Los riesgos que supone la administración de sueros experimentales, como el ZMapp, a pacientes infectados del virus del Ébola no se conocen porque “no se han hecho ensayos”, según la microbióloga Miriam Fernández.

Se desconocen los riesgos del suero experimental del ébola
Personal militar viste con trajes especiales mientras trabajan en la simulación de un caso de enfermo de un virus contagioso en el centro de Defensa Biológica en Techonin, en República Checa. EFE/Filip Singer
  • 11 de agosto, 2014
  • MADRID/EFE

Fernández, quien trabaja en la Clínica Universidad de Navarra, ha señalado que este tratamiento, suministrado desde ayer al padre Miguel Pajares, primer español y europeo contagiado de ébola, “trata de administrar una respuesta inmune externa al paciente”, y es una mezcla de anticuerpos distintos que se han producido en ratones infectados con el virus.

Ha manifestado que es un suero experimental que “reacciona frente a las proteínas más externas impidiendo que se transmita de célula a célula”, por lo que en un paciente infectado “lo que haría es neutralizar el virus, adherirse a la superficie impidiendo la entrada en nuevas células y la propagación dentro del organismo”.

La microbióloga ha indicado que para poder comercializar este tratamiento hacen falta una serie de ensayos clínicos que conllevan cuatro fases, “la primera es para la seguridad y las siguientes para comparar la eficacia entre individuos infectados y no infectados”.

Este proceso “supone por lo menos un año” pero, al declararse la alerta y “al haber una necesidad de algo lo más rápido posible”, la única posibilidad de utilizarlo es a modo de prueba.

Fernández ha apuntado que también tiene que pasar esas fases para poder producirlo en grandes cantidades y ha confesado que, como se está utilizando de forma experimental, no se puede saber su efectividad ni sus efectos secundarios.

Por otra parte, ha explicado que “hay investigadores que están sugiriendo la posibilidad de utilizar los sueros de pacientes que han sobrevivido a la infección”, algo que, a su juicio, “también tiene sus riesgos, porque hay que asegurar que no hay restos del virus en absoluto”.

Tampoco hay “cantidades suficientes para poder administrar a muchas personas estos sueros experimentales” y, para poder hacerlo, es necesario “un proceso de preparación: la inoculación de las proteínas en ratones, esperar a que estos animales desarrollen los anticuerpos para poder extraerlo y poder purificarlos para poder administrarlos”.

“Se ha intentado acelerar al máximo posible el poder ensayarlos cuanto antes en algún enfermo. Pienso que si se ha facilitado, que eso se pueda hacer es con un objetivo que va más allá, que es de poder desarrollar algo lo más rápido posible para poder administrar a mayor número de personas”, ha dicho la microbióloga.

Ha relatado que próximamente va a haber “una reunión de emergencia con las autoridades sanitarias de los países afectados para poder ver de qué manera se puede impulsar más todo lo que está en investigación”.

En cuanto al coste, Fernández ha apuntado que “el problema es la disponibilidad del suero” y que producirlo supone tiempo y asegurar que “cada vez que se genera se está produciendo un suero efectivo”.