Hoy es el Día Universal del Niño, pero no todos viven como tal. Uno de cada trece menores en el mundo padece desnutrición aguda. Acción contra el Hambre, en su lucha contra esta desigualdad, propone un paquete de medidas para duplicar el tratamiento que reciben

Seis medidas contra el hambre de 16 millones de niños
EFE/STR
  • 20 de noviembre, 2015
  • MADRID/EFE/MARÍA MILÁN

La desnutrición crónica afecta a 159 millones de niños y niñas. Entre ellos, 50 millones se encuentra en situación de desnutrición aguda moderada, y dentro de este grupo, 16 millones sufren desnutrición aguda severa (SAM, en inglés).

Esta última es la causante del 45% de las muertes antes de los cinco años. En otras palabras, es letal. Un niño desnutrido tiene nueve veces más posibilidades de morir por una infección común que un niño sano.

La buena noticia es que es curable: el 95% de los niños que reciben el tratamiento comunitario basado en Alimentos Terapéuticos Listos para su Uso sobrevive y en solo cinco años, entre 2009 y 2014, el número de niños con acceso a e este tratamiento se triplicó (de uno a tres millones). ¿La mala? Que no es suficiente.

Por eso, Acción Contra el Hambre propone una agenda para duplicar el tratamiento de la desnutrición severa a través de seis medidas clave en el Día Universal del Niño.

Definir, invertir y mejorar: las claves de las medidas

La mayor prevalencia de desnutrición infantil se encuentra en África: uno de cada tres niños está desnutrido, aunque el mayor número de niños con una pésima nutrición se encuentra en Asia.

“Hoy sabemos cómo solucionar técnica y metodológicamente la muerte de un niño por desnutrición severa. Solo necesitamos el respaldo político y presupuestario necesario que nos permita ampliar masivamente el alcance del tratamiento hasta llegar a todos los niños y niñas cuya vida podría salvarse con un gesto sencillo. Esta hoja Agenda SAM 2020 de Acción contra el hambre indica claramente el camino para hacerlo”, subraya el director técnico de Acción contra el Hambre, Amador Gómez.

Las seis medidas que proponen son:

  • Definir la desnutrición aguda severa como un problema de salud pública prioritario y no solo como una situación de emergencia puntual. Para ello es necesario que la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la desnutrición sea formalmente incluida en los sistemas públicos de salud.

    Cartel de SAM 2020.
  • Invertir 2.600 millones de dólares anuales en la ampliación del tratamiento (estimaciones del Banco Mundial para llegar al 80% de cobertura) e integrando la prevención, diagnóstico y tratamiento en los presupuestos de salud pública nacionales
  • Mejorar la eficacia y la eficiencia del manejo de la desnutrición aguda severa (descentralizando, por ejemplo, los puntos de fabricación de Alimentos Terapéuticos Listos para su Uso)
  • Mejorar la disponibilidad y la accesibilidad de los servicios de tratamiento esta enfermedad (llevando a la comunidad el centro del tratamiento y eliminando las barreras físicas, políticas e institucionales que impiden su ampliación.
  • Mejorar la capacidad del personal sanitario de los países en desarrollo para el tratamiento de la SAM.
  • Mejorar la información estadística sobre la SAM (acordar indicadores comunes y sistemas de recopilación de datos y estándares de calidad unificados para un seguimiento adecuado de los avances).