En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, 10 de septiembre, el Decano del Colegio de la Psicología de Madrid, José Antonio Luengo Latorre, en un artículo en EFEsalud, pide actuar ya

Prevención del suicidio: el momento es ahora

No siempre es sencillo encontrar el momento justo y oportuno para abrir un camino, desbrozar y eliminar los obstáculos que permiten encontrar una salida, una luz en el túnel, una ventana por la que entre el aire fresco, desmadejando lo oscuro, las tinieblas, lo que parece que no quiere verse, y, por tanto, afrontarse en la prevención del suicidio.

El momento para visibilizar el fenómeno del suicidio de manera sensible, digna, ética, científica y responsable parece haber llegado. Desaprovecharlo sería un terrible e imperdonable acto de imprudencia, insolvencia e incompetencia.

Y, si miramos de frente las cifras que deciden quitarse la vida cada año, es una evidencia palpable que esta sociedad no puede permitirse más. Bastante retraso llevamos ya en esta carrera por ahondar de manera decidida en la visibilización de una lacra que parte en dos al ser humano, le resquebraja las entrañas y produce una herida incurable en nuestra organización social.

El Decano del Colegio de la Psicología de Madrid, José Antonio Luengo Latorre/Foto cedida

Día Mundial para la Prevención del Suicidio

El Día Mundial para la prevención del Suicidio, 10 de septiembre, es un día para las cifras, sí. Pero no solo.

Sin mención explícita y profunda al dolor y la tragedia que conllevan, al sufrimiento que las acompaña y al fracaso social que anida en el corazón del fenómeno, los números siempre acaban pasando sin el impacto que deben provocar.

Las últimas cifras que conocemos, correspondientes al año 2020, sitúan el fenómeno en casi 4000 personas que en España murieron por suicidio. Sabemos que son muchas más.

No es sencillo estimar esta sobretasa sobre los datos oficiales. Pero es bien conocido que son un buen número de personas las que decidieron alejarse para siempre de todo con una muerte autoinfligida y que no constan como tal en las cifras oficiales del INE.

También sabemos, aunque no deja de ser una estimación, que por cada persona que muere por suicidio puede haber otras 20 que lo han intentado.

Y que cada persona fallecida lo hace en un contexto en el que entre 6 y 10 personas van a quedar quebradas casi de por vida: los llamados supervivientes: Madres, padres, hijos, hermanos, abuelos, amigos, compañeros de trabajo…

Hoy, ahora, aquí

El tiempo es hoy. La vida es ahora. El sitio es aquí, donde estamos. Las políticas y programas internacionales son imprescindibles. El trabajo que desarrolla la OMS desde hace décadas en la configuración de amplios y diversos escenarios en torno a la prevención del suicidio en el mundo es tan extraordinario como poco conocido en profundidad y escasamente tomado en consideración por las políticas, proyectos y planes estatales y locales.

Es imprescindible habilitar proyectos cercanos que ahonden en la necesidad de trabajar de manera decidida en la implementación de programas de prevención siguiendo el modelo de la Organización Mundial de la Salud, pero acondicionándolo adecuadamente a cada realidad.

Hablamos del modelo de prevención del suicidio que toma en consideración sustantiva los principales tipos de acciones: (1) la universal, que afecta a toda la población, independientemente del riesgo de suicidio que pudiera tener cada persona; (2) la selectiva, que se dirige a los colectivos con ciertas característica sociodemográfica, biológicas o psicológicas que incrementan el riesgo de suicidio, y (3) la indicada, dirigida a los individuos concretos altamente vulnerables por presentar ciertas señales de riesgo de conducta suicida o un trastorno altamente asociado.

Esperanza y acción: reto de salud pública

Durante estos años, los lemas que han sustentado las campañas públicas con motivo de la celebración del Día Internacional para la Prevención del Suicidio han ido variando.

En 2021 se estableció el lema “Creando Esperanza a través de la Acción”, el cual se mantiene para este 2022.

La visión planteada en el año 2021 por la OMS a través de la publicación de su Guía Live Life representa una magnífica herramienta para el diseño de políticas y programas contextualizados en todo el mundo.

Llama a la acción ahora. Y es que el mensaje más importante que se quiere transmitir es la capacidad que toda la comunidad puede tener para atacar de manera efectiva el fenómeno, entendido como un auténtico problema, pero también reto de salud pública, siempre a través del desarrollo sostenido de proyectos que aborden su prevención.

Plan de prevención estatal

Es en este contexto donde la necesidad de un Plan de Prevención del suicidio estatal cobra verdadera entidad y fuerza.

Un Plan que vertebre las políticas autonómicas y locales a través de una estrategia de salud mental, consensuada y bien dotada presupuestariamente, que acabe definitivamente con las carencias en materia de recursos humanos, estructura e investigación (en materia de salud, educación y servicios sociales) y habilite espacios seguros y basados en la evidencia científica para el adecuado desarrollo de la “acción” a la que la OMS señala como elemento indispensable aquí y ahora.

Desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid se ha apostado por contribuir de manera decidida a la visibilización del fenómeno a través de numerosas medidas insertas en su Proyecto “Hablemos de Suicidio”.

Un proyecto que pretende aportar luz a una realidad silenciada, oculta, estigmatizada con un enfoque integral, científico, actual, donde todos los agentes de prevención, desde profesionales de las diferentes áreas de la Psicología e integrantes del tercer sector, pongan voz a la necesidad de atender adecuadamente un problema de salud pública desde sus diferentes ejes de acción. El momento es hoy, ahora.

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