Según un estudio publicado en la revista “Annals of the Rheumatic Diseases”, puede existir un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio en los pacientes con artrosis sintomática de mano. Se desconoce aún la implicación del dolor en este efecto

Un estudio inicial basado en una cohorte prospectiva de Frahmingam ha asociado la artrosis sintomática de manos a un mayor riesgo de infarto de miocardio.
La artrosis sintomática de manos es un tipo de artrosis que produce la degeneración del cartílago de las articulaciones de las manos y cursa con una sintomatología clínica, fundamentalmente dolor, pero también rigidez o tumefacción.
En España, la artrosis afecta a 7 millones de personas, siendo la patología reumática más frecuente, según la Sociedad Española de Reumatología (SER).
El estudio
El Framingham Heart Study (FHS) es un estudio prospectivo de base poblacional que comenzó en Framingham (Massachusetts, Estados Unidos) en el año 1948. Desde entonces, los investigadores han ido obteniendo información a lo largo de tres generaciones sobre los diferentes acontecimientos cardiovasculares y sus factores de riesgo.

Para la investigación se estudiaron las radiografías de mano de un grupo de 1.348 participantes, de los cuales un 54% eran mujeres.
En aquellos pacientes con artrosis sintomática (aquella que cursaba con dolor y rigidez) se incrementaba el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, aproximadamente, el doble que en los que no la tenían.
Los investigadores descartaron posibles factores de confusión, entre ellos, aquellos que tuvieran que ver con la edad, la obesidad o el consumo de antiinflamatorios.
“Desde hace años sabemos que en la artritis la inflamación puede ser un factor de riesgo para desarrollar arterioesclerosis, pero lo interesante de este estudio es que se trata de artrosis”, ha señalado el doctor Raimon Sanmartí, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología y del Hospital Universitario Clínic de Barcelona.
La artrosis es una enfermedad considerada degenerativa y, por lo general, no se le atribuía este potencial riesgo de mayor riesgo cardiovascular.
Alcance del resultado
Estudios epidemiológicos recientes van poniendo de manifiesto cada vez más la asociación entre manifestaciones cardiovasculares y artrosis.

“Se desconoce el papel exacto a través del cual el dolor podría ejercer este efecto”, sostiene el doctor Sanmartí.
“Ya se había visto que la artrosis de articulaciones de carga (rodillas y cadera) se asociaba a un aumento de riesgo vascular, aunque esto podría estar relacionado con otros factores, por ejemplo, la inmovilidad, el sedentarismo y la obesidad”, asegura.
El experto advierte que “esto no debe crear una alarma social porque todavía se tiene que corroborar con otros estudios. Los autores analizaron si existía un incremento de riesgo de accidentes vasculares cerebrales y vieron que sólo ocurría en el caso de infarto de miocardio”.
El estudio tampoco demuestra un incremento de la mortalidad global en los pacientes con artrosis sintomática de manos.
“Hay que poner énfasis -añade- en que la artrosis quizá no sea solamente una enfermedad frecuente ligada a la edad que provoca problemas articulares y deformidad, sino que puede haber otras complicaciones que supondrían un problema de salud importante”.
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