Pocos son los estudios clínicos sobre el impacto de la dieta en los desordenes de la regla de la mujer, pero algunos expertos sí recomiendan seguir un patrón saludable de alimentación, donde predominen los alimentos frescos y se eviten los ricos en hidratos de carbono refinados o grasas, sal, alcohol y bebidas estimulantes.

¿Y si la dieta ayudara a sobrellevar algunos desordenes de la regla?
EFE/Elvira Urquijo A.

En el Día Mundial de la Nutrición, el 28 de mayo, la doctora en Nutrición, dietista-nutricionista y tecnóloga de los alimentos Elena Aguilar habla con EFEsalud sobre el papel de la dieta en la regla: “La alimentación parece ser un factor modulador importante, sin que se haya estudiado con suficiente rigurosidad científica el efecto real que provoca en las mujeres que padecen alteraciones menstruales”.

En 2020, la investigadora publicó en la revista “Nutrición Hospitalaria” una revisión bibliográfica narrativa del estado de evidencia hasta ese momento titulada los “Desordenes menstruales: lo que sabemos de la terapia dietética-nutricional”.

La docente del Grado de Nutrición Humana y Dietética y del Máster Universitario en Nutrición Clínica de la Universidad Europea de Madrid explica que los niveles hormonales de estrógenos y progesterona influyen sobre la ingesta y el gasto energético, así como sobre la preferencia por ciertos tipos de alimentos, en especial durante la fase lútea, la que precede a la menstruación.

“Es la razón por la que los días previos al periodo tengamos un mayor interés por alimentos grasos y ricos en hidratos de carbono simples. Un consumo elevado de este tipo de alimentos puede conllevar un empeoramiento de la sintomatología adversa relacionada con la menstruación, por lo que es importante trasladar a la población femenina la necesidad de seguir un patrón de alimentación saludable durante estos días”, advierte.

Patrón de dieta saludable para la regla

“Aunque la alimentación parece ser un factor modulador importante, no se ha estudiado con suficiente rigurosidad científica el efecto real que provoca en mujeres con alteraciones menstruales”, por lo que, afirma el artículo, “se aconseja estudiar cada caso de manera individual y adaptar la pauta dietética-nutricional”.

Pero en líneas generales, “se recomienda seguir un patrón de alimentación saludable, en el que predominen los alimentos frescos no procesados, y evitar los ricos en hidratos de carbono refinados o grasas, sal, alcohol y bebidas estimulantes”, apunta Elena Aguilar a EFEsalud.

Los desordenes menstruales

El ciclo menstrual comienza con el sangrado o menstruación, dura aproximadamente 28 días y depende de varias hormonas del eje hipotálamo-hipófisis-ovarios.

En ese periodo se pueden producir distintos desordenes menstruales como la dismenorrea o dolor; la amenorrea o falta de un periodo menstrual; sangrado uterino anormal; síndrome premenstrual; endometriosis o síndrome de ovario poliquístico, entre otros.

Aunque no se puede generalizar, la doctora considera: “El padecimiento de desórdenes menstruales puede suponer graves implicaciones en la vida de las que lo sufren, por lo que es importante diagnosticar estos problemas y tratarlos del modo más adecuado”.

En el abordaje de estas afecciones relacionadas con la regla puede incluirse el tratamiento farmacológico analgésico y hormonal, la dieta como terapia o la cirugía, entre otros.

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Una niña observa una copa menstrual. FOTO EFE/Marta Pérez

Dismenorrea o dolor menstrual

La dismenorrea es el dolor uterino en los días previos o durante la menstruación y se considera el desorden menstrual más frecuente.

Habitualmente se presenta como dolor recurrente suprapúbico y sensación de quemazón, pero puede ser cólico e irradiarse hacia la espalda y zona alta de las piernas.

El tratamiento dietoterápico debe planificarse en función del agente desencadenante de la dismenorrea, señala la doctora.

Si es de tipo primario, cuando se contrae el útero por el descenso de la progesterona, puede mitigarse desde el punto de vista dietético “con alimentos de origen vegetal (frutas, verduras…) y el aporte hídrico suficiente, con reducción de aporte graso, hidratos de carbono refinados, sal, cafeína y alcohol”.

Síndrome premenstrual

El síndrome premenstrual es el conjunto de síntomas físicos y psicológicos que aparecen en el periodo entre la ovulación y el sangrado, en la llamada fase lútea, periodo entre la ovulación y el sangrado.

La sintomatología es inespecífica y muy variable entre mujeres y entre ciclos menstruales pero destacan la ansiedad, los calambres, un estado depresivo, el dolor y sensibilidad mamaria, la fatiga, el malestar general, los cambios de ánimo, la retención de líquidos, el aumento de peso, la irritabilidad, la agitación, los problemas de concentración, gases e inflamación y trastornos del sueño, según el artículo citado.

“Puede controlarse con el aporte de alimentos con alto poder diurético, ricos en calcio, vitamina D y magnesio, con fuentes ricas en omega 3 y fitonutrientes (fitoestrógenos y flavonoides), por lo que es interesante el aporte preferente de alimentos de origen vegetal (cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos, legumbres…), lácteos de calidad y proteínas magras”, indica la dietista-nutricionista.

“Se ha comprobado -añade- que las dietas ricas en hidratos de carbono refinados y azúcares, sodio, los ultraprocesados y las bebidas estimulantes empeoran” el estado de la mujer.

Tanto en dismenorrea como en síndrome premenstrual la dieta puede complementarse con ejercicio físico moderado, descanso y una correcta higiene del sueño, y calor tópico.

Endometriosis

La endometriosis es una enfermedad crónica inflamatoria caracterizada por presentar extrauterinamente tejido de forma y tipología similar al endometrio que cursa con dolor pélvico, cíclico o no, durante la menstruación e irregularidad menstrual.

“Con respecto a la endometriosis, se desconoce una dieta específica para estas pacientes pues existen muchas diferencias interindividuales, al tratarse de una patología multifactorial en la que confluyen no sólo factores ambientales, sino también genéticos, inmunológicos y psicológicos”, puntualiza Elena Aguilar.

Sin embargo, precisa, “su carácter crónico inflamatorio provoca que la alimentación pueda actuar como un factor modulador y ser determinante. Por ello se propone una alimentación saludable y equilibrada en la que abunden productos de origen vegetal, lácteos y fuentes ricas en calcio, vitamina D y omega 3, así como la disminución de alimentos grasos, grasas de tipo trans, carnes rojas y alcohol”.

Y advierte: “En este tipo de pacientes es frecuente el padecimiento de celiaquía, por lo que erróneamente se puede recomendar dietas libres de gluten de manera generalizada. Es importante que esta práctica no se lleve a cabo a menos que realmente exista celiaquía, pues puede conllevar el desequilibrio dietético si no se cuenta con suficiente formación en nutrición”.

síntomas endometriosis
La endometriosis se caracteriza por la presencia de tejido endometrial en distintos lugares fuera del útero. Imagen cedida

¿Son eficaces los suplementos dietéticos?

El problema que existe con respecto a la evaluación de la efectividad de los suplementos dietéticos en los desórdenes menstruales es “la falta de ensayos con diseños robustos, por lo que las revisiones sistemáticas y meta-análisis que se han elaborado hasta el momento recomiendan mayor calidad de los ensayos clínicos antes de recomendar la suplementación de rutina de este tipo de productos”, señala la especialista.

Algunos de los que se han estudiado son omega 3, minerales (magnesio, zinc…), vitaminas (B1, B6, E…), hierbas medicinales chinas y otras, como eneldo, guayaba, hinojo, manzanilla, ruibarbo, sauzgatillo, valeriana…

“En cuanto al aceite de onagra, parece que su composición rica en ácidos grasos esenciales, especialmente ácido linoleico y ácido linolénico, y fitoesteroles, sobretodo β-sitosterol y estigmasterol, podría ser beneficioso para la sintomatología adversa del síndrome premenstrual a partir de tu ingesta regular durante 4 a 6 meses”, indica.

Escasos estudios sobre el ciclo menstrual

La doctora recuerda que casi la mitad de la población mundial es femenina pero que, sin embargo, “es una realidad que la investigación acerca del ciclo menstrual y sus implicaciones para la salud, así como el papel que pueden tener factores externos, tales como la alimentación, no es muy numerosa, aunque parece que nos encontramos ante un cambio de tendencia”

Para Elena Aguilar, “el prejuicio de género ha sido una realidad desde tiempos remotos, pues históricamente la representación de la mujer en la investigación clínica ha sido minoritaria, lo que ha provocado que siempre haya existido una desigualdad en el abordaje de sus afecciones con respecto a los hombres”.

Pero, por otra parte, también se ha tendido a la normalización de la presencia de dismenorrea (dolor menstrual) por parte de la población, no solo la masculina. “Hoy en día son múltiples las expertas en ginecología que han subrayado la necesidad de que este concepto de menstruación como indicativo de dolor frecuente se erradique por completo”, manifiesta.

“No es normal que haya mujeres que sufran mensualmente dolores incapacitantes por el hecho de menstruar, ni que no puedan quejarse porque sea algo considerado normal”, subraya la docente de la Universidad Europea de Madrid.

Y considera que debe analizarse la causa de esas molestias para poder identificar si es de origen patológico, “pues en muchas ocasiones responden a malformaciones congénitas o problemas pélvicos, como endometriosis o miomas”.