Las vacunas contra la tosferina, la difteria y el tétanos, infecciones bacterianas graves, así como la inmunización frente a la covid (coronavirus) y la gripe (influenzavirus), son vitales para el futuro del bebé y la salud presente de la madre, esté ya en plena gestación o en proceso de quedarse embarazada
Las vacunas en el embarazo, buenas sí o sí
“El desarrollo científico y la seguridad aparejada de estas vacunas aconsejan su aplicación a las mujeres embarazadas, salvo excepciones médicas, como escudo protector frente a este tipo de infecciones graves”, dice el Dr. Manuel Sánchez Luna.
“Es más -refuerza el jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid-, las vacunas de la gripe o la covid se recomiendan y son prioritarias en cualquier etapa de la gestación, más aún en periodos de gran incidencia vírica entre la población”.
Asimismo, la inmunización de la madre frente a la tosferina, la difteria y el tétanos durante el tercer trimestre del embarazo ha conseguido reducir “drásticamente” el riesgo de enfermedad en el recién nacido, especialmente en los dos primeros meses de vida tras el parto.
Proteínas de la madre al bebé, anticuerpos protectores con las vacunas
Si algún avance médico ha provocado que mejore sustancialmente la salud pública este ha sido la vacunación a nivel mundial; un hecho vanguardista e innovador que siempre genera un antes y un después en la evolución de las enfermedades infecciosas.
Algunas vacunas no se pueden inocular durante el embarazo porque están elaboradas con microorganismos vivos, aunque su acción patológica esté atenuada.
Las vacunas que se aconsejan en la gestación del bebé son vacunas inactivas, es decir, que los microorganismos no están vivos, con lo que estas vacunas prácticamente no tienen riesgo para la madre y el feto.
En un principio, algunas de estas vacunas no se aplicaban a las mujeres embarazadas.
“Existía cierto temor a que sus componentes pudieran ocasionar efectos adversos en el futuro hijo o hija; pero en la actualidad, según demuestran los estudios clínicos, el riesgo es prácticamente inexistente”, apunta el Dr. Sánchez Luna, presidente de seNeo.

“Aún así, las vacunas durante el embarazo siempre están supeditadas a que ayuden a las mujeres a evitar un proceso infeccioso grave, como sucede en el caso de la influenza o el SARS-CoV-2, microorganismos muy peligrosos para la salud humana”, subraya.
“Sabemos -recalca- que la infección de estas dos entidades víricas pueden provocar cuadros graves de insuficiencia respiratoria y depresión grave de la salud en las mujeres embarazadas, motivos suficientes para su vacunación prioritaria”.
“Además, se reduce la morbimortalidad de manera muy significativa”, enmarca.
En este mismo sentido, y en relación a la COVID-19, las vacunas ARNm han demostrado una enorme eficacia a la hora de proteger a la madre embarazada.
Se emplea ARN mensajero (ácido ribonucleico) genéticamente modificado para enseñar a nuestras células a producir proteínas de la espícula que se encuentra en la superficie del virus. Esto hace que el organismo produzca anticuerpos.
Una vez cumplida su misión, este ARN se descompone y nunca entra en el interior de las células humanas, donde está nuestro ADN.
“Los cuadros infecciosos en las mujeres embarazadas que han recibido las vacunas que usan ARN mensajero son mucho más leves que los efectos patológicos del virus en las mujeres gestantes sin vacunar”, destaca el neonatólogo.
Dr. Manuel Sánchez Luna
El efecto perverso de la gripe o el coronavirus en el feto
Las infecciones por gripe que llegan a provocar enfermedades severas en la madre también pueden afectar al desarrollo fetal; por lo que la protección de la madre frente a la gripe será decisiva para salvaguardar el futuro del bebé.
“La fiebre elevada y los cuadros de afectación general grave en la salud de la mamá pueden llegar a generar trastornos en el desarrollo neurológico del feto, malformaciones en el sistema nervioso central, de manera especial en el tubo neural (origen del encéfalo y la columna vertebral)”, explica.
Asimismo, los anticuerpos de la madre protegerán al bebé durante los primeros meses tras su nacimiento, cuando todavía no es posible vacunar al recién nacido; hecho que se producirá a partir del segundo mes tras el parto.
“Estas dos vacunas inoculadas durante el embarazo, seguras para la madre y el bebé, no solo protegen a la embarazada sino al feto y al recién nacido… situación que se replica en el caso de la infección por SARS-CoV-2”, insiste el Dr. Manuel Sánchez Luna.

Más vacunas en el embarazo: tosferina, difteria y tétanos
La OMS recomienda la vacunación con anatoxina tetánica a todas las mujeres embarazadas con el fin de prevenir la mortalidad neonatal a causa de la bacteria clostridium tetani, muy frecuente en el suelo, en las heces y en la boca de los animales.
La toxina de la bacteria, que entra en las heridas superficiales en la piel mediante esporas, bloquea el sistema nervioso de la médula espinal y causa espasmos musculares, entre otros síntomas.
La difteria y la tosferina se contagian de persona a persona a través de la tos o los estornudos, pero también por objetos contaminados debido al contacto de las manos de una persona enferma.
La difteria puede generar una especie de costra en el interior de la garganta y ocasionar problemas respiratorios, insuficiencia cardíaca y muerte.
La tosferina, que puede llegar hasta los 600 casos por cada 100.000 bebés menores de tres meses, puede llevar al recién nacido a la UVI por insuficiencia respiratoria y cianosis o color azul de la piel por falta de oxígeno.
La indicación de esta triple vacuna antibacteriana (tosferina, difteria y tétanos) durante el embarazo, puesto que será la mamá el vector de la enfermedad, se inoculará entre la semana 27 de gestación y la 36 ó 37 con el fin de transmitir los anticuerpos al feto a través de la placenta.
La tosferina es una enfermedad que puede causar problemas muy graves al bebé, sobre todo durante los dos primeros meses de la etapa de la lactancia materna, semanas de riesgo para el recién nacido si la mama no ha recibido la vacuna.
“Las infecciones son tan graves que pueden provocar problemas respiratorios y, en algunos casos, septicemias (respuesta exagerada del sistema inmunológico a una infección), incluso el fallecimiento del bebé durante este periodo”, indica el Dr. Manuel Sánchez Luna.
“Tanto es así que esta patología bacteriana prácticamente ha desaparecido de nuestro entorno infantil gracias a la vacunación maternal. Solo se diagnostica algún caso en bebés cuyas madres no han recibido la vacuna de la tosferina, difteria y tétanos”, resalta.
Vacuna anti D (inmunoglobulina) durante el embarazo
Las mujeres que son del grupo sanguíneo Rh negativo pueden generar anticuerpos durante la gestación del bebé. Si estos anticuerpos se producen, la mujer, en su siguiente embarazo, corre el riesgo dar a luz a un bebé con anemia, incluso fallecer.
Por este motivo se inyecta inmunoglobulina anti-D a las mujeres embarazadas con Rh negativo en la semana 28 de gestación, ya que los anticuerpos se forman en esa fase de la gestación y pueden entrar en contacto con la sangre del bebé antes o después del nacimiento.
Además, si el bebé es Rh positivo se pondrá otra vacuna anti-D a la madre antes de cumplirse las 72 horas posteriores al parto. Si el bebé fuera Rh negativo la madre no tendría que ser vacunada de nuevo con la inmunoglobulina.
Por prudencia, las vacunas de la gripe y la covid se evitan en el primer trimestre; sin embargo, los datos actuales confirman su seguridad en embarazadas y recién nacidos.
Igualmente, no hay contraindicación para administrar las dosis de refuerzo cuando sean pertinentes en embarazadas y lactantes.
Un aspecto importante a recordar es la necesidad de vacunación no solo de las madres gestantes, sino de todas las personas que puedan entrar en contacto con los recién nacidos, tanto en el núcleo familiar como en los centros sanitarios asistenciales.
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