La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las enfermedades epidémicas emergentes o reemergentes constituyen una amenaza permanente para la seguridad sanitaria mundial, seguridad que se ve también trastocada cuando ocurre una catástrofe natural y/o una crisis humanitaria.

Una catástrofe natural, es sinónimo de una nueva enfermedad
Imágenes de archivo del terremoto de Chile en 2014- EFE/Felipe Trueba
  • 7 de julio, 2016
  • EFE/MADRID/PGM

De todas las catástrofes naturales son las sequías y las inundaciones las que provocan más personas afectadas, y los terremotos los que se cobran mayor número de víctimas mortales.

Así lo ha puesto de manifiesto el doctor Daniel López -Acuña, ex director de acción sanitaria en situaciones de crisis de la OMS, durante el curso Periodismo en Situaciones de Crisis, Emergencias y Desastres, organizado esta semana por la Cátedra de Salud , Crecimiento y Sostenibilidad MSD-UIMP de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo .

No obstante, son los conflictos armados los que están considerados como el principal detonante de las crisis humanitarias.

Lo cierto es que actualmente más de 125 millones de personas en el mundo necesitan ayuda asistencial o sanitaria y que el número de desplazados crece de forma vertiginosa, con las complicaciones humanas y socio sanitarias que ello conlleva.

Si se trata de afectados por catástrofes naturales, el impacto en su salud dependerá mucho del tipo de catástrofe natural, de su duración e intensidad, y de lo vulnerable que sea la población afectada, pero siempre suponen un reto sanitario.

Una catástrofe, una enfermedad

Ponente también del curso,  María del Carmen Limiñana, médico de Urgencias y Emergencias, ha detallado que las patologías más frecuentes a las que hay que hacer frente tras los terremotos, son la infección de heridas, pudiendo desarrollar gangrena; problemas respiratorios por inhalación de polvo; patología psiquiátrica, por estrés; anginas de pecho e infartos. Entre las primeras dos y seis horas, menos del 50% de los atrapados continúa con vida .

Los tsunamis también implican una elevada mortalidad por ahogamiento o traumatismo letal.

Y la mortalidad es mayor en niños, ancianos y mujeres. Las patologías más frecuentes son respiratorias, como neumonía por aspiración; traumática; gastrointestinal y dermatológica. Son frecuentes las lesiones del tímpano y la otitis

En cuanto a las inundaciones, los efectos directos son ahogamientos, lesiones, hipotermia, shock, dermatitis, problemas psicológicos y cardiovasculares.

Una catástrofe una enfermedad
Imagen de archivo de un campo de refugiados en Darfú (Sudán). EFE/JOSÉ HUESCA

Cambio climático

El cambio climático, la apertura de ecosistemas cerrados al turismo o el deterioro medioambiental se incluyen hoy entre los factores que influyen también en el incremento de la actuales crisis humanitarias.

Y según el epidemiólogo y ex presidente de Médicos Sin Fronteras, Pedro Arcos, la distribución de enfermedades, como el dengue o la fiebre del Nilo, se van a modificar “de manera muy importante” pudiendo alcanzar la franja mediterránea.

La OMS prevé concretamente que el cambio climático causará anualmente unas 250.000 defunciones adicionales entre 2030 y 2050; 38.000 por exposición de personas ancianas al calor; 48.000 por diarrea; 60.000 por paludismo; y 95.000 por desnutrición infantil .

Los conocimientos en emergencias sanitarias y sus conceptos básicos ha centrado el curso de la UIMP, en la que además han participado especialistas en acción humanitaria, gestores sanitarios,y responsables de programas de respuesta, antropólogos, y periodistas que cubren emergencias.