La enfermera y matrona Rosabel Molina Olías, especialista en obstetricia y ginecología en el Hospital de El Escorial de Madrid, explica, en este último reportaje de la serie “Matronas”, por qué son trascendentales tanto el puerperio inmediato como el traslado a la planta de maternidad: “La mamá ya no correrá ciertos peligros físicos y el …
Madre y bebé: del puerperio inmediato a la rampa de salida del hospital
La enfermera y matrona Rosabel Molina Olías, especialista en obstetricia y ginecología en el Hospital de El Escorial de Madrid, explica, en este último reportaje de la serie “Matronas”, por qué son trascendentales tanto el puerperio inmediato como el traslado a la planta de maternidad: “La mamá ya no correrá ciertos peligros físicos y el bebé se beneficiará, todavía más, del contacto piel con piel en un entorno familiar”.
Una vez finalizado el alumbramiento comienza una fase de aproximadamente dos horas de duración, y hasta las 24 horas según el caso, no menos importante ni exenta de riesgos. Es el denominado puerperio inmediato o posparto inmediato, donde pueden surgir, sobre todo para la mamá, algunas de las complicaciones más severas para su salud que podrían conllevar un desenlace fatal.
“Es posible que no se contraiga el útero porque se haya quedado algún resto de la membrana placentaria en su interior; que sufra subidas o bajadas bruscas de su tensión arterial; que se produzcan pérdidas de sangre injustificadas; que la expulsión de los loquios -flujo vaginal que varía de color rojizo a amarillento- no vaya acompañada de infecciones; o que los entuertos -contracciones uterinas, a veces dolorosas- estén bajo nuestro control”, ejemplariza.
Vigilancia extrema de las constantes vitales de la madre y su bebé tras el parto
En la misma sala de parto, o sala de reanimación en caso de que el nacimiento haya sido mediante técnica quirúrgica de cesárea, no solo se atiende a la salud física de la mamá o el bienestar fetal, sino que se inicia la lactancia en el caso de que sea natural: “También prestamos especial atención a la actitud de la madre y su estado de ánimo para detectar y prevenir posibles problemas emocionales”, destaca.
Cuando se ha aplicado anestesia epidural durante el parto, las mujeres quizá sufran pequeños temblores, que no tienen mayor importancia y desaparecerán rápidamente. Las cicatrices de las cesáreas y de las episiotomías tendrán un cuidado especial y no faltarán los medicamentos que atenúen el dolor y la inflamación. Además, se observarán la afectación de posibles edemas -acumulación de líquidos- y la aparición de signos de tromboflebitis o hinchazones en las venas en las piernas.
“Tras las dos horas de postparto o puerperio inmediato, o alguna más, y una vez comprobado que todo sigue su curso normal, se procederá al traslado de madre y del recién nacido a su habitación en la planta de maternidad. Allí, todo el personal obstétrico se encargará del seguimiento y vigilancia del binomio más inseparable de nuestra vida”, informa la matrona.
“En estos momentos familiares, tan felices -indica Rosabel-, es muy importante informar y enseñar al acompañante de la reciente mamá (ya sea su pareja, madre, amiga o familiar) cómo debe actuar y cómo debe colaborar en el bienestar y la recuperación de ambos”.
“Hay que tener en cuenta, tras el parto, que la madre padece una supresión hormonal llamativa, que unida a la nueva situación familiar, el cansancio o la existencia de más hij@s, pueden influir negativamente en el estado de ánimo de la madre y la gestión de sus emociones”, subraya.
“No recomendamos, por tanto, que la nueva familia reciba visitas, sobre todo numerosas y continuadas, durante los primeros días de vida del recién nacido… y mucho menos durante la estancia hospitalaria. Este periodo es decisivo para propiciar el vínculo maternofilial, el inicio y desarrollo de la lactancia, para recuperarse del parto, con cesárea o sin ella, y comenzar a asumir la nueva situación familiar”, argumenta claramente la especialista.

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