El nuevo episodio del pódcast “A gusto con la Tierra” recuerda distintas formas de paliar el desperdicio alimentario: la planificación y el orden son las claves.

Sea por razones económicas, sociales, medioambientales o por una amalgama de todas ellas, el desperdicio alimentario es algo que no debemos pasar por alto. Con la ayuda de Noelia López, nutricionista de Nestlé, ahondamos en las pautas que debemos seguir para evitar caer en la tentación de desechar más de lo que debemos.
Claves para evitar el desperdicio alimentario
Comprar y cocinar eficientemente son factores trascendentales a la hora de evitar producir residuos orgánicos de más. La experta señala una serie de pautas con tal de aprovechar todo:
- Control despensa y nevera. Tener bajo control lo que tenemos tanto en nuestra despensa como en nuestra nevera es esencial. Si no lo hacemos, desconocemos lo que tenemos y lo que debemos comprar. En este sentido, el orden es esencial.
- Planificación. Organizar qué se va a comer y cuándo es una pieza clave para evitar el desperdicio alimentario.
- Ordenar la lista. La lista de la compra debemos ordenarla en función de cómo estén dispuestos los alimentos en la tienda. De esta forma, garantizaremos la obtención de todo lo que necesitamos, sin olvidar nada ni perder el tiempo de manera innecesaria.
- Aprovechar. Mucho de lo que desechamos se puede aprovechar. Es el caso, por ejemplo, de las pieles de las verduras o las espinas pescado, que pueden utilizarse en caldos.
- Congelador. Congelar alimentos siempre será una opción idónea. Eso sí, deberemos utilizar recipientes aptos para bajas temperaturas, además de herméticos. Adicionalmente, la experta asegura que poner la fecha de preparación de todo lo conservado en el congelador nos garantizará una mejor gestión de los alimentos.

Si vas a congelar…
Entre los distintos consejos anteriormente señalados, Noelia López incide en hablar de la congelación. Porque es importante tener en cuenta que el proceso de congelado permite frenar el crecimiento de los microrganismos, pero no los mata.
Por eso, debemos tener cuidado con ciertos aspectos como:
- No volver a congelar: solo se puede volver a congelar en el caso de haber cocinado a altas temperaturas lo previamente congelado.
- No congelar si todavía está caliente: si lo hacemos estaríamos cambiando considerablemente la temperatura de la nevera, cosa que, además de no ser sostenible, tampoco es seguro para otros alimentos, que pueden verse afectados por ello.
Tener presente nuestra realidad
De una forma u otra, lo cierto es que lo más eficiente a la hora de evitar el desperdicio alimentario es tener en cuenta la situación de la que partimos:
- La rutina que seguimos
- El número de personas que conviven en el hogar
- Las veces que recurrimos a la restauración
Batch cooking
Una de las herramientas de planificación más útiles es el conocido como “Batch cooking“, una práctica que, pese a que haber tenido una presencia incuestionable desde siempre, la renovación del concepto al que hace referencia es máxima tendencia en la actualidad.
Este anglicismo engloba la idea de cocinar de manera eficiente, ahorrando tiempo, recursos energéticos y materiales, haciendo todo a la vez y en pocas horas.
Noelia López menciona distintas formas de poner en práctica esta herramienta.
Recetas
El batch cooking implica cocinar cosas diferentes, pero con la misma base. Ejemplo de ello es la polivalencia del sofrito de tomate, que se puede reutilizar en otros preparados como los garbanzos con tomate o las patatas rellenas.
Otros de los preparados que más presencia tiene en esta herramienta de planificación culinaria son las cremas y las sopas de vegetales, sean frías o calientes. A base de legumbres, patatas o cualquier tipo de verdura, este tipo de recetas permiten el aprovechamiento de todos aquellos vegetales que encontramos en nuestra nevera. Es el caso de la crema de calabacín, espárragos, calabaza o espinacas.
Cómo preparar ensaladas
Cabe recordar que debemos consumir verduras crudas en una proporción considerable, por el valor nutricional que esto implica. Y, aunque es lo primero que nos viene en mente, la ensalada no la única opción para comer verduras crudas. El gazpacho es otra alternativa fácil de hacer y conservar.
Y es que, en el caso de la ensalada, la conservación (preparada) es algo con lo que debemos lidiar con mayor cautela.
Descartada la opción de congelar (porque sus ingredientes pierden mucho de la parte organoléptica y sensorial), la prioridad se fija en la forma de preservarla.
La nutricionista de Nestlé explica la forma correcta de conservar una ensalada: por capas.
- Alimentos con mayor cantidad de agua primero, en el fondo. Pepino o tomate
- Alimentos más sensibles a la humedad (como la lechuga o los brotes verdes) en la parte superior, para evitar el contacto con los anteriores.
Para no repetir
Para evitar que se nos haga repetitivo, debemos procurar utilizar distintos tipos de cocinado y tener siempre a mano productos congelados y conservas, como judías verdes con zanahoria, setas deshidratadas, pescados en conserva…
Es importante variar en las formas de cocinado: al no depender de un único método de cocinado podemos ser flexibles en las técnicas de cocción escogidas, además de poder elaborar todos los platos en menos tiempo.
Eso sí, debemos sacar el máximo partido de los electrodomésticos para que sea eficiente. En el caso de usar el horno, podremos recurrir a varias preparaciones para que el consumo energético no sea en vano.
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