El japonés Yoshinori Ohsumi ha sido galardonado hoy con el premio Nobel de Medicina 2016 por el descubrimiento de los mecanismos de la “autofagia”, procedimiento para degradar y reciclar componentes celulares, anunció el Instituto Karolinska de Estocolmo

Nobel de Medicina para el japonés Ohsumi por el mecanismo de la autofagia celular
El científico japonés Yoshinori Ohsumi, premio Nobel de Medicina 2016 por el descubrimiento del mecanismo de la autofagia celular en rueda de prensa tras conocer hoy la noticia. EFE/Kimimasa Mayama
  • 3 de octubre, 2016
  • COPENHAGUE/ALICANTE/EFE

“Los descubrimientos de Ohsumi supusieron un nuevo paradigma para comprender cómo la célula recicla su contenido. Abrieron una senda para entender la importancia fundamental de la ‘autofagia’ en muchos procesos fisiológicos, como la adaptación a la inanición o la respuesta a una infección”, subrayó el Instituto en su fallo.

La mutación en los genes de la autofagia, añadió, pueden causar enfermedades y el proceso autofágico tiene implicaciones en otros muchos fenómenos, como el cáncer o las enfermedades neurológicas.

La palabra autofagia, explicó el Instituto, proviene del griego y significa “comerse a sí mismo”; el concepto nació en la década de los años sesenta, cuando los científicos observaron por primera vez que la célula podía destruir sus propios contenidos encerrándolos en una membrana y trasladándolos a un compartimento de “reciclaje” para su degradación.

En una serie de “brillantes experimentos” realizados a principios de los noventa, Yoshinori Ohsumi recurrió a la levadura para identificar los genes fundamentales para la autofagia.

Tras descubrir los mecanismos de la autofagia en la levadura, mostró que en nuestras células ocurrían ese mismo sofisticado proceso.

El sexto Nobel de Medicina japonés

Ohsumi, que nació en Fukuoka (Japón) en 1945 y trabaja en el Instituto de Tecnología de Tokio, es el sexto Nobel de Medicina nacido en Japón, de donde proceden 23 galardonados con un Nobel.

Como el resto de premiados este año, recibirá un diploma, una medalla de oro y 8 millones de coronas suecas (933.000 dólares).

El año pasado fueron galardonados con el Nobel de Medicina el irlandés William C. Campbell y el japonés Satoshi Omura por su trabajo ante infecciones causadas por parásitos, premio compartido con la china Tu Youyou por su descubrimiento de una nueva terapia contra la malaria.

El biólogo nipón fue en 1988 el primero en identificar a través de un microscopio el mecanismo celular de la autofagia, lo que marcó el inicio de una estelar trayectoria investigadora que casi tres décadas después le ha valido el Nobel de Medicina.

Ohsumi observó en una muestra de levadura cómo las células son capaces de reciclar su propia energía en entornos carentes de nutrientes, un descubrimiento que ha abierto la puerta a posibles tratamientos para el Alzheimer o el Parkinson e incluso contra el cáncer.

Obstinado y excéntrico, este científico confirmó así el funcionamiento de un proceso citoplásmico cuya existencia ya se apuntó entre 1950 y 1960, y dio su primer gran salto en una carrera guiada por una insaciable curiosidad y la constante búsqueda de nuevos retos, según él mismo.

Ohsumi, el menor de cuatro hermanos, ya era un apasionado de la ciencia desde sus años de estudiante de instituto, donde pertenecía al club de química y pasaba sus horas libres entre microscopios y tubos de ensayo.

Apostó por estudiar biología en la prestigiosa Universidad de Tokio con la intención de seguir un camino diferente al de su padre, ingeniero y profesor en la Universidad tecnológica de Kyushu, y se doctoró en la capital nipona antes de marcharse a la Universidad neoyorquina Rockefeller.

En ese centro estadounidense, el mismo donde otro científico observó por primera vez la autofagia aunque no supo interpretar este proceso, Ohsumi quedó fascinado por el afán de supervivencia de las células de la levadura en entornos hostiles, lo que conduciría a su posterior investigación en la Universidad de Tokio en 1988.

Posteriormente, llevó a cabo una serie de “brillantes experimentos” -según el fallo de hoy del Instituto Karolinska- en ratones que desvelaron vínculos entre las anormalidades detectadas en el proceso de autofagia con el desarrollo de cáncer y de las patologías neurodegenerativas.

Los retos de Ohsumi

“Llevo muchos años preguntándole a las células lo que llevan dentro”, dijo hoy un risueño Ohsumi en rueda de prensa tras conocerse el fallo del Nobel.

“Cuando comencé no esperaba para nada que este estudio pudiera ayudar a hacer frente al cáncer y otras enfermedades. Las ciencias básicas son importantes aunque no se les vea un futuro inmediato”, afirmó.

“No me gusta competir. No quiero hacer algo que hace todo el mundo, prefiero disfrutar de lo que no le interesa a nadie”, añadió el biólogo que comenzó “sólo en el laboratorio” su investigación sobre los misterios del interior de las células.

El galardonado ha destacado la  importancia de “marcarse un reto” a pesar de que “no toda investigación científica pueda resultar un éxito”.

“A los jóvenes me gustaría decirles que no toda la investigación científica pueda tener éxito pero que es importante marcarse un reto”, apuntó el biólogo, quien reconoció que su descubrimiento tuvo mucho que ver con la “suerte”.

“Es un honor poder ser reconocido de esta manera a pesar de haber hecho un estudio de ciencias básicas. Este galardón es el mayor motivo de alegría y satisfacción para un científico”, explicó a los medios nada más conocer la noticia.

Mojica, el aspirante español que quedó a las puertas del Nobel

El investigador de la Universidad de Alicante Francisco Mojica, nominado al Premio Nobel de Medicina 2016 tras conocer el fallo en favor del japonés Yoshinori Ohsumi. EFE/Pep Morell
El investigador de la Universidad de Alicante Francisco Mojica, nominado al Premio Nobel de Medicina 2016 tras conocer el fallo en favor del japonés Yoshinori Ohsumi. EFE/Pep Morell

El microbiólogo Francisco Juan Martínez Mojica, propuesto para los Nobel de Medicina y Química de 2016, ha deseado que su nominación ayude a difundir que “en España se hace buena ciencia y que se debería apoyar todavía más”.

Lo ha dicho en declaraciones a la prensa minutos después de saber que el japonés Yoshinori Ohsumi se ha hecho con el Nobel de Medicina, un fallo que ha seguido por Internet desde su despacho en el departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante.

Francis Mojica (así firma los artículos científicos) es el “padre” de una nueva herramienta denominada CRISPR que permite editar genomas de manera sencilla y manipular el ADN de plantas, animales y humanos.

Pese a que la conclusión de su candidatura a los Nobel debe ser que hay que invertir más en ciencia, el microbiólogo es consciente de que existe el “riesgo” de que haya quien piense que “si se hace buena ciencia con lo que se está invirtiendo, ¿para qué nos vamos a preocupar?”, lo cual sería de “insensatos”.

Mojica ha asegurado que “en absoluto” se siente decepcionado ya que sus esperanzas, “aunque las había”, eran “escasas”, y ha incidido en que tan solo el hecho de que tuviera “una posibilidad ya es bastante: Para mí mucho”.

Aún quedan opciones de que el próximo miércoles pueda lograr el Nobel de Química, aunque ha comentado que hay aún menos probabilidades porque el de Medicina evaluaba la técnica CRISPR, “que es lo que más está llamando la atención: El desarrollo de unas herramientas basadas en un sistema inmunológico de las bacterias”.

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