El retraso en las citas médicas y la situación económica de sus hijos centran los temores de los pensionistas y jubilados en esta etapa de COVID-19, pero también la pérdida de sus relaciones sociales y familiares y que se vaya apagando su interés por vivir…depresión, agobio y estrés

Así se detalla en la encuesta “Queremos saber cómo estáis” , una iniciativa promovida por el voluntariado de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UPD), para conocer de primera mano cómo han vivido y cómo se han sentido las personas mayores la crisis sanitaria causada por la COVID-19.
El sondeo estuvo abierto para su cumplimentación desde del 13 de mayo al 21 de junio de 2020 y ha contado con la participación de 212 personas, todas ellas con acceso y conocimientos de internet.
Desde UDP , que agrupa a 73 organizaciones y representa a más de un millón de pensionistas, se ha considerado que conocer las vivencias y experiencias en primera persona de los mayores, es uno de los caminos para dar respuestas a las necesidades de uno de los colectivos que más ha sufrido y está sufriendo de forma directa esta crisis sanitaria.
Su coordinadora de voluntariado y trabajadora social, Raquel Herranz, ha explicado a EFEsalud que si hubiera participado en la encuesta mucha más gente, especialmente del mundo rural o de pensionistas “aislados” en la gran ciudad, la soledad hubiera despuntado en sus respuestas.
Lo que sí se ha observado es que la dificultad para relacionarse con la familia y las penurias económicas que puedan pasar los suyos debido al paro que conlleva la pandemia “les está afectando mucho psicológicamente”.
Apunta Herranz a la importancia de trabajar en la “brecha digital” porque los mayores que se manejan algo con las tecnologías se han sentido más acompañados, pero son muchos, sobre todo los que tiene más de 75 que viven muy alejados de las herramientas tecnológicas.
En su opinión la sociedad debería tener más en cuenta a los jubilados, porque su experiencia y conocimientos “nos pueden servir para salir adelante en muchas cosas”.
Los pensionistas hablan de sus miedos
Confinamiento: un gran esfuerzo
Las preguntas se han dirigido a conocer cómo estaban afrontando el día a día en el confinamiento, si recibían algún tipo de ayuda, formal, de familia o informal, o por el contrario si se valían por sí mismas.
La mayoría de las personas encuestadas, el 67%, afirma no haber necesitado apoyo familiar o social durante el estado de alarma a la hora de vivir su día a día de manera autónoma y realizar tareas básicas como comprar alimentos e ir a la farmacia.
Otro 21% afirma haber contado con apoyo de familiares, sobre todo de sus hijas e hijos, nietas y nietos, así como de apoyo social: personas de su misma vecindad y personas voluntarias.
No obstante, el confinamiento por la COVID, para los pensionistas encuestados ha supuesto un “gran esfuerzo”.
Principalmente por la imposibilidad de poder ver a sus familiares directos, especialmente a las nietas y nietos.
En la mayoría de los casos han experimentado sentimientos de aburrimiento por falta de relaciones sociales físicas.
También hay preocupación por la situación en la que se encuentran o se van a encontrar económicamente los hijos.
“El aislamiento me genera solidaridad para no contaminar y que no me contagien. Ya vendrán tiempos mejores para volver a abrazar a los que queremos. Lo principal es la SALUD”. – Lola, Madrid.
“Llevamos mal el no poder ver a la familia y las amistades” .- Marcos, Torrecaballeros.
El día lo paso leyendo, viendo películas y series de TV en español, con mis amigos y familia y 1 día a la semana video conferencias conjuntas de hermanas, amigos, etc ” .- Paloma, Las Navas del Marqués (Ávila).
“Bien, he hecho 246 mascarillas para el hospital de Plasencia he tenido el tiempo ocupado ” .- Eusebia Galisteo.
¿Un segundo confinamiento?
De cara a un segundo confinamiento después del verano o si se alarga la crisis sanitaria por la COVID-19, sus principales preocupaciones son: no ver a la familia y a las amistades, pérdida de las relaciones personales, adaptarse a la nueva normalidad, problemas psicológicos, depresión, agobio, estrés o decaimiento.
También les preocupa su salud, por el retraso o aplazamiento en las consultas previstas, así como la preocupación por la situación económica por falta de trabajo de sus hijos e hijas.
“Físicamente cada vez me siento más anquilosada y con dolores en las articulaciones, creo que tengo síntomas de depresión”. Ana María, Madrid.
“Perder interés por vivir”.- Maria Amparo, Valencia.
“Con el confinamiento han cambiado las relaciones con amigos y familiares. Pero también hemos tenido más tiempo para dedicarnos a los hobbies que teníamos abandonados “- José Miguel, Madrid.
Desescalada, horarios y prevención:
La encuesta del Voluntariado UDP también se interesó sobre cómo estaban viviendo las diferentes fases y su opinión acerca de si se estaban respetando o no los horarios y la medidas para contener el virus.
El 41% considera que sí se han respetado los horarios de salida destinados a las personas mayores, frente al 39% que considera que no se han respetado.
Un 8% estima que sólo han sido respetados los horarios por algunos grupos de personas.
En relación al cumplimiento del distanciamiento social y el mantenimiento de las precauciones necesarias (mascarilla, guantes), más de la mitad de las personas, el 56% afirman que no se ha respetado.
“Veo a mucho irresponsable sin mascarilla, ni guantes y caminando próximos”.- Francisco Madrid
“Hay más gente que mayores, en ese horario y enseguida empiezan a salir a hacer deporte”. – Ángela, Lazkao
Asimismo, un 62% han salido a la calle en los horarios planteados y según las normas planteadas para cada fase.
Un 33% de las personas encuestadas decidieron no salir de casa, por un principal motivo: el miedo.
“Bastante bien , un poco ” ave enjaulada” pero con resignación” .- Emilia, Narón.
Voluntariado de pensionistas y COVID:
A pesar de todas las dificultades, el sondeo refleja un alto número de personas mayores que han utilizado las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para mantenerse en contacto con sus familiares y con las asociaciones o grupos de voluntariado a la que pertenecen, vecinos, amigos…
El 68% ha utilizado diversos medios para comunicarse, en la mayoría de los casos a través de Internet (WhatsApp, Videollamadas, redes sociales, email) y las llamadas de teléfono.
En este sentido, las personas que forman parte de juntas directivas de asociaciones de mayores, pensionistas o jubilados/as, consideraron de manera muy positiva tener conocimientos sobre Internet y las TIC, ya que les han resultado muy útiles durante el confinamiento.
“El Internet es una buena herramienta para estar informado y asesorado. Pero, sobre todo, es el WhatsApp el que más utilizo para convivir y compartir estados de ánimo y de salud”. – Santiago, Villanúa (Huesca).
“Sí, es necesario pero en las asociaciones de mayores hay muchos que no lo dominan, por tanto lo más usado es WhatsApp o directamente llamada” .- Petri García (Cáceres).
Perspectivas de futuro
En cuanto a las perspectivas de futuro y los posibles cambios que esta crisis pudiera provocar en nuestra sociedad a nivel colectivo, el sentimiento general es de pesimismo frente al aprendizaje como sociedad.
Si bien son muchas las que consideran y esperan que como sociedad aprendamos a ser más solidarios.
“Muchas personas están aprendiendo a manejarse en las redes sociales casi por obligación pero creo que hemos perdido mucho por la falta de contacto y de participación que siempre enseña más a vivir”.- Remedios.
Otras respuestas han apuntado que el ser humano tiende a comportarse de una manera similar antes y después de las catástrofes:“Dudamos mucho de que aprendamos algo, la ignorancia creo que es superior al virus”.
Reflexiones finales
En opinión de UPD, las TIC han resultado muy útiles para comunicarse durante el confinamiento y han sido muy utilizadas.
Por ello defienden que es imprescindible asegurar el acceso universal a internet para reducir lo más posible la brecha digital.
Para esta organización, el acceso de las personas mayores a la sociedad de la información, con todas las ventajas y oportunidades que esto supone, es una absoluta prioridad y una exigencia pública.
También abogan por potenciar la atención primaria y por extender las medidas de protección social a todas las personas.”Es una exigencia moral y social. Nadie debe quedarse atrás”.
Como conclusión final, desde UDP apuestan por continuar con la labor de facilitar conocimientos sobre las TIC a las personas mayores reduciendo la brecha digital, favoreciendo así la comunicación permanente.
Precisamente, explican, esta encuesta ha sido respondida por personas mayores que sí tienen acceso a internet, pero hay todavía muchas personas que no disponen de acceso o conocimientos para ello, especialmente en el ámbito rural.
“De ellas no nos podemos olvidar. Nadie debe quedarse atrás. No obstante, no podemos dejar de lado la importancia que la socialización tiene para el colectivo”.
La UDP pide por último a las administraciones públicas un apoyo decidido y efectivo al mundo asociativo, especialmente el de las personas mayores, “auténtico vertebrador social y espacio de capilarización de los valores humanos y democráticos”.
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