Doce sociedades médicas han elaborado un documento que recoge nuevos protocolos para el manejo coordinado de aquellos trabajadores que se incorporan al ámbito laboral tras haber sufrido un cáncer y que pueden tener riesgo cardiovascular al haber estado sometidos a tratamientos potencialmente cardiotóxicos.

La vigilancia cardiovascular del paciente oncológico en su ámbito laboral
Representantes de todas las sociedades y asociaciones que respaldan el proyecto. Foto cedida
  • 7 de octubre, 2019
  • MADRID/EFE/A.S

Las actuales terapias contra el cáncer han mejorado el pronóstico de la enfermedad alargando la supervivencia aunque, por contra, pueden adelantar la edad de riesgo cardiovascular por lo que se ve necesario hacer un seguimiento a largo plazo de estos pacientes que, además, se incorporan a la vida laboral.

Este es el principal objetivo del documento firmado por la sociedades Española de Cardiología (SEC), Oncología Médica (SEOM), Oncología Radioterápica (SEOR), Hematología y Hemoterapia (SEHH), Médicos Generales y de Familia (SEMG), la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT), la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AEEC), la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y la Asociación de Especialistas en Enfermería del Trabajo (AET).

También por la Sociedad Española de Medicina y Seguridad en el Trabajo (SEMST), la Asociación Nacional de Medicina del Trabajo en el Ámbito Sanitario (ANMTAS) y la Sociedad Española de Salud Laboral en la Administración Pública (SESLAP).

Riesgo cardiovascular en uno de cada tres pacientes

La población activa en España roza los 20 millones. El 23% de ellos, en ambos sexos, supera los 55 años.

Con estos datos, se estima en unos cinco millones la población ocupada en nuestro país en edad de mayor riesgo para desarrollar problemas cardiovasculares y onco-hematológicos, según un comunicado de las sociedades médicas implicadas.

“Nos enfrentamos a una población creciente con alto riesgo cardiovascular, lo que nos obliga a desarrollar estrategias multidisciplinares de promoción, prevención y tratamiento de la salud cardiovascular en los diferentes niveles asistenciales y en colaboración también con las fundaciones y asociaciones de pacientes”, explica la doctora Teresa López, miembro de la SEC y coordinadora del Grupo de Cardio-Onco-Hematología.

Según la cardióloga, ante la incorporación del paciente oncológico a la vida laboral “la implicación de especialistas en medicina y enfermería del trabajo resulta fundamental por la posición clave que ocupan en el entorno laboral”.

cardiovascular laboral
EFE/Ismael Herrero

Facilitar el retorno a la vida laboral

El documento pretende asegurar un retorno en condiciones de aptitud laboral sin riesgos, una vigilancia activa de su salud cardiovascular con campañas de promoción de la salud, minimizar las complicaciones cardiovasculares e medio y largo plazo potenciando un estilo de vida saludable y favorecer protocolos de derivación ante el desarrollo de nuevos síntomas cardiovasculares o signos de posible recaída.

Para ello, se determinan una serie de procesos de continuidad asistencial y prevención de la cardiotoxicidad en el ámbito laboral, dirigidos a mejorar el control del riesgo cardiovascular y la salud de los pacientes con antecedentes de cáncer o con cáncer en tratamiento activo.

Y es que el retorno a la vida laboral no es fácil, como señala doctor Juan Antonio Virizuela, representante de SEOM, al resaltar que debe ser una decisión tomada de forma reflexiva por el paciente con el apoyo del equipo médico que ha llevado su proceso oncológico y las diferentes especialidades implicadas en el mismo.

También desde la SEHH, su presidente Ramón García Sanz considera: “No es de recibo encontrarse con casos en los que un paciente tiene dificultades para volver a un trabajo físico o para sacarse el carnet de conducir por el mero hecho de haber padecido un cáncer”.

La implicación de la atención primaria y la laboral

La doctora Isabel Egocheaga, responsable del Área Cardiovascular de la SEMG, explica la participación de los médicos de familia en todo el proceso de la enfermedad y también en el proceso de bajas laborales, por lo que “es de gran importancia una estrecha coordinación de los equipos de atención primaria y los médicos y enfermeros del trabajo”

Además, se trata de un colectivo de especial sensibilidad por lo que es necesario “optimizar los protocolos de evaluaciones periódicas de salud, detectar el grado de susceptibilidad que puedan presentar a los factores de riesgo existentes en su puesto de trabajo actual o futuro e involucrarlos en el cuidado de su salud cardiovascular”, asegura la doctora Teófila Vicente, coordinadora del Grupo de Trabajo de Guías y Protocolos Clínicos de la AEEMT.

Por su parte, la Asociación Española de Enfermería en Cardiología (AECC) se adhiere al documento bajo su objetivo de “prevención, promoción y mantenimiento de la salud de la población, especialmente en el ámbito cardiovascular, con la finalidad de reducir el impacto de las enfermedades cardiovasculares en cualquier ámbito de salud”, explica su presidenta, Concepción Fernández.

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