“Ni llaman por teléfono a Emergencias, ni las familias los trasladan al hospital más cercano. Hasta un 40% de las personas que están sufriendo un infarto de miocardio en España prefieren aguantar el dolor intenso en el pecho antes que acudir a un hospital colapsado por pacientes con síntomas de coronavirus”, señala el Dr. Carlos Macaya, jefe de Cardiología del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid

El miedo al coronavirus provoca que las personas no activen el “Código Infarto”
Logotipo del Código Infarto

De hecho, este porcentaje se supera ampliamente en Comunidades Autónomas como Extremadura (95%), Castilla la Mancha (67%), Principado de Asturias y Andalucía (56%), Región de Murcia, Cantabria y Navarra (50%), Castilla y León (49%), Comunidad de Madrid (47%) y la Comunidad Valenciana (46%). Solo en Galicia, País Vasco y principalmente en la Rioja se ha mantenido la normalidad asistencial en urgencias.

Y esta situación excepcional no solo ha sucedido en relación a las personas que sufrían un infarto, sino también con los pacientes que debían realizarse un procedimiento diagnóstico (57% menos, de 2.545 a 1.094 personas), una terapia coronaria (49%, de 1.247 a 644), o los que tenían programada una intervención estructural con TAVI (81%, de 172 a 33), según un estudio de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología (ACI-SEC).

Para entender mejor esta tesitura habría que tener muy en cuenta dos factores determinantes:

  • La media de edad de las personas con síntomas de angina de pecho o de infarto agudo de miocardio (IAM) se sitúa alrededor de los 68 años.
  • Los datos de mortalidad de la pandemia del COVID-19 (a tres de abril) se ceban en los mayores de 60 años con cifras del 95,44% de los fallecimientos (95,76% en mujeres y 95,14% en hombres) .

El paradigma del coronavirus: infección razonable de temor y miedo

“Ha sido una gran sorpresa para todos los cardiológicos. Durante esta crisis pandémica esperábamos las cifras habituales de infartos, pero no ha ocurrido así. Por ejemplo, en mi hospital, con un área poblacional adscrita de alrededor de un millón de habitantes, hemos pasado de atender un infarto diario en hemodinámica a tratar solo la mitad de los casos previstos”, dice el cardiólogo en una entrevista concedida “en línea” a EFEsalud.

“Casi el 50% de los madrileños y madrileñas que han sufrido un infarto de miocardio no han sido tratados con angioplastia primaria”.

“Generalmente -continúa- los pacientes con dolor precordial -zona del pecho a la altura del corazón- venían en las uvis móviles (SUMMA 112 en Madrid) tras activarse el ‘Código Infarto’ y ahora, en la práctica, solo nos traen personas con una clínica compatible con el temido coronavirus… covid, covid y más personas con covid”.

¿Cómo es posible que una persona que sufre un dolor intenso en el pecho, que le duele la mandíbula, que le duele el cuello, que este dolor se irradia al brazo izquierdo, a veces al brazo derecho, no llame a Urgencias o no vaya al hospital?

“La sociedad está atemorizada, en confinamiento para no contagiarse y no poder contagiar. Es como si solo se pudieran activar los servicios de Emergencia (112 en España) si se padeciera fiebre, tos o falta de aire, y no por un dolor agudo en el pecho. El 40% de l@s pacientes y sus familiares prefirieron quedarse en casa antes que ir a un hospital casi colapsado por enfermos de coronavirus, como lamentablemente sucedía hasta hace unos días”.

El lunes 30 de marzo permanecían 240 pacientes en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Clínico San Carlos, mientras que el viernes 3 de abril la cifra bajó hasta la veintena. En otro gran hospital madrileño, el Gregorio Marañón, el número de pacientes ingresados por día pasó de 287 el pasado 28 de marzo a tan solo 68 el viernes 3 de abril.

“Y este recelo tanto de los pacientes como de sus familiares a ir a un hospital, que aún persiste, es muy perjudicial para su salud, ya que un infarto de miocardio es más agresivo, más severo y mata más que el mismísimo coronavirus”, destaca el cardiólogo jefe del Clínico.

La fase prehospitalaria en caso de infarto agudo de miocardio es la más crítica, pues tanto mayor será la morbilidad y la mortalidad cuanto más se tarde en aplicar el tratamiento de reperfusión.

El objetivo del Código Infarto, protocolo de actuación coordinado para todos los niveles asistenciales, consiste en abordar de forma integral, eficiente y rápida los episodios de parada cardíaca, ya sea en el domicilio, en el trabajo o en la calle; de día o de noche.

Entre el 30% y el 35% de las personas muere antes de que tenga lugar el primer contacto médico; de ahí la insistencia de l@s especialistas ante un paciente cardiópata, para que acuda a los servicios sanitarios ante los primeros síntomas de manifestaciones isquémicas.

El periodista de EFEsalud, Gregorio del Rosario, y el cardiólogo intervencionista, Carlos Macaya MiguelInsistimos, doctor Macaya, ¿cómo puede ser que l@s pacientes no llamen al 112?

“Porque los enfermos tienen una gran resiliencia -capacidad de afrontar la adversidad-; un aguante tremendo”, destaca.

“Cuando nuestra vida era normal, sin coronavirus, y un ciudadano sufría un dolor en el pecho, incluso ante la duda de su origen, o bien llamaba al 112 y se activaba el ‘Código Infarto’ o bien acudía a las Urgencias del hospital más próximo. Tanto es así que el dolor torácico es una de las causas más frecuentes por las que se acude a una urgencia. Ahora ya no”.

Además, en esta pandemia se juntan el hambre y las ganas de comer.

“El mensaje constante que se envía a la población es que mantengan el distanciamiento social. Esto ahonda aún más la situación y hace que sea más probable que los pacientes aguanten el dolor en casa, aliviándose con analgésicos, a la espera de que pasen los minutos, incluso las horas.. que es lo que suelen durar los síntomas de un infarto”, reitera.

Afortunadamente, la mitad de l@s pacientes con síntomas no tienen dudas. Acuden a urgencias o llaman al 112 para activar el “Código Infarto”.

“Aún así, es muy posible que lo hayan hecho más tarde de lo normal ante la situación de temor al coronavirus y, posiblemente, ante la tardanza de las ambulancias, desbordadas con los traslados de pacientes con los síntomas de la enfermedad infecciosa, algo que nos trae de cabeza”, opina.

“El beneficio de la angioplastia sería menor en ambos casos, muchísimo peor en el primer supuesto -subraya-. Esto es una realidad que está pasando”.

“Esperemos que a partir de ahora, con la situación más controlada (a día de hoy están hospitalizadas alrededor de 60.000 personas)  y una menor presión hospitalaria (6.931 pacientes en ucis), se active sin dudar el Código Infarto cuando se inicien los síntomas. A la vez, se tendrá que reducir, lógicamente, la carga de trabajo de las uvis móviles”, expone el doctor Macaya.

Recomendaciones para pacientes cardiológic@s que mejoran la lucha contra el coronavirus

Una vez que hay datos empíricos de cómo aflige el coronavirus a las personas, especialmente si la combinación afecta a pacientes mayores con patologías previas, sobre todo cardiovasculares, y con diferentes comorbilidades añadidas, cabe puntualizar o añadir alguna recomendación más a las ya ofrecidas por el galeno en el Noticiero del Corazón publicado el 13 de marzo en EFEsalud.

Pero antes, ofrecemos los últimos datos oficiales disponibles sobre enfermedades y factores de riesgo en l@s pacientes de cualquier edad diagnosticados de coronavirus, según su afectación por neumonía:

  • Pacientes con una o más enfermedades o factores de riesgo: 11.541 (71%).
  • Enfermedad cardiovascular: 3.276 (20%).
  • Enfermedad respiratoria 757 (5%).
  • Diabetes: 1.566 (10%).
  • Otras: 3.236 (19%).

“En pacientes mayores de 60 años es bastante común padecer más de una patología. Hay que tener en cuenta que tanto la hipertensión como la enfermedad coronaria (SCA), por mencionar algunas, son enfermedades muy prevalentes en este segmento de edad. Son pacientes muy vulnerables, al igual que l@s pacientes oncológicos”, apunta.

Como marco general, este tipo de personas con enfermedad cardiovascular (ECV) deben seguir al pie de la letra las recomendaciones de las autoridades sanitarias de cada país, o de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su defecto, mientras dure la lucha contra el COVID-19:

  • La adherencia terapéutica a los medicamentos pautados por su médic@ tiene que ser extrema, sin bajar la guardia por sentirse mejor o con los síntomas atenuados. “Sean disciplinados, siempre; sin excepciones”, reitera el cardiólogo.
  • Es importante que los pacientes con enfermedad cardiovascular permanezcan al día con las vacunas, incluida la vacuna antineumocócica, dado el mayor riesgo de infección bacteriana secundaria con COVID-19.
  • Para pacientes con insuficiencia cardíaca, la administración abundante de líquidos contra la infección viral se debe usar con precaución y cuidadosamente monitorizada. “Estos pacientes no deben retener líquidos en su organismo para no alcanzar una desestabilización y tener que acudir la hospital”, señala.
  • La salud inmunológica general sigue siendo importante para l@s pacientes, lo que incluye comer bien, según la dieta pautada y no beber alcohol.

“Nada de comidas pesadas, evitando alimentos ultraprocesados, y máxima precaución con la sal, ahora un condimento tóxico al no poder salir de casa l@s pacientes a pasear o hacer ejercicio físico pautado. El coronavirus nos obliga a llevar una vida sedentaria”, relaciona.

Las últimas recomendaciones las dirige a los pacientes con enfermedad coronaria.

“Aquéllos que estén tratados y no padezcan síntomas, que se les haya colocado un estent y su ventrículo -izquierdo- sin afectación, que son la mayoría, pueden estar tranquilos. No tienen tanto riesgo, sobre todo si son personas jóvenes, de menos de 70 años”.

Cuando los pacientes sientan los síntomas del infarto deben activar siempre el ‘Código Infarto’. Si este servicio de Emergencias no respondiera convenientemente a la llamada, dada una posible situación de colapso, los familiares deben trasladarlos al hospital más próximo (en ciudades como Madrid o Barcelona)”, establece.

El cardiólogo jefe del Clínico San Carlos de Madrid, el doctor Carlos Macaya-efe¿Qué nivel de contagios existe en su servicio de Cardiología?

“El número de profesionales que está cayendo en primera línea es alto (19.400 a fecha 6 de abril en España). En mi Servicio de Cardiología, el cual tengo el privilegio de dirigir, ya son ocho los cardiólogos que son covid positivo, a pesar de todas las medidas de protección laboral y social. Tod@s l@s profesionales, bien sean enfermer@s, auxiliares y sobre todo l@s médic@s que atienden directamente a l@s pacientes con diagnóstico de coronavirus, tienen más riesgo de contagio. Pero aún desconocemos quiénes son asintomáticos” concluye el doctor Carlos Macaya Miguel.