Investigadores de la Universidad de Navarra, en colaboración con expertos de Madrid, Granada, Santander y Zaragoza, han constatado la influencia de la unión de nueve variantes genéticas en la pérdida de peso en adolescentes

Nueve variantes genéticas reducen el sobrepeso en adolescentes
EFE/Sergei Ilnitsky
  • 17 de agosto, 2012
  • PAMPLONA/ EFE

Los expertos han descubierto que, tras una intervención multidisciplinar, el efecto conjunto de las nueve es mayor que el esperado para cada una de ellas por separado, ha informado en un comunicado el centro académico navarro.

Según la profesora Amelia Martí, coordinadora de este estudio en Navarra, “este hallazgo demuestra que la genética explica en parte el éxito del proyecto Evasyon“, que tiene como objetivo hallar los indicadores clave de la obesidad en los adolescentes españoles y desarrollar programas educativos para su prevención.

“A partir de ese análisis observamos que el efecto conjunto de las nueve variantes genéticas en ambos rasgos (obesidad inicial y pérdida de peso) tenía un peso significativamente mayor que el de cada una de las variantes genéticas analizadas individualmente”

A su juicio, “a partir de aproximaciones como esta, que tengan en cuenta varias variantes previamente asociadas a obesidad y no un único polimorfismo (que ha sido el modelo más utilizado hasta el momento), pueden ser utilizadas como nuevas herramientas clínicas que ayuden a predecir el grado de beneficio tras la pérdida de peso en adolescentes con sobrepeso u obesidad”.

Cambios en el ADN, riesgo de obesidad

Estos mismos investigadores de la Universidad de Navarra han detectado a su vez, que un cambio en el ADN (gen FTO) se asocia con un mayor riesgo de obesidad y que el porcentaje de grasa consumido en la dieta modifica la relación entre una mutación de este gen y la obesidad.

La doctora Adriana Moleres, autora de una tesis doctoral sobre alteraciones genéticas y epigenéticas del ADN y su influencia sobre la obesidad y la pérdida de peso infanto-juvenil, ha subrayado que “los niños y niñas que tienen una variante de este gen junto con un elevado consumo de grasas saturadas aumentan sustancialmente el riesgo de desarrollar obesidad”.

De su estudio también ha concluido que “el análisis de cambios que no dependen solo de la secuencia genética pueden servir como herramientas de pronóstico para predecir una mayor pérdida de peso tras una intervención en adolescentes obesos”.