La lactancia materna es una de las experiencias que con más cariño recuerdan la mayoría de las madres con el paso del tiempo, una etapa que, sin embargo, se puede convertir en un gran problema para aquellas mujeres con VIH y una situación económica precaria

Sida: cuando amamantar se convierte en un problema
Manuel Alonso en entrevista. Foto cedida por Corega
  • 6 de mayo, 2013
  • MADRID/EFE/Marta Ostiz

La transmisión del virus de madre a hijo representa entre el 15 y el 30 por ciento de los casos de infección por VIH en el mundo y la lactancia materna es una de las principales vías de transmisión vertical en los países sin recursos económicos, según recuerda GeSIDA, el Grupo de Estudio del SIDA.

Mientras que la transmisión durante el embarazo y el parto ha disminuido a menos del 1 por ciento con la administración de terapia antirretroviral y medidas de profilaxis, la trasmisión vertical durante la lactancia ocurre entre un 7 y un 15 por ciento de los recién nacidos no infectados.

Este riesgo puede prevenirse por completo evitando la lactancia, sin embargo no todas las familias pueden permitirse los entre 9 y 15 euros que cuesta, cada 20 días, la leche maternizada con la que se alimentan los bebés durante los primeros meses de vida.

"Cuando no se puede amamantar al bebé aparecen un montón de problemas, sobre todo económicos, porque no todas las madres tienen los recursos suficientes para financiar la lactancia", explica a Efe el doctor Luis Fernando López Cortés, de la Unidad Clínica de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

El doctor López Cortés es el impulsor del Proyecto CORTESÍA, gracias al cual más de 100 madres con VIH de 38 hospitales españoles se benefician de leche maternizada gratuita durante los seis primeros meses de vida del recién nacido para prevenir la transmisión del virus a sus bebés.

"Hace unos años, a las pacientes con VIH se les recomendaba no quedarse embarazadas, tanto por la posibilidad de trasmitir a los hijos la infección, como por problemas de salud, ya que sabíamos que en el plazo de pocos años, la paciente iba a fallecer", cuenta este experto.

Sin embargo, a partir del año 96 "todo esto cambió radicalmente" y los tratamientos médicos permitieron reducir "drásticamente" tanto los ingresos hospitalarios como la mortalidad, de manera que la supervivencia en pacientes con VIH correctamente tratados iguala prácticamente la supervivencia del resto de la población.

En los últimos 5 años -explica- "se ha visto que estos tratamientos no solo tienen un beneficio importante sobre las pacientes, sino que la posibilidad de trasmitir a los recién nacidos la infección del virus del sida es excepcional siempre y cuando estén controladas durante todo el embarazo".

El perfil de las mujeres atendidas por el Proyecto CORTESÍA es el de un madre primeriza, de entre 20 a 35 años, cuyo embarazo ha sido planificado y con un perfil socio económico medio-bajo.

"Hay que resaltar que muchas de estas mujeres se han quedado sin trabajo en los últimos tiempos debido a la actual situación de crisis y un apoyo de este tipo es aún más importante si cabe", subraya.

María, sevillana de 29 años, es uno de estos casos. "Tanto mi pareja como yo estamos en el paro y vivimos con los 426 euros del subsidio de desempleo. Sin esta ayuda, tendríamos que haberle pedido dinero a mis padres para poder alimentar a mi hija", señala en una entrevista a Efe.

Esta mujer destaca el gran apoyo económico que supone el proyecto, del que tuvo conocimiento a través de su médico de atención primaria, que se lo comentó nada más quedarse embarazada. "Cuando supe que podía acceder a esta ayuda no me lo podía creer".

Cada envase de leche maternizada -explica- cuesta entre 9 y 15 euros y dura entre 15 y 20 días. "El bebé toma un biberón cada tres horas... nosotros solos no podríamos haberlo hecho, tendríamos que haber pedido ayuda".

"Este proyecto ha tenido tanto éxito en España que la idea es hacerlo extensivo a países de América Latina y de Europa del este", señala el doctor López Cortés, que ha acogido esta idea "con una gran ilusión". "Imagínate cómo vivirían en países con tantas dificultades económicas esta iniciativa... lo recibirían con los brazos abiertos".

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