Según datos de una encuesta realizada por la Sociedad Española de Neurología (SEN), el número de ingresos por ictus se ha reducido hasta en un tercio a raíz de la declaración del estado de alarma. La SEN recuerda que, independientemente de la situación actual, es muy importante que los pacientes no retrasen su llegada al hospital por miedo a utilizar los servicios de urgencia

Los ingresos por ictus se han reducido durante la crisis de la Covid-19
EFE/Nacho Gallego

La encuesta, llevada a cabo por la SEN en 18 hospitales de 11 Comunidades Autónomas españolas, muestra que en el mes de marzo se pudo reducir hasta en un tercio el número total de ingresos por ictus con respecto al mes anterior.

Un descenso en el número de asistencias del que también alertaba hace unos días la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en el caso de los infartos.

Ante estos datos, la SEN recuerda que, independientemente de la situación de alarma actual, propiciada por la Covid-19, es vital que los pacientes no retrasen su llegada al hospital por miedo.

“Estos datos deben manejarse con cautela y confirmarse convenientemente. Pero, en cualquier caso, es importante recalcar que el ictus sigue siendo una urgencia médica. El retraso en la llegada al hospital para recibir el tratamiento adecuado es uno de los factores que más negativamente influyen en el pronóstico de esta enfermedad”, señala la doctora María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.

“Aunque los hospitales están volcados con la COVID-19, las enfermedades urgentes, como es el ictus, se siguen atendiendo exactamente igual y sigue habiendo neurólogos a disposición de quienes necesiten una atención urgente”.

La doctora recalca que “los sistemas de Código Ictus siguen funcionando y cada minuto es vital para reducir la mortalidad, la dependencia y la necesidad de cuidados institucionales en los pacientes con ictus”.

Detectarlo a tiempo salva vidas

ingresos por ictus
EFE/ Enric Fontcuberta

El ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres), la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología, cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus en España, de los cuales un 50 % queda con secuelas discapacitantes o fallecen.

No obstante, la atención neurológica urgente y el tratamiento adecuado en Unidades de Ictus pueden reducir las consecuencias devastadoras de esta enfermedad neurológica, principalmente gracias a los avances que ha incorporado el tratamiento en su fase aguda en los últimos años.

Las nuevas medidas terapéuticas, si son administradas en las primeras horas, pueden reducir a la mitad la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad grave.

Señales de alarma

La SEN recuerda que un solo síntoma de ictus es una urgencia, por lo que ante la primera sospecha es necesario llamar inmediatamente al 112 o al 061, o en caso de que la actual situación no permita el contacto con este servicio, acudir rápidamente al hospital, aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos.

Los principales síntomas del ictus son:

  • Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
  • Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
  • Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.
  • Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
  • Sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.

Además, la SEN insiste en que durante el confinamiento sigue siendo recomendable llevar a cabo hábitos de vida saludables para prevenir la aparición de esta enfermedad neurológica: ejercicio moderado, dieta sana y equilibrada, que todos los pacientes con factores de riesgo vascular (hipertensión, diabetes, colesterol, obesidad) sigan realizando un control estricto de los mismos y que no dejen de tomar los tratamientos indicados.