Cada día, el doctor Fernando Simón se colaba en los confinados hogares españoles para informar de la pandemia de coronavirus. Hoy, es él quien se tiene que aislar por el contagio de un virus que tampoco respeta a los epidemiólogos, expertos imprescindibles en cualquier crisis sanitaria.

Simón, portavoz del Gobierno en el Comité de Gestión Técnica de COVID-19, ha dado positivo en coronavirus y se encuentra aislado en su domicilio.
Gracias a las explicaciones de Simón y de otros epidemiólogos, los españoles hablamos con naturalidad de la curva de contagios, de su pico de incidencia o del descenso o incremento de los porcentajes de afectados por el coronavirus.
Es en este tipo de emergencias cuando la epidemiología se prodiga en los medios de comunicación y llega hasta el salón de los ciudadanos arrojando algo de luz sobre las incertidumbres de un virus que nos obliga a quedarnos en casa.
Por eso, los epidemiólogos son requeridos para formar parte de los comités técnicos y científicos que, liderados por las autoridades sanitarias, gestionan la hoja de ruta contra el COVID-19, la enfermedad que provoca el coronavirus.
“La epidemiología es una ciencia que estudia la distribución de las enfermedades en la población y aporta información a los responsables de salud pública para que tomen decisiones y diseñen políticas de actuación”, explica a EFE José Miguel Carrasco, vocal de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).
Epidemiólogos formados en diferentes ciencias
Pero no todos esos expertos son médicos, como Fernando Simón, puesto que la epidemiología no es una especialidad de la Medicina, como muchos creen. Se trata de una disciplina complementaria a las carreras superiores y a la que se accede por másteres de postgrado o doctorados.
En la SEE, por ejemplo, el 60 por ciento de los epidemiólogos proceden de Medicina y el resto de ciencias tan dispares como enfermería, estadística, matemáticas, sociología, biología, economía o veterinaria.
“Todos sumamos, todos aportamos piezas a ese puzzle que es la epidemiología, una ciencia ecléctica que exige trabajar de forma coordinada”, apunta Carrasco, sociólogo y politólogo.
La SEE tiene un millar de socios con una media de edad de 47 años y prácticamente igual número de hombres y mujeres.
Además, es la puerta de entrada de jóvenes atraídos por un diverso futuro profesional: desde los servicios sanitarios a la vigilancia epidemiológica, pasando por los programas de protección y promoción de la salud, así como la investigación y la docencia.
“El gran salto de la epidemiología se produjo hace menos de 20 años, cuando se vio que la salud no era solo una cuestión biológica sino que influyen otros determinantes como los medioambientales, los estilos de vida, las cuestiones de género o la gestión de cada modelo sanitario”, apunta el vocal de la SEE.
Esa es la razón por la que participan en grupos de estudios y planes de salud contra el tabaquismo, analizan las consecuencias de las olas de calor o vigilan el aumento de los casos de sarampión, entre otros ámbitos.
“Un trabajo continuo de motorización de la salud pública, identificamos problemas para poder aportar soluciones”, señala el epidemiólogo.
Simón y la curva de contagios por coronavirus
Soluciones como las que intentan aportar los expertos que asesoran al Gobierno en la mayor crisis sanitaria global generada por el coronavirus, un patógeno al que estamos conociendo al mismo tiempo que combatimos.
“En esta situación tan grave, desde la Sociedad Española de Epidemiología queremos reforzar la confianza en las recomendaciones de la autoridades sanitarias ante una pandemia de esta dimensiones”, manifiesta José Miguel Carrasco quien afirma: “El aislamiento social está funcionando”.
La eficacia de las diferentes medidas adoptadas contra el coronavirus es el objetivo del equipo del epidemiólogo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.
Desde ese cargo, este experto ha sido la imagen oficial de otras crisis como la del ébola, en 2014, o la listeriosis en 2019. La del coronavirus le ha pillado en primera línea.
Aunque posiblemente no sea Simón el que se cuele en nuestras casas, los españoles seguirán atentos cada día al análisis de los epidemiólogos con la esperanza puesta en que la curva de contagios se aplane y empiece a descender.