No la olvides en invierno; el frío es agresivo con tu piel. El órgano más grande de nuestro cuerpo nos protege de agresiones físicas como el viento y el propio frío; de patógenos, microorganismos, agresiones químicas; tiene una función sensorial y es nuestra tarjeta de presentación al resto de personas

La piel es sensible a las distintas irritaciones o agresiones a las que está expuesta en el día a día. Además de las comentadas, nuestra piel tiene una función de respuesta inmunológica, hormonal y sintetiza la vitamina D que es importante para nuestros huesos.
“En general, no le prestamos tanta atención hasta que la piel se ha dañado y empieza a molestar. Lo ideal sería acordarnos de ella antes de que enfermase; prevenir cuando sabemos que vamos a estar expuestos a ciertas condiciones”, afirma la doctora Maite Truchuelo, dermatóloga en el Hospital Ramón y Cajal y en la Clínica Pedro Jaén, y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología).
Con los bebes y los niños, desde hace tiempo, tenemos mucho más cuidado; han cambiado en algo nuestras costumbres. “Hoy en día nos preguntan mucho sobre el cuidado de los bebés, lo cual es fundamental porque la piel en los primeros veinte años de vida es cuando es más sensible a la exposición solar”, asegura Truchuelo quien alerta sobre el cuidado con el daño solar que debemos tener especialmente con los más pequeños, “si sufre quemaduras en la infancia, de adulto habrá echado papeletas para tener problemas el día de mañana como el cáncer de piel. La sensibilización en la sociedad es mucho mayor. En la adolescencia es complicado. Es muy importante en la infancia haberles inculcado hábitos que en la adolescencia sigan; si se han instaurado, al final lo acaban haciendo”.

En invierno, el frío es una agresión física que va a afectar a nuestra piel produciendo deshidratación, y secundariamente, una irritación como dermatitis por frío. “Puede aparecer en la cara, las manos; hay gente que está más predispuesta: pacientes con una dermatosis, como psoriasis, dermatitis atópica, ellos van a estar más predispuestos a sufrir alteraciones pero cualquiera puede sufrirlo si no nos protegemos del frío. El pelo también sufre deshidratación, una agresión física más es el frío y hay que hidratarlo con mascarillas. Un exceso de lavado va a deshidratar la piel. Un exceso de agua de modo tópico produce irritación”, afirma la dermatóloga.
Por todo ello es clave seguir buenos hábitos para la salud de nuestra piel. La Dra. Nayra Merino, dermatóloga de la AEDV, ha elaborado un decálogo de consejos para cuidar la piel en los meses más frios :
1. Hidratar a diario y varias veces al día la piel. Esto es especialmente importante en aquellas personas que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis…). Un emoliente adecuado (a base de lanolina, urea, etc.) ayudará a mantener una piel sana durante el invierno.
2. Evitar lavar excesivamente las manos.Las dermatitis de desgaste que afectan al dorso de las manos son un motivo frecuente de consulta en esta época del año, especialmente en personas que por razones laborales se las lavan de forma repetida. Para evitarlo se debe promover el uso de guantes y las cremas con efecto barrera.

3. No utilizar productos agresivos para el lavado de cara y cuerpo. Escoger productos suaves y testados dermatológicamente.
4. Evitar ducharse con agua muy caliente o muy fría. Lo ideal es el agua tibia y no ducharse más de una vez al día, ya que esto aumentaría la deshidratación de la piel.
5. Hidratar los labios y protegerlos de la luz ultravioleta. Los labios sufren mucho en invierno, más aún si se tiene alguna alteración de base (queilitis atópica, actínica…).
6. No olvidar las gafas de sol y la protección solar diaria también en invierno, especialmente en zonas donde haya nieve, ya que ésta refleja el 80% de la radiación solar.
7. Usar guantes y prendas de abrigo. Sobre todo aquellos pacientes con sensibilidad al frío y que suelan padecer de perniosis (sabañones) o fenómenos de Raynaud (dedos de las manos fríos y que tornan en color blanco, azulado y rojo)
8. Huir de los cambios bruscos de temperatura, ya que esto aumenta la posibilidad de aparición de capilares dilatados (telangiectasias o arañas vasculares) en la cara (especialmente mejillas).
9. Cuidar la alimentación. Aumentar el consumo de vitamina C y antioxidantes. No olvidar beber entre 1,5-2 litros de agua al día.
10. Evitar el tabaco y el alcohol, ya que repercuten de forma negativa en la salud de nuestra piel, generando radicales libres. Además, el alcohol empeora la dilatación capilar facial.
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