Protegerse del sol es una medida preventiva fundamental para la salud, aunque la mayoría de las veces no se realiza de forma correcta. Expertos aportados por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) responden a todas aquellas cuestiones relacionadas con la protección solar

La prevención frente al sol debe convertirse en un hábito diario, durante todo el año y en todo tipo de pieles, en especial las más claras. Los riesgos de cáncer de piel, como melanoma o carcinoma basocelular, lesiones dermatológicas y aceleración del envejecimiento convierten la protección solar en un asunto de salud pública.
Así se puso de relevancia en el EFEForum Salud, celebrado recientemente en colaboración con Stanpa, en el que participaron la directora general de esta asociación, Val Díez; el doctor Raúl de Lucas, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y jefe de Dermatología Pediátrica del hospital de La Paz de Madrid; la doctora María Teresa Truchuelo, dermatóloga de Vithas Nuestra Señora de América y Clínica Grupo Pedro Jaén; y Ana Etchenique, vicepresidenta de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
Las dudas sobre la protección solar
Estas son las preguntas que los asistentes al foro realizaron a los expertos y que ahora retomamos para dar contestación a todas ellas:
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¿Para qué sirve la fotoprotección oral?
El sector de los solares abarca todos aquellos productos destinados a cuidar la piel que va a ser o ha sido expuesta al sol. Existen productos en cada uno de los tres pasos más importantes a seguir para proteger la piel frente a los efectos nocivos del sol: preparación de la piel (a través de complementos orales es una posibilidad), protección de la piel justo antes de la exposición (protectores) y recuperación de la piel justo después de la exposición al sol (post solares).
Los expertos explican que “la fotoprotección oral prepara la piel para la exposición al sol de manera que tengamos antioxidantes suficientes para combatir a los radicales libre que son consecuencia de los rayos solares”. Añaden además que “gracias a esta actividad podemos prevenir la oxidación de nuestra piel y el envejecimiento prematuro, aumentando la resistencia a las quemaduras”.

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¿Cuál es su opinión sobre el uso de un año para otro de los fotoprotectores?
Una vez abierto un producto solar, hay que fijarse en la etiqueta (PAO) para comprobar el periodo en el que las características y funciones del mismo están garantizadas. Por lo general, este periodo suele ser de doce meses, ya que durante su utilización las cremas solares suelen estar expuestas a fuertes cambios de temperatura, exposición del bote directa al sol, contacto con elementos exteriores como la arena, etc. Por este motivo, desde Stanpa, la recomendación es prestar atención a los elementos que nos ayudan a conocer las propiedades y hacer el mejor uso de estos productos.
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¿Cómo explicar al usuario los tipos de factores solares?
El SPF es el índice que mide la capacidad de protección de una crema solar frente a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UVB) en la piel. Indica el número de veces que el producto aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura. Por otro lado, el índice PPD (índice de oscurecimiento pigmentario persistente) indica el nivel de protección de nuestro protector solar frente a los rayos UVA. Un PPD superior a 8 revela que tenemos un nivel de protección alto frente a UVA. Es importante tomar conciencia de la necesidad de re-aplicarlo en la playa después de cada baño y en la montaña, cada 2-3 horas.
A la hora de comprar un protector solar hay que fijarse en el etiquetado, que debe cumplir las recomendaciones europeas y, a la hora de adquirirlo se debe revisar:
- La eficacia o categoría de protección solar (baja, media, alta o muy alta)
- El índice de protección (SPF) frente a la radiación UVB (comprendido entre 6 y 50+).
- El índice PPD, la garantía de protección frente a los UVA (indicado con un círculo UVA) y 4. La zona de aplicación (cara, cuerpo,…), la cantidad y el modo de aplicación.
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¿Qué tiempo nos protege un protector desde su aplicación?
La doctora Maite Truchuelo, especialista en dermatología en Vithas Nuestra Señora de América y Grupo de Dermatología Pedro Jaén, explica que “el factor solar depende del fototipo base, por el cual la piel muestra mayor o menor capacidad de asimilar la radiación solar”. Existe diferentes fototipos base, y su variación depende la capacidad de producción de melanina de la piel, lo que en consecuencia determina la capacidad de bronceado.

Una vez que conocemos el fototipo base de nuestra piel y el tiempo que tarda en que aparezcan enrojecimiento o inflamación, podemos elegir el factor solar que nos ayudará a proteger nuestra piel de los efectos nocivos de la radiación solar. Si los eritemas –enrojecimiento, inflamación…- a causa de la exposición al sol aparecen en nuestra piel en 1 minuto, una crema solar de 30 SPF nos protegerá durante 30 minutos, de ahí la importancia de la reaplicación.
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El factor 30 ó 50, ¿tiene distinta intensidad de protección? ¿O es una graduación del tiempo que protegen? ¿Es graduación de intensidad o de duración?
El factor solar mide la capacidad de protección de una crema solar en base al tiempo en el que la piel puede estar expuesta al sol sin sufrir eritemas. De cara a elegir el factor solar adecuado, habrá que tener en cuenta el fototipo base de la piel (si tiene menor o mayor capacidad para producir melanina) al igual que el tiempo en el que piel estará expuesta al sol. Por ello, es fundamental la reaplicación una vez que el factor solar ha terminado de hacer efecto.
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El SPF va relacionado con el tiempo. ¿Si en una crema hidratante de día tenemos un SPF 15/20 (lo más habitual) no cree que es insuficiente? ¿No sería mejor aplicar encima una protección urbana o más alta?
Antes de la compra de cualquier tipo de cosmético, es importante conocer el tipo de piel así como el fototipo base para la correcta elección del protector solar. Su uso es recomendable durante todo el año, sin embargo hay que tener en cuenta que la incidencia de los rayos solares no es la misma en invierno que durante la época estival, por lo que durante aquellos meses con menos horas de sol y con menos incidencia en nuestra piel, un factor intermedio suele ser la elección habitual.
No obstante, existen marcas en el mercado que ofrecen mayores protecciones frente a UVB en nuestra hidratante que también son muy aconsejables. Existe una gran diversidad de tipos de piel (grasa, mixta, sensible, atópica, manchas…) y dentro del sector cosmético podemos encontrar multitud de productos (en solares ya solo hay más de 300 marcas) para cubrir nuestras necesidades y tipo de piel.
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¿Con un factor de protección alto nos ponemos morenos?
“La piel reacciona ante la radiación solar y el moreno es un mecanismo de defensa de la piel ante la exposición al sol”, según explica Ramón de Lucas, miembro de la AEDV y jefe de Sección de Dermatología Pediátrica del Hospital Universitario la Paz de Madrid. Si el nivel del fototipo base es mayor, la piel tendrá mayor capacidad para producir melanina y por lo tanto también para broncearse. El factor solar evita que la piel pueda sufrir eritemas durante el tiempo que estamos expuestos al sol.
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¿Qué peligros tienen las máquinas de rayos UVA que vemos en muchos centros y gimnasios?
El bronceado artificial presenta algunas características que la hacen más peligrosa frente al bronceado natural, ya que la intensidad de radiación ultravioleta es mayor que la radiación solar debido a que los rayos UVC y UVB son total o parcialmente absorbidos por la capa de ozono y éste actúa de protector natural para nuestra piel.
Por ello, la Comisión Internacional de Protección de Radiación (ICNIRP) ha elaborado una serie de recomendaciones con el objetivo de advertir al consumidor de quienes no deberían recurrir a este tipo de bronceado:
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Las personas con fototipo de piel deficientes en melanina, ya que sus pieles siempre se queman y raramente se broncean.
- Menores de 18 años.
- Personas con gran número de lunares.
- Personas con tendencia a tener pecas.
- Antecedentes de frecuentes quemaduras solares.
- Lesiones cutáneas pre-malignas o malignas.
- Piel con lesión solar.
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¿Hay campañas del Ministerio de Sanidad sobre protección solar?
Desde el Ministerio de Sanidad y Política Social, advierten a los ciudadanos de las consecuencias de la radiación social en la piel, y aún más, durante el periodo estival donde los rayos inciden de forma más directa y la piel está más vulnerable. Por ello, desde el Ministerio explican que además de una adecuada protección solar, es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones:

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Evite exponerse al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas), así como exposiciones prolongadas o siestas.
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Disminuya las partes del cuerpo expuestas directamente al sol. Las prendas ligeras, las camisas de punto tupido y los pantalones largos bloquearán la mayor parte de la radiación solar. Las prendas más cómodas en los climas calurosos son las camisas de algodón de colores claros. La ropa debe ser cómoda y no demasiado ceñida.
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Se recomienda cubrir la cabeza con sombreros o gorras.
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El sol puede dañar también los ojos, por lo que es recomendable utilizar gafas de sol homologadas que filtren el 100% de la radiación ultravioleta.
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Utilice productos de protección solar con un factor elevado y adecuados a su edad, tipo de piel y zona del cuerpo. Estos protectores deberán aplicarse, en cantidades generosas, 30 minutos antes de exponerse al sol y renovarse cada dos horas y después de cada baño. Recuerde que ni siquiera los productos de protección solar muy eficaces y que protegen frente a ambas radiaciones, UVB y UVA, pueden garantizar una protección total frente a los riesgos que la radiación ultravioleta (UV) entraña para la salud. Por esta razón, se ha cambiado la normativa de etiquetado de los productos de protección solar y no debe declararse ni darse a entender que ofrecen protección total frente a los riesgos derivados de una exposición excesiva a la radiación UV. La única forma de evitar completamente los daños del sol es evitar la exposición y, cuando esto no se haga, tomar las medidas de protección adecuadas descritas para intentar disminuir el riesgo.
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Sea cuidadoso en exposiciones sobre y en el agua, ya que la radiación puede penetrar hasta un metro en el agua clara.
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Proteja especialmente a los niños, ya que son muy sensibles a sobre exposiciones al sol en esta época del año. Se debe evitar también que menores de 3 años estén expuestos al sol. Se deben utilizar cremas de factor solar elevado (se aconsejan factores de protección solar mayores de 50).
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Si toma medicación, compruebe que ésta no aumenta la sensibilidad cutánea a la radiación ultravioleta.
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No olvide que el riesgo de quemaduras solares se incrementa con la altura (cada 300 metros, aumenta un 4% el poder de las radiaciones ultravioletas) por lo que en la montaña se deben seguir los mismos consejos para protegerse del sol.
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¿Con los protectores solares se asimila la vitamina D?
Según el doctor Ramón Lucas, “20 minutos de exposición al sol, son suficientes para asimilar la vitamina D que nuestra piel necesita al día”, y por ello, la necesidad de convertir la protección en una rutina diaria para proteger la piel de los efectos nocivos del sol con protectores solares y también con productos post solares.
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¿Por qué han enfocado este foro como un asunto de salud pública?

En España, en los últimos años, cada vez estamos más interesados en el cuidado de la piel y en la protección solar y su uso ha ido creciendo principalmente por dos motivos clave: una mayor concienciación de la necesidad de protegerse de los daños solares, a lo que hay que añadir el fuerte incremento del turismo que recibe nuestro país, que en 2016 batió cifras récord con 75,3 millones de turistas extranjeros.
Pese a estos avances, aún hoy el nivel de concienciación sigue siendo bajo. Según los datos del Panel de Hogares 2016, elaborado por Kantar World Panel, solo 4 de cada 10 hogares españoles compran productos de protección solar y apenas 1 de cada 10 hogares emplean productos para después de la exposición al sol (post solares). Otras investigaciones realizadas en nuestro país sobre una población de más de 7.000 personas nos indican que en últimos 4 años ha crecido en más de un 15% el número de personas que se ha quemado al sol y un 23% declara haberse quemado más de 5 veces
La fotoprotección se utiliza principalmente en los meses de verano. Sin embargo, los rayos ultravioleta no “descansan” ya que siguen presentes los 365 días del año. Por este motivo, es necesario utilizar protección solar siempre que estemos expuestos a la radiación, independientemente de la época del año.
Es clave cuando vamos a la playa o a la piscina, pero también igual de importante con las actividades al aire libre, hacer deporte o ir a la montaña, ya que tanto en invierno como en verano, el efecto acumulativo de radiación UV sigue siendo igual de dañino.
A corto plazo, un exceso de sol puede provocar rojeces, inflamación e incluso quemaduras; y a largo plazo si el sol nos ha agredido la piel de forma continuada puede generar aparición de cáncer de piel o melanomas.
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