No son pocos los resquicios o trampas que permiten manipular o falsear la identidad de un ser humano, y tampoco son pocos los errores de intercambio de recién nacidos que se cometen o han cometido en maternidades de todo el mundo. El doctor Antonio Garrido-Lestache nos habla del problema y plantea dudas inquietantes

“… Doña Carmen Santarem Sánchez se casó con un hombre que tenía seis dedos en una mano, igual que su padre y su abuelo, y claro en la maternidad de Santa Cristina dio a luz una niña con seis dedos. Al día siguiente tras lavarla se la trajeron pero solo tenía cinco dedos. Al percatarse del error la madre reclamó a su hija, pero la enfermera se puso a discutir hasta que se enteró que en la habitación vecina había una bebe con seis dedos…Esto sucedió hace 50 años , pero no estamos seguros de que no se vuelva a repetir…”
“…El 30 de noviembre de 2013, Marta Montes dio a luz por cesárea en un hospital de Málaga a la niña Naia Chicón. Dos horas después se la llevaron a la habitación donde le dio el pecho. Después al cambiarla, la abuela vio que era un varón. Luego lo de siempre .”gritos, disculpas, carreras, comprobación de ADN y huellas dactilares de madre e hija…”
Este es el relato que hace de algunos casos reales el pediatra Antonio Garrido-Lestache en su nuevo libro “La Identidad del Ser Humano. Errores, falsificaciones y garantías a lo largo de la historia” (Editorial Memoralia), en el que a lo largo de 688 páginas aporta no sólo información y anécdotas sobre el robo e intercambio de bebés, sino también sobre otros temas muy ligados a la identidad como la trata de personas, la suplantación de personalidad en los regímenes totalitarios o el intercambio de sexo.
Defensor del derecho inalienable y consustancial que tiene toda persona a saber de quien ha nacido y cual es su origen, este humanista lleva décadas luchando para que se identifique a los niños nada más nacer, mediante la toma de la huella dactilar, y ahora del ADN también.
Para el médico no se trata solo de evitar desapariciones, tráfico y explotación sexual, sino de asegurar el segundo bien más importante después del derecho a la vida.
Recogida de huellas

Desde el año 2000 es obligatoria la recogida de huellas en los hospitales españoles para obtener el denominado DNI infantil “pero no se está haciendo en casi ninguno y si se hace, se hace mal, porque no ha habido un plan específico de formación y no hay docencia de dactiloscopia”, denuncia este pediatra en una entrevista a EFEsalud.
En la declaración de nacimiento, explica, figuran desde 1990 cuatro rectángulos para unir a madre e hijo poniendo las huellas dactilares de ambos, “y yo animaría a los hijos únicos a que reflexionen si han podido ser cambiados, con o sin intención, y que contrasten su identidad.Tienen que pensar que podrían contraer matrimonio con su hermano o hermana, puesto que las maternidades no garantizan que cada hijo que nazca se vaya con su madre y además ahora el peligro es mayor con la reproducción asistida en la que el donante es anónimo”.
Recuerda el autor a aquellos niños que han sido robados y/o cambiados y dice que unas veces lo saben y otras no, y por ello defiende que “no estaría de más hacerse una prueba de ADN antes de casarse para saber la identidad de tus padres y de los futuros suegros…. podrían salir muchísimas sorpresas”, apostilla.
La comunidad de Cataluña, relata el pediatra, ha creado un Instituto de Acogimiento y adopción (ICAA ) para atender a las personas que buscan sus orígenes. Así, Marina, nacida en 1987 en la Clínica Dexeus de Barcelona, pudo encontrar a su madre Alfonsa, a la que le dijeron que su hijo había muerto y pudo recuperar su identidad después de 26 años. Considera que el Gobierno podría crear un organismo igual.

Un problema “morrocotudo”
Para acabar, Garrido-Lestache recuerda el caso de Rafael Sanz Aragón, hijo de Vicente y Carmen, nacido en Madrid el 22 de junio de 1964 en la maternidad de O´Donell. Era el quinto hijo de seis de un matrimonio residente en Rivas Vaciamadrid. Ahora casado y con dos hijas, al realizarse un análisis por creer el médico que padecía una enfermedad celiaca recibe la noticia de que no es hijo de su madre y no es hermano de sus cinco hermanos.
El pediatra invita a ponerse “en el pellejo de Rafael” y hacerse las mismas preguntas que probablemente se hizo: ¿ Quien soy yo? ¿Quienes son mis padres? ¿tengo hermanos? ¿soy hermano de mi mujer? Y más adelante ¿Qué pinto yo en la que ha sido mi casa? ¿tengo derecho a la herencia de los que hasta ahora han sido mis padres?….
La importancia del tema es tal que por eso el filósofo Ortega y Gasset decía que era el problema más “morrocotudo” que tiene la humanidad. “Es la Identidad y todo el mundo tiene derecho a buscar sus orígenes”, concluye.
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