La búsqueda de indicadores precoces del párkinson centra gran parte de los esfuerzos de investigación de esta enfermedad, cuyo comienzo y progresión no evitan los conocimientos actuales

A la búsqueda de indicadores precoces para evitar el párkinson
Operación pionera de cirugía de parkinson en el hospital La Fe, en Valencia/EFE/Kai Försterling
  • 21 de noviembre, 2012
  • SANTA CRUZ DE TENERIFE/EFE/RUBEN DARÍO GARCÍA

El investigador y  catedrático de Fisiología de la Universidad de La Laguna Manuel Rodríguez ha indicado a EFEsalud que hay fármacos y procesos quirúrgicos que permiten controlar parte de la expresión sintomática del párkinson, pero la enfermedad, que en España afecta en torno al dos por ciento de la población mayor de 70 años, sigue su curso y a partir de cierto momento no se puede controlar.

Manuel Rodríguez, neurólogo del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned), ha señalado que las enfermedades neurodegenerativas, en especial párkinson y alzhéimer, representan un coste elevadísimo para la sanidad y la sociedad occidental y están vinculadas al envejecimiento.

Así, como la población vive más años hay más afectados por unas enfermedades que  son gravemente invalidantes, crónicas y progresivas.

Las enfermedades neurodegenerativas se producen porque las neuronas se mueren de forma lenta sin que se sepan bien las causas, y aunque hay varios factores asociados a su degeneración, ninguna es la causa en sí misma.

La única causa que está en el inicio y progresión de estas enfermedades es el envejecimiento, mientras que factores como los genéticos o el uso de pesticidas para el control de plagas, la utilización de ciertas drogas químicas o los hábitos alimentarios pueden facilitar pero no determinar el párkinson, señala Rodríguez.

También ha explicado que en realidad el párkinson comienza unos años antes de que se pueda detectar, ya que la degeneración de las neuronas dopaminérgicas que lo provocan no se expresa hasta que han degenerado más del 50 por ciento.

La otra mitad de esas neuronas es capaz de compensar la acción que dejan de hacer las que han degenerado, por lo que cuando se observa la enfermedad lo que se ve es un escenario que ha desaparecido y no se puede ver el origen sino la situación a la que se ha llegado con los mecanismos compensadores, agrega el investigador.

Indicadores precoces

Por ello, uno de los grandes esfuerzos que se hacen ahora está en la búsqueda de indicadores precoces que señalen el inicio de la enfermedad.

Los marcadores se buscan en diversas direcciones, y así desde el punto de vista clínico se sabe que los pacientes con parkinson antes de presentar trastornos motores tienen propensión a presentar dificultades olfatorias, constipación, problemas asociados a la digestión de alimentos, y otros, pero ninguno en sí es indicativo de que se padece la enfermedad.

También se buscan marcadores bioquímicos en la sangre, así como en imágenes del cerebro para ver cuándo comienza la degeneración, pues es esencial ver el origen para estudiar las causas.

Otro escenario es desarrollar fármacos que sean capaces de impedir la acción que en las mitocondrias de las neuronas dopaminérgicas tienen los radicales libres, que son productos que roban los electrones en el cuerpo humano y que normalmente se producen en todas las células, pero en las neuronas son particularmente problemáticos.

En cuanto al estudio de las imágenes cerebrales es un campo muy amplio y hay técnicas que permiten ver la actividad cerebral usando sustancias radioactivas, como la tomografía de emisión de positrones, con la que se puede ver la pérdida de neuronas pero cuando ya está avanzada.

Estas técnicas son muy costas, algo peligrosas en algunos casos y más bien se utilizan para confirmar el diagnóstico, completa Manuel Rodríguez.

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