo? Mantener un corazón fuerte y sano. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. Aquí tienes las claves para prevenirlas

¿Quieres a tu corazón? Demuéstralo en 2013
EFE/Karl-Josef Hilderbrand
  • 3 de enero, 2013
  • MADRID/EFE/MARINA VALERO

El corazón es -junto al cerebro- el órgano más importante de nuestro cuerpo. Esto es motivo más que suficiente para tener clara nuestra prioridad en 2013: cuídalo. Es el motor del organismo. Sin salud cardiovascular no hay calidad de vida, es más, muchas veces ni siquiera hay vida.

“El futuro no es un regalo, es más bien una conquista”. Esta frase se puede aplicar a muchos ámbitos de la vida, sobre todo a uno de los más importantes: la salud. Así lo afirma el psiquiatra infantil y pediatra Javier Loño, uno de los ponentes del Simposio Internacional de implicaciones cardiovasculares del ejercicio, el deporte y la obesidad de la Fundación Ramón Areces celebrado en Madrid el pasado mes de diciembre.

Las cifras son devastadoras: el 32% de los fallecimientos en España se producen por problemas cardiovasculares. En hombres es muy frecuente el infarto de miocardio. En mujeres, el infarto cerebral.

Se podrían evitar, pero a veces no somos conscientes de la importancia de la prevención. Enrique Asín, cardiólogo, nos da las pautas para construir un futuro saludable:

Combatir el sobrepeso y la obesidad

EFE/Vassil Donev

Es la pandemia del siglo XXI. Más del 60% de la población española tiene sobrepeso, y alrededor del 20% padece obesidad. Uno de cada tres niños tampoco se libra del exceso de peso.

Para adelgazar, la cardióloga Araceli Boraita, directora del Centro de Medicina del Deporte del Consejo Superior de Deportes, recomienda quemar entre 1000 y 1400 kcal a la semana. “Es duro porque comértelas es facilísimo, pero para quemarlas hay que sudarlas”.

Hacer ejercicio físico de manera regular

Lo ideal es practicar deporte 20 minutos, tres días a la semana. Cualquier actividad es buena siempre que esté adaptada a la edad, condiciones y situación cardiovascular de cada persona. El objetivo es quemar 300 kcal en cada sesión. El ejercicio físico diario segrega endorfinas que causan un estado de buen humor, euforia y sensación de bienestar, y eso no es todo. Según Asín, “las personas que lo practican viven más”.

Por desgracia, el “boom” del deporte no es tal. Boraita lo demuestra con datos: “uno de cada cuatro adultos tiene una vida sedentaria”. Además, el 65% de la población no realiza la mínima cantidad necesaria de ejercicio para mantener su salud.

¿Formamos parte de ese porcentaje? En ese caso, estamos perdiendo una oportunidad de oro para combatir los principales factores de riesgo cardiovascular: hipertensión, estrés, sobrepeso o sedentarismo.

El ejercicio es fuente de salud, también para los niños. El doctor Loño considera que el deporte es una válvula de escape, favorecedor de las relaciones sociales entre compañeros y un elemento de educación del carácter. Además, “los niños y adolescentes no van al cannabis, al alcohol, al porno o a los videojuegos violentos si realizan ejercicio físico”.

Comer bien

O lo que es lo mismo, tener hábitos alimenticios saludables. La endocrinóloga Susana Monereo, del Hospital Universitario de Getafe, nos ayuda: ¿cómo debe ser la dieta ideal?

  • Adaptada y realizable. Vivimos en España, ¿para qué complicarse la vida siguiendo una dieta japonesa con ingredientes imposibles de encontrar en el supermercado? Seamos realistas. Podemos comer sano sin necesidad de perseguir dietas inaccesibles.
  • Variada. Debe aportar todos los nutrientes que necesitamos.
  • Equilibrada en todos los grupos de macro y micro nutrientes.
  • Baja en calorías, requisito imprescindible para controlar la obesidad.
  • Que ayude a prevenir enfermedades: cáncer, problemas del corazón, patologías neurodegenerativas, etc.
  • Terapéutica. Que ayude a tratar enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
  • Que no haga daño. “Los expertos estamos viendo pasmados cómo la gente hace dietas perjudiciales sin control. Así se hacen un daño bestial. Hacer mucha dieta favorece la obesidad”, asegura Monereo. El ejemplo de la endocrinóloga es la dieta Dukan: “tiene un 70% de calorías totales en forma de proteínas, y esto es malísimo para el riñón, los huesos y el sistema cardiovascular. Tomar proteínas sueltas no aporta nada.”
  • Huir de menús muy estrictos. “Hay que moverse en las grandes franjas que sabemos que no hacen daño”: 35-55% de hidratos de carbono no refinados, 25-35% de grasas mono o polisaturadas y 15-30% de proteínas, sin olvidarse de tomar vitaminas, minerales y polifenoles.

La propuesta saludable de Susana Monereo es la dieta mediterránea, baja en grasas saturadas, azúcares e hidratos de carbono refinados y muy rica en fibra, grasa monoinsaturada, vitaminas A, B, C y D y antioxidantes. Se compone de aceite de oliva, frutas, verduras, legumbres, cereales, pescados, condimentos, especias y vino. Es pobre en carnes y lácteos. ¿Por qué es beneficiosa?

La dieta mediterránea reduce la mortalidad por enfermedad cardiovascular, hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades neurodegenerativas, envejecimiento, cáncer de próstata o cáncer de colon.

Además, nos enseña la manera adecuada de comer, cocinar y mezclar los alimentos. “Comemos mucho pero somos capaces de compensar unos alimentos con otros”.

En las comidas, la endocrinóloga aconseja:

  • Evitar el exceso de calorías.
  • Desbancar de nuestra vida los azúcares refinados.
  • Disminuir o evitar las grasas saturadas. “Deberíamos comer menos carne”.
  • Quitar las grasas trans, “sobre todo las de la bollería industrial”.
  • Reducir la sal.
  • Reducir o evitar el alcohol sin polifenoles, “casi todos menos el vino tinto”.

La prevención es prioridad de todos

Los genes determinan las enfermedades de una persona al nacer y al morir por avanzada edad. No podemos cambiarlos. Lo que sí podemos modificar es el estilo de vida. El objetivo es prevenir o controlar la hipertensión, la diabetes, el colesterol o la obesidad.

El consumo de tabaco también incide en el riesgo cardiovascular. Según el doctor José Ramón González, “dejar de fumar reduce en un 65% el riesgo de tener un infarto”.

¿Cuál es el cóctel más peligroso para el corazón? Mala dieta + Inactividad física. Ya sabemos cuál es nuestro deber para reducir el riesgo cardiovascular. Prevención es salud.

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