El investigador José María Gatell, destacado experto en sida a nivel internacional, cree que con las actuales estrategias de prevención se puede llegar a reducir la epidemia en un proceso “muy lento”, aunque si no se introduce una vacuna preventiva, “en los próximos 30 ó 40 años seguiremos teniendo mucho sida en el mundo”

El jefe de Enfermedades Infecciosas y SIDA del Hospital Clínic de Barcelona y catedrático de Medicina en la Universidad de la ciudad catalana, lleva estudiando el sida desde hace casi treinta años. Es miembro del Grupo de Estudio del Sida (GESIDA); coordinador de la Red Española de Investigación en SIDA e integrante de la Red Europea de Tratamiento del SIDA e EuroSIDA/EUROCORD.
En el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, Gatell habla con EFEsalud cuando se cumplen 32 años de la aparición del primer caso de VIH en el mundo.
- Como experto…¿Contempla un futuro en el que el sida deje de ser una enfermedad crónica y se pueda curar?
En una persona que está infectada será muy difícil llegar a erradicar el virus, aunque se está investigando. Pero… ¿a una persona que está infectada podremos llegar a controlarla sin necesidad de tratamiento antirretroviral? Pues ese es el objetivo de las vacunas terapéuticas… Quizá sí o quizá no, pero hay datos que permiten tener cierto grado de optimismo.
- ¿Y un futuro en el que se llegue a erradicar el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y por tanto la epidemia?
Si hacemos funcionar las estrategias de prevención que ahora tenemos podemos avanzar hacia minimizar la epidemia o reducirla, pero será un proceso muy lento. Si en este proceso no se introduce una vacuna preventiva, con las estrategias de prevención que tenemos actualmente, en los próximos 30-40 años seguiremos teniendo mucho sida en el mundo.
- ¿Está cerca ya la vacuna preventiva? ¿Cómo van las investigaciones?
Está más atrasada que las vacunas terapéuticas. Se han ensayado 5 o 6 estrategias, como mínimo, de vacunas preventivas y solo una (cuyos resultados se publicaron en 2009) funcionaba de manera parcial, con un eficacia del 30% y eso es más un problema que una solución porque no sabes qué hacer con ella. La conclusión fue que, conceptualmente, una vacuna preventiva puede ser posible pero hay que perfeccionar mucho los hipotéticos candidatos porque hay que ir más allá del 30%. Es una prioridad en investigación, se le están dedicando muchos recursos.
- ¿Hasta qué punto son efectivas las actuales estrategias de prevención?
Es cierto que ahora disponemos de muchas estrategias preventivas frente al VIH y el hecho de no tener una vacuna preventiva no quiere decir que no se pueda hacer nada contra su propagación. En los últimos 2 o 3 años, a nivel mundial, sigue habiendo muchas infecciones pero el porcentaje de nuevas infecciones cada año están descendiendo un 10-15% y eso quiere decir que se aplican las estrategias preventivas y que funcionan de manera parcial.
- Una de estas estrategias es el diagnóstico precoz.
Si, una de las estrategias que más están funcionando es el diagnóstico del mayor número de personas posible y tratarlo lo antes posible . Una persona ya infectada que recibe tratamiento antirretroviral es muy difícil que transmita el virus.
Cuantas más personas diagnostiquemos y antes tratemos, menor probabilidad habrá de que transmitan el virus. Y esto, combinado con la utilización del preservativo, poco a poco va dando resultado.
- Precisamente un porcentaje importante no sabe que está infectado…
Datos de toda Europa y de España confirman que 1 de cada 3 personas infectadas no sabe que lo está. Esto supone que a esa persona que no lo sabe se le diagnosticará más tarde, por lo que tendrá mas problemas, y durante este periodo puede transmitir la infección a otras personas.
Qué estrategia hay que seguir para diagnosticar a estas personas que no lo saben es un tema de debate. Hay que hacerlo mejor de lo que lo estamos haciendo…pero decir que todos nos tenemos que hacer la prueba del VIH en la práctica no es tan fácil de implementar.
Los países que han intentado adoptar esta estrategia (EE.UU, Francia…) no han conseguido que funcione bien. En España se intenta una solución intermedia que trata de avanzar en el diagnóstico precoz: que el médico, a la mínima sospecha de que el paciente pueda estar infectado por el VIH, que le recomiende la prueba. Hay que educar, sobre todo, al personal sanitario para que aliente al paciente a hacerse la prueba cuando haya sospechas.

- El pasado mes de enero, su grupo de investigación en el Hospital Clínic presentó el desarrollo de una vacuna terapéutica que reduce tres veces más la carga del VIH por un plazo de un año. ¿Cómo sigue la investigación?
Las vacunas terapéuticas funcionan bien pero no son lo suficientemente potentes como para prescindir del tratamiento antirretroviral. La finalidad última de estas vacunas sería poder prescindir de este tratamiento al cabo de 2 o 3 años y después retirarlo sin que el virus rebrotara. Esto no se ha conseguido todavía con vacunas terapéuticas porque el virus rebrota siempre, aunque a un nivel inferior.
La vacuna que presentamos en enero tiene la característica de que controla parcialmente el rebrote del virus, lo controla durante muchos meses pero no permite prescindir del tratamiento retroviral y, por tanto, no es suficiente.
Como hemos seguido trabajando en este campo de vacunas terapéuticas se podría pensar que si se administra en pacientes con una infección muy reciente esto será mejor que en los que llevan muchos años.
Quizá esta vacuna terapéutica habrá que suplementarla con otro tipo de vacunas. Es decir, combinar dos tipos de vacunas a la vez para ver si esta capacidad de controlar el virus sin necesidad de retrovirales puede aumentar al 100%.
- ¿Qué otros proyectos de investigación destacaría?
Desde el HIVACAT (programa catalán para el desarrollo de una vacuna contra el VIH) coordinaremos un proyecto europeo para el desarrollo de otra modalidad de vacuna terapéutica que consiste en administrar un inmunológico pero que, en lugar de hacerlo por vía subcutánea, se hace por vía intranodal (en el interior de los ganglios linfáticos) ya que es posible que tenga mayor potencia.
Estamos liderando otros estudios a nivel europeo pero de momento no tenemos nada que se pueda vender en las farmacias. Y tal y como están las cosas, en los próximos tres años no habrá nada en las farmacias porque todo lleva su tiempo y aunque sigue habiendo financiación europea, en España hay problemas serios. No hay que cerrar los laboratorios pero los recortes hacen ir más despacio en algunos proyectos.