“La razón de ser de la industria farmacéutica es la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos que curen enfermedades y mejoren la calidad de vida de las personas, poniendo además el empeño en que lleguen a los pacientes que los necesitan. Y este propósito vive una etapa apasionante: estamos inmersos en un cambio sin precedentes en el tratamiento de las enfermedades”, asegura Jesús Acebillo, presidente de Farmaindustria en un artículo para EFEsalud.

‘Reimaginando’ la medicina
Foto: Farmaindustria
  • 13 de agosto, 2018
  • ANÁLISIS/JESÚS ACEBILLO, PRESIDENTE DE FARMAINDUSTRIA

Reimaginando’ la medicina

por Jesús Acebillo, presidente de Farmaindustria

La razón de ser de la industria farmacéutica es la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos que curen enfermedades y mejoren la calidad de vida de las personas, poniendo además el empeño en que lleguen a los pacientes que los necesitan. Y este propósito vive una etapa apasionante: estamos inmersos en un cambio sin precedentes en el tratamiento de las enfermedades.

Gracias al desarrollo de disciplinas como la genómica y la proteogenómica funcional, vivimos ya una revolución histórica que nos está permitiendo reimaginar la medicina, a través de las nuevas terapias moleculares, genéticas y celulares, que están trasformando la evolución de las enfermedades y la vida de las personas y están comenzando a hacer realidad la medicina de precisión, que ofrece tratamientos específicos para determinados grupos de pacientes.

Esta revolución es consecuencia, entre otros factores, del compromiso de la industria farmacéutica con la I+D de nuevos medicamentos, un empeño al que contribuyen gobiernos, universidades, investigadores, médicos y pacientes y que ha cristalizado en grandes logros en las últimas décadas.

En el último cuarto de siglo las muertes por cáncer se han reducido un 20%; sólo en lo que va de siglo los fallecimientos por patologías cardiovasculares han retrocedido en un 37%, y las nuevas terapias biológicas han cambiado radicalmente el curso de las enfermedades reumáticas y autoinmunes. Al tiempo, patologías como el sida han dejado de ser mortales, y otras que no tenían tratamiento eficaz, como la hepatitis C, tienen ya cura.

Aunque existen otros elementos implicados en esta evolución positiva, como los avances en el diagnóstico precoz, la evolución de la formación médica o la creciente implicación de los pacientes en el cuidado de su salud, resulta evidente el protagonismo del medicamento innovador, responsable de dos tercios de la ganancia de esperanza de vida en la primera década de este siglo.

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El presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo. Foto: Farmaindustria

Cabe recordar que descubrir y desarrollar un nuevo fármaco sólo es posible gracias a un modelo de I+D, cada vez más abierto, colaborativo e internacional, que requiere de enormes esfuerzos y una adecuada protección de la propiedad industrial a través de las patentes. Únicamente así es factible para una compañía soportar los 10-12 años de desarrollo de un fármaco, con una inversión de más de 2.400 millones de euros y un enorme riesgo, ya que sólo 1 de cada 10.000 moléculas en investigación básica se acaba convirtiendo en un medicamento.

Este modelo se desarrolla en un entorno de innovación en abierto impulsado por las compañías farmacéuticas y en colaboración con hospitales y centros de investigación en todo el mundo, lo que las convierte en las grandes dinamizadoras del tejido investigador biomédico, al invertir cada año en el mundo más de 171.000 millones de dólares en I+D, casi el 10% de la I+D de todos los sectores.

España está llamada a tener un papel protagonista. La industria farmacéutica es líder en inversión en I+D industrial, con el 20% del total. Tras cuatro años consecutivos de crecimiento, en 2017 batió el récord histórico de inversión, con 1.147 millones de euros. Y ya casi la mitad de esa inversión (47,2%) se destina a proyectos en colaboración con hospitales y centros públicos y privados de investigación.

En esta línea, el 60% de la inversión se destinó a ensayos clínicos. La apuesta de la Administración, la calidad de los centros sanitarios y la alta formación de sus profesionales, la creciente participación de los pacientes y el impulso de la industria están convirtiendo a España en una referencia. Para muchas multinacionales ya es el segundo país, tras Estados Unidos, en el que más invierten en ensayos clínicos, y se confirma además la tendencia al alza de la inversión en fases tempranas, las más complejas.

La medicina de precisión es una revolución que está ya haciendo evolucionar a los sistemas sanitarios, a los que ofrece mayor nivel de efectividad en los tratamientos y, por tanto, mayor eficiencia.

El modelo de investigación que ha permitido enormes avances en el pasado y que promete aún mayores logros en la nueva era ha garantizado también el acceso de los pacientes a las innovaciones sin poner en riesgo la sostenibilidad del sistema sanitario. Ahora tendremos aún más posibilidades de perfeccionar este círculo virtuoso para seguir aportando salud y bienestar al conjunto de la sociedad.

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