Las carencias del Servicio de Urgencias Hospitalarias (SUH) del Sistema Nacional de Salud lo convierten en una de las áreas asistenciales donde mayor es el riesgo para la seguridad de los pacientes y donde, debido a su saturación, aumentan las posibilidades de error humano y de morbilidad y mortalidad.

Defensores del pueblo alertan del servicio de Urgencias con déficits
Entrada de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal. EFE/Pepa Díaz
  • 27 de enero, 2015
  • MADRID/EFE

Esta es la conclusión que recoge el informe "Las urgencias hospitalarias en el Sistema Nacional de Salud: derechos y garantías de los pacientes", presentado por la Defensora del Pueblo Soledad Becerril, con la colaboración de los defensores del pueblo de Andalucía, Cataluña, Galicia, Canarias, País Vasco, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Navarra.

“Estos servicios sanitarios suponen un pilar fundamental en el estado de Bienestar”, afirma Soledad Becerril.

Una base sanitaria en la que se necesita mejorar aspectos, como aumentar el número de profesionales y mejorar los espacios, y actuar contra malos hábitos, como cargar una responsabilidad excesiva sobre los médicos residentes.

Experiencia y profesionalidad

Para mejorar esta situación, el documento insiste en la necesidad de que, en todas las franjas horarias, se disponga de profesionales adecuados.

Se calcula que entre un el 30 y el 40 % de los trabajos en Urgencias los desempeñan los residentes.

La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, durante su intervención en el Fórum Europa. Efesalud.com
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, durante su intervención en el Fórum Europa. EFE/Juan Carlos Hidalgo

Ante esta situación, los defensores reclaman "la definición de una especialidad médica y de enfermería de urgencias y emergencias", que forme específicamente a estos profesionales y delimite sus competencias.

En especial, el informe destaca una atención deficitaria en la atención en Urgencias a pacientes en fase terminal, cuya base se podría encontrar en la "insuficiente" formación de los profesionales sanitarios sobre los aspectos éticos relacionados con la autonomía de la voluntad de las personas.

En el escrito también se denuncia la "repetición de situaciones de saturación" en Urgencias y critica que, tras una primera atención y a la espera de ser hospitalizados, se ubique a los pacientes en dependencias del propio Servicio, lo que "perturba la gestión del servicio" e impide que al enfermo se le facilite la atención que requiere.

Por ello, reclaman un "uso generalizado y homologable" de los métodos de triaje -evaluación rápida que permite dar prioridad a quien necesita una atención urgente- con el fin de mejorar la planificación y la calidad de las urgencias.

Las Urgencias del futuro

Para conseguir un servicio adecuado los defensores del pueblo reclaman la compatibilidad de los sistemas informáticos de todos los servicios sanitarios y la necesidad de añadir a los esfuerzos de las comunidades autónomas, una coordinación mayor por parte del Estado.

Por las condiciones de trabajo de las Urgencias, los defensores los consideran "entornos de riesgo por estrés laboral" y denuncian la falta de herramientas para limitar estos riesgos.

Otros aspectos en los que el informe hace hincapié son:

  • La necesidad de contar con más trabajadores sociales expertos en la atención a personas en situación vulnerable.
  • La falta de garantía de la privacidad y la intimidad de los pacientes, al situarlos en el pasillo, donde los enfermos llegan a fallecer delante del resto de pacientes.
  • El desarrollo de un mayor ajuste entre Urgencias y el resto de servicios sanitarios para la optimización de las listas de espera, las demandas de hospitalización y la gestión de camas.

Becerril ha apuntado que si los centros de salud estuvieran abiertos en horarios más extensos habría menos ingresos en Urgencias.

Los defensores del pueblo advierten que estas deficiencias son "evitables en buena parte" y recuerdan que, en cuanto a la atención a los inmigrantes en situación irregular, tienen derecho a ser atendidos en Urgencias y ser controlados hasta que reciben, no el alta de urgencias, sino el "alta médica".

También aconsejan que las personas "especialmente frágiles", como menores en edad pediátrica o personas con enfermedad mental, entre otras, puedan estar acompañadas por un familiar o allegado durante su estancia.

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