Equiparar los efectos de todos las catástrofes naturales es un error. El impacto en la salud de un terremoto, un tsunami o una inundación, entre otros, dependerá de la naturaleza, la duración y la intensidad de los mismos. Sin olvidar, por supuesto, la vulnerabilidad de la población y sus recursos para responder a la catástrofe

María del Carmen Limiñana, médico de Urgencias y Emergencias, dirigió la ponencia sobre este tema “Los problemas de salud en función del tipo de desastre” en el marco de la III Jornadas Internacionales “Periodismo en crisis, emergencias y desastres”, organizadas por Indagando TV y la Universidad Carlos III de Madrid para hablar sobre las diferentes catástrofes naturales.
A pesar de los destrozos evidentes y la pérdida de vidas que genera una catástrofe, esta médico de Urgencias confiesa que le gusta “insistir en los aspectos positivos de los desastres: la oportunidad de que surja la vida de otra manera”.
La naturaleza, la duración y la intensidad del fenómeno determinará su impacto en la salud, además de la vulnerabilidad de la población y su grado de preparación para responder a este acontecimiento inesperado.
Sin embargo, antes de detallar cada desastre natural, la doctora Limiñana recoge los efectos comunes que, por lo general, son: aumento de la mortalidad y del número de desaparecidos; exceso de enfermedades e impacto en la salud mental individual y colectiva.
En la mayoría de zonas víctimas de desastres naturales, se dañan infraestructuras, se interrumpen los programas de salud. Se produce un incremento de enfermedades respiratorias y diarrea. Cambia la dinámica social y daña agricultura, ganadería o la seguridad nutricional.
“Las grandes olvidadas en los desastres son las enfermedades crónicas, por falta de medicinas, como diabetes o asma”, apunta la María del Carmen Limiñana.
Diferentes consecuencias en la salud
Estos son los efectos en la salud de las cinco catástrofes más frecuentes, según la doctora Limiñana.
- Terremotos: Dependerá de factores como magnitud, distancia del epicentro, hora, características geológicas, densidad de población, características construcciones, nivel de preparación de la población o el sistema sanitario del lugar. Entre las primeras dos y seis horas, menos del 50% de los atrapados continúa con vida. Tras las primeras 24-48 horas, la supervivencia baja drásticamente. Las patologías más frecuentes son la infección de heridas, pudiendo desarrollar gangrena; problemas respiratorios por inhalación de polvo; patología psiquiátrica, por estrés; anginas de pecho e infartos y partos complicados. También hay complicaciones de las enfermedades crónicas.
Voluntarios colaborando tras el tsunami de Indonesia en 2005. EPA/MAST IRHAM - Tsunamis: Implica una elevada mortalidad por ahogamiento o traumatismo letal. Es mayor en niños, ancianos y mujeres. Las patologías más frecuentes son respiratoria, como neumonía por aspiración; traumática; gastrointestinal y dermatológica. Son frecuentes las lesiones del tímpano y la otitis. Con el tiempo aumenta las enfermedades que dependen de condiciones higiénicas y agua. En principio no hay mosquitos si no llueve, porque el agua es salada y estos acuden a la dulce.
- Inundaciones: Los efectos directos son ahogamientos, lesiones, hipotermia, shock, dermatitis, problemas psicológicos y cardiovasculares. En cuanto a los indirectos, se producen problemas de abastecimiento del agua, daños en vías de comunicación, contaminación química y migración de roedores. La doctora Limiñana pudo vivir en primera persona todos estos problemas en su trabajo como médico de Urgencias y Emergencias en las últimas inundaciones de Chile.
- Ciclones tropicales: Cabe destacar tres fases en los ciclones: la de preimpacto, en la que se producen traumatismos; la de impacto con ahogamientos y traumatismos graves y la de post impacto que provoca electrocución o caída de estructuras y árboles. Hay traumatismos menores que se complican con infecciones locales por el agua contaminada, las malas condiciones higiénicas y la humedad. En las 48 horas siguientes se presentan diarrea, problemas en la piel y enfermedades transmitidas por vectores. Si hay malaria o dengue en la zona, hay mas posibilidades de que estas se transmitan por mosquitos porque el agua es dulce.
- Volcanes: Sus flujos piroclásticos pueden provocar alta mortalidad. Además, la lluvia de cenizas genera neblina y esta aumenta los accidentes de tráfico, la enfermedad a los asmáticos, y los problemas en la piel. El agua se contamina por las cenizas, que generan problemas digestivos.
Catástrofes naturales que seguro recordarás
La magnitud de sus desastre, el número de víctimas mortales, heridos, ciudades devastadas y desplazamientos humanos han hecho que muchas catástrofes naturales pasen a la historia. Estas son solo algunas:
- Terremotos: El 25 de abril de 2015, Nepal fue sacudido por un terremoto de 7,8 grados en la escala Richter. Juntos a las réplicas que le sucedieron, el resultado fueron casi 9.000 muertos y más de 22.000 heridos, además de un país en total reconstrucción.
- Tsunamis: El más duro de la última década se localiza en Indonesia. El 26 de diciembre de 2004, un terremoto de 9,1 grados de magnitud en la escala Richter sacudió la costa de la isla indonesia de Sumatra, generando las olas gigantes del tsunami que sembró la destrucción en una docena de naciones bañadas por el Océano Índico y causó la muerte de más de 226.000 personas.
- Inundaciones: Las fuertes lluvias fueron las responsables de la crecida de los ríos que, en 2007, desembocaron en la catastrófica inundación del estado mejicano de Tabasco. El 70% de la superficie quedó afectada, además de más de un millón de damnificados.
- Ciclones tropicales: Esta semana se cumple el décimo aniversario del huracán Katrina, que en 2005 devastó Nueva Orleans. La catástrofe sacudió al país estadounidense y dejó 1.833 muertos y más de un millón de desplazados.
- Volcanes: En Colombia se recuerda la noche del 13 de noviembre de 1985. El volcán Nevado del Ruiz, situado en la cordillera central andina colombiana, al hacer erupción por el cráter Arenas, a 5.400 metros de altura, causó el deshielo de centenares de toneladas de nieve que al rodar, arrasaron la localidad de Armero y a 23.000 de sus 25.000 habitantes.
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