Cuando el estrés y las preocupaciones llaman a nuestra puerta, no hay lugar para nuevas ideas. Encontrar un espacio tranquilo donde liberar tensiones es un requisito imprescindible para superar el bloqueo, pero no el único. La inspiración está unida al compromiso, la pasión y el disfrute que nos produce aquello que hacemos

La fecha de entrega se acerca. El sudor empapa nuestra frente. Las ideas están de vacaciones. “No estoy inspirado. ¿Qué hago?”. Estanislao Bachrach, doctor en Biología Molecular y autor del libro Ágilmente: aprende cómo funciona tu cerebro para potenciar tu creatividad y vivir mejor (Editorial Conecta), comparte su receta para estimular la imaginación.
La capacidad de fabricar ideas novedosas no es cosa de genios. El más pequeño de los gestos puede romper con los patrones habituales de pensamiento. Eso es creatividad: “crear algo nuevo y diferente, que tenga valor para ti, tu familia, tu empresa o tu país”, explica Bachrach. El primer paso para potenciar este talento es tener la intención de hacerlo.
Según el biólogo, “es muy difícil ser creativo cuando odias a tu jefe, detestas tu trabajo o no estás comprometido con lo que quieres hacer”.
Cómo encontrar una aguja en un pajar
Ir en busca de una única idea brillante es una tarea difícil y agotadora para nuestro órgano más preciado: “El cerebro bajo presión se pone ansioso, la ansiedad reduce la dopamina, y la dopamina es un neurotransmisor fundamental para tener ideas”, advierte Bachrach.
La cantidad es más importante que la calidad en la fase inicial del proceso creativo. El científico aconseja no presionarse a sí mismo y recurrir a la lluvia de ideas: apuntar en un papel todo lo que se nos pase por la cabeza y no descartar ninguna opción. Es vital desarrollar esta tarea en un lugar tranquilo donde podamos desinhibirnos.

Debemos analizar los gustos del destinatario y la oferta de los competidores. ¿Cómo son las personas que van a recibir mi idea? ¿Cuál es la estrategia de la competencia? ¿Cómo puedo diferenciarme? A continuación, el biólogo propone olvidarse de la lista de ideas durante unas horas o días.
Por último, buscaremos la originalidad entre nuestras propuestas y perfilaremos una idea concreta. “Es posible que el 99% de las anotaciones no sirvan para nada, pero con que haya un 1% que tenga valor es suficiente”, declara Bachrach.
Tándem: inspiración y compromiso
“Cuanto menos te guste lo que haces, menos inspirado vas a estar”. Es la conclusión de Bachrach, quien asocia la creatividad al compromiso, las ganas, la pasión y el disfrute que nos genera determinada actividad. El ambiente laboral repercute en la calidad y cantidad de ideas que producimos.
Según el biólogo, las personas tienden a encerrarse en sí mismas, cruzarse de brazos y culpar a los demás en época de crisis. El gran damnificado es el espíritu creativo. Solo destacarán aquellos que sepan generar ideas distintas para salir adelante.
“En chino, la palabra ‘crisis’ significa lo mismo que ‘oportunidad’. Así hay que mirar esta etapa”.
¿Cuando crece la semilla de la creatividad?
Los ‘momentos de inspiración’ no son universales. Cada persona tiene los suyos, que pueden ser de camino al trabajo, en la ducha, al hacer deporte o antes de dormir. La lluvia de ideas interna suele aparecer cuando no hay un esfuerzo consciente de pensar y estamos relajados.
“A nivel cerebral, estos momentos tienen relación con las ondas alpha, vinculadas a la calma y a los pocos pensamientos racionales”. El científico propone anotar nuestros insights en una libreta o en el móvil para no olvidar las ideas.

Bloqueo mental
El córtex prefrontal –la parte del cerebro que empleamos para tomar decisiones, trabajar y comprender– tiene un límite físico de conexiones que provoca la falta de inspiración. “Con la cantidad de cosas que hacemos, ese área se tapa y no entran las ideas”, explica el científico.
Por eso es importante desconectar: escuchar música, salir a pasear o practicar actividades que nos hagan disfrutar. Si aparcamos el estrés, el cansancio, los problemas y el trabajo, surgirán nuevas ideas.
La gente creativa es más feliz
Bachrach asegura que las personas que cultivan su imaginación se sienten más satisfechas: “Se dan cuenta de que pueden tomar decisiones distintas al resto y no dependen tanto de los demás, lo que les genera bienestar, confianza y motivación. Vuelven a casa más contentos, con más energía”. No es la única ventaja de esta cualidad.
- La creatividad es como un spa cerebral que garantiza lucidez a largo plazo. Cada vez que tenemos nuevas ideas, el cerebro se desarrolla. “Todos esos aspectos que hacen click en la cabeza fortalecen la salud mental”.
- Aporta tranquilidad. “Nos obliga a buscar espacios de media hora para liberar tensiones y rebajar el estrés”.
- Es una nueva herramienta para el cerebro, que adopta la dinámica de la creatividad como un hábito. “Llega un momento en el que dicha cualidad forma parte de nuestro ser”, concluye Bachrach.
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