La neumonía es la enfermedad infecciosa que provoca más mortalidad infantil. ¿Cómo es posible existiendo tratamiento accesible? UNICEF, con motivo del Día Mundial de la patología, 12 de noviembre, presenta un nuevo programa para luchar contra esta epidemia. Contar respiraciones: un diagnóstico adaptado al mundo subdesarrollado

Neumonía: cuando contar respiraciones puede salvar vidas infantiles
Una voluntaria de salud comunitaria midiendo la respiración de un bebé de ocho meses con neumonía en Mali./ Fotografía cedida por UNICEF
  • 12 de noviembre, 2015
  • MADRID/ EFE/ ROCÍO GALÁN

Un entorno vulnerable, una salud con pocos años y una esperanza de vida que por culpa de la neumonía muchas veces no supera los cinco años. Esta es la radiografía de la mortalidad infantil a causa de esta enfermedad infecciosa.

“Se trata de una enfermedad respiratoria que puede ser de origen bacteriano y tiene mucho que ver también con condiciones ambientales: temas de humedad, de insalubridad, e incluso del fuego que se hace dentro de los hogares para cocinar, produciendo inflamaciones en las vías respiratorias”, señala Blanca Carazo, responsable de Programas y Emergencias del Comité Español de UNICEF.

Con un tratamiento (amoxicilina) accesible y conocido, el problema principal (además del propio entorno) es “un diagnóstico erróneo o tardío, pues es muy fácil de confundir por ejemplo con la malaria”, explica la experta.

La neumonía es la enfermedad que más muertes de niños menores de 5 años causa en el mundo por encima de malaria, el VIH u otra patología. Casi un millón de niños mueren al año por neumonía.

UNICEF lleva años combatiendo esta causa de muerte. Ahora, y en el marco del Día Mundial de la Neumonía, 12 de noviembre, presenta junto con la Fundación Bancaria “la Caixa” una alianza global que tiene objetivo mejorar el diagnóstico.

Contar respiraciones: un diagnóstico adaptado al Tercer Mundo

Los niños más afectados son los que viven en zonas aisladas, rurales, donde el acceso a los servicios de salud es complicado. Esto se suma a la falta de personal sanitario, algo que dificulta aún más el derecho a un diagnóstico temprano y acertado.

Para combatirlo, desde hace años UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS), y otras entidades apuestan por un enfoque comunitario, con “trabajadores de salud comunitarios, muchas veces voluntarios de las propias comunidades que reciben una formación específica y una acreditación como trabajadores de salud”, explica la responsable.

 "En los últimos 20 años se ha reducido la mortalidad infantil en casi un 50%; por lo que en las principales causas de muerte que son la neumonía, diarrea y malaria hemos notado una mejora", señala Blanca Carazo.

Una vez logrado este tejido sanitario humano, se hace necesario “poner a su disposición herramientas y metodologías” que permitan el diagnóstico. Y ese es el punto fuerte de esta nueva alianza.

Ginet es trabajadora sanitaria desde 2005 en Etiopía. Conoce a todos los niños de su comunidad./ Fotografía cedida por UNICEF
Ginet es trabajadora sanitaria desde 2005 en Etiopía. Conoce a todos los niños de su comunidad./ Fotografía cedida por UNICEF

“Lo ideal es hacerle al niño una placa de tórax y ver si tiene la infección, pero esto no es posible”, subraya la entrevistada. Por eso, han encontrado una solución posible de ejecutar en el mundo subdesarrollado: medir la respiración del niño.

“Más o menos, un adulto respira doce veces por minuto. Un niño con neumonía puede respirar hasta más de sesenta veces por minuto”, destaca la responsable de UNICEF.

Lo que se hace desde la organización, como parte importante de esta alianza, es desarrollar un dispositivo que permita a estos trabajadores de salud hacer el conteo de respiraciones de forma fiable.

A principios de 2016 arrancará este proyecto con una primera fase en la que se distribuirán y testarán los distintos dispositivos en 8 países de todo el mundo donde la neumonía tiene mayor incidencia, como Mozambique, Filipinas y Etiopía. El objetivo será “seleccionar aquellos que funcionen mejor y llegar a una escala suficientemente grande para que tenga ese impacto que queremos de reducir la mortalidad infantil por neumonía”, destaca la especialista.

Así pues, los países donde finalmente se trabajará con los dispositivos que mejor funcionen dependerán de tres elementos: “el número de casos de niños; que exista una red de trabajadores de salud que puedan usar estos sistemas y el compromiso de los Ministerios de Salud que quieran implicarse”.

En cuanto a la herramienta, “ha de incorporar un mecanismo tipo reloj para medir el tiempo y a su vez una manera sencilla de medir la respiración, integrado en un solo aparato. Debe ser robusto, fácil de manejar y respetuoso con el contexto”, señala la entrevistada.

Prevención: otro bastión contra la neumonía infantil

un niño recibiendo una vacuna
Fotografía cedida por UNICEF

Para la experta, la prevención tiene dos partes principales. “Dar información y hacer campañas para la detección rápida de la enfermedad donde los padres sepan reconocer los síntomas y acudir a los trabajadores de salud para confirmarlo o descartarlo; y por otro lado la vacuna del neumococo, muy efectiva para algunos tipos de neumonía y que UNICEF suministra hace algunos años, haciendo todo lo posible para que forme parte de los calendarios de vacunación de los países con más incidencias”.

Además, también son importantes las medidas de higiene y salubridad, no contemplado específicamente en esta propuesta pero que forma parte del trabajo de UNICEF en cualquier programa. Aquí se incluye el enfoque integral de todos los aspectos: “hablamos de neumonía y del acceso a la salud, y esto tiene mucho que ver con el derecho al agua y al saneamiento”, destaca.

“Es una enfermedad evitable y estamos dando pasos para que no sólo sea evitable sino evitada”, subraya Blanca Carazo. En los próximos meses se perfilará este programa, que puede poner a salvo la vida de más de un millón de niños al año.

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