¿Qué tienen los jóvenes en la cabeza? Amistad, sexo, trabajo…y muchas más cosas. Chicos o chicas, la prioridad es terminar los estudios, encontrar un empleo y volar del nido. ¿O no? Algunos no tienen prisa y se refugian en el grupo de amigos, otros se agobian por la economía, pero todos comparten un mismo deseo: crecer despacio, aprender deprisa y disfrutar el presente

El organismo humano alcanza su completo desarrollo en torno a los 25 años. Esa es la edad de nuestros protagonistas, un grupo de chicos y chicas con las ideas más o menos claras. “Los jóvenes quieren extraer el jugo de la vida y aplazan el momento de sacrificarse”, explica Guillermo Fouce, presidente de Psicólogos Sin Fronteras. Por ende, independizarse no debería ser algo urgente…
¿Qué tienen que decir los aludidos al respecto? Hay opiniones para todos los gustos: “¿Querer irme de casa? Ya mismo. ¿Poder? Es otro asunto”, afirma Victor Hugo (fisioterapeuta). Para otras como Irene (estudiante de Medicina), “hay gente vaga que depende de sus padres para todo y está encantada de vivir así”.
Es indiscutible que la crisis económica es un pedrusco en el camino. Así lo afirma Enrique García Huete, director de Quality Psicólogos: “Los jóvenes acaban sus estudios y se encuentran con contratos basura o sin trabajo. Se sienten indefensos”. Ante tal panorama, no sorprende que la mayoría de los menores de 30 años vivan con sus padres.
En mi burbuja de cristal
Papá y mamá siempre van a estar ahí para socorrer a su pequeño. La psicóloga Maite Orozco advierte de los riesgos de una actitud sobreprotectora: puede dificultar el desarrollo y crear personas irresponsables, poco maduras. “En muchos casos, los hijos siguen sin hacerse la cama. Incluso se les acompaña a la universidad para hacer la matrícula”, explica.
No obstante, la tranquilidad del hogar se ve perturbada por un futuro incierto. Los jóvenes se preguntan cómo abrirse camino en un contexto tan difícil.
“Ya no es miedo a fracasar, es miedo a no tener ni la posibilidad de fracasar”, subraya Fouce.
El bloqueo del plan de emancipación condiciona la forma de vida de los jóvenes: consumo a corto plazo y ahorro mínimo. “Si el acceso a la vivienda o al trabajo supone una dificultad, cambio mi forma de ver las cosas. ¿Para qué voy a ahorrar, si no puedo independizarme?”, señala el psicólogo. Aquí tienes el testimonio de un grupo de chicas sin pelos en la lengua:
Tanto ellos como ellas tienen poca tolerancia a la frustración, lo que se traduce en problemas emocionales y escaso control de impulsos. Según Miriam González, sociodirectora del grupo PGD, “tienen sueños irreales porque pertenecen a una generación que se cree con muchos derechos y pocas obligaciones”, fruto de un sistema educativo que no premia el esfuerzo.
“All you need is love”
El amor añade un toque de color a un paisaje tan gris. ¿Qué buscan las jóvenes en una pareja? “Que tenga la cabeza bien amueblada, sea educado y me haga feliz”, enumera Natalia. Muchas chicas quieren un punto de apoyo que les aporte estabilidad, pero ellos aún no lo tienen tan claro…
Según García Huete, las mujeres tienen un nivel de madurez mayor y sí se plantean la pareja como algo estable desde edades tempranas, mientras que los chicos “expulsan testosterona por las orejas”. Aún así, la relativa liberación sexual de la mujer está dando la vuelta al esquema tradicional: ellas ya no dudan en dar el primer paso y ellos… ¡se asustan!

“Es una emoción ambivalente. Aunque sus posibilidades de interacción sexual aumentan, están asustados porque las chicas pueden tener con quien comparar”, precisa Orozco.
No son pocos los casos en los que los chicos se sienten utilizados. Que les usen como algo sexualmente apetecible o bien les genera bienestar, o mina su autoestima si no perciben interés más tarde. “Se están tomando una taza de su mismo chocolate”, añade la psicóloga.
Sexo, una pieza clave para completar el puzzle
Nuestras chicas citan los requisitos de una relación sexual satisfactoria: confianza, cariño, pasión y “que la otra persona disfrute dándote placer”. Según Fouce, “ella se excita por lo que rodea al acto sexual, y al hombre le suele atraer lo físico o lo visual”.

Las inseguridades a veces pasan factura en el dormitorio. “Los chicos temen eyacular demasiado pronto, bloquearse o que su miembro no resulte apetecible para la pareja”, explica Orozco. ¿Otros miedos? No complacer a la otra persona.
Para Álex (estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual), “si no te entiendes con tu pareja en la cama, algo falla”. Lo mismo piensa Rober (estudiante de Ingeniería): “Una relación puede sobrevivir sin sexo pero va en declive”.
El bebé puede esperar
“Hijos sí, pero más tarde”. Ni ellos ni ellas quieren oír hablar de cunas… todavía. Según Fouce, “el hijo se ve como un parón, una dificultad añadida. ¿Dónde, cuándo y cómo lo encajo?”. Muchos chicos desean cambiar pañales a partir de los 35 años. “No tenemos esa presión biológica propia de las mujeres”, asegura el psicólogo García Huete.
Algunas de nuestras chicas no quieren esperar tanto. “Tener un bebé es lo más bonito del mundo. Me encantaría quedarme embarazada antes de los 30”, nos cuenta Isis. “Cuanto antes mejor, pero solo si tienes las condiciones económicas”, añade Marta. En este grupo de chicos hay opiniones para todos los gustos:
¿Amigos para siempre?
Si hay algo que un grupo de jóvenes puede tener en común hoy en día es la precariedad. “Los amigos suelen estar en las mismas situaciones y se protegen entre ellos. Mal de muchos, consuelo de tontos”, explica Orozco. Refugiarse en el entorno social es la alternativa de más de uno cuando la incertidumbre no tiene fin.
La amistad representa un pilar fundamental, a veces debilitado por las relaciones de pareja absorbentes. Así lo expresa García Huete: “A veces los grupos se deshacen por destinar mucho tiempo a la novia o el novio”. Sebas (futbolista y modelo) invita a la reflexión: “Cuando la pareja desaparece, ¿quién está ahí para apoyarte?”.
En general, el círculo de amigos es cada vez más pequeño. “Los jóvenes se vuelven más selectivos y van dejando a gente por el camino: aquellos que no se adaptan a sus valores o tienen formas diferentes de divertirse”, apunta la psicóloga Orozco.
Soñar es gratis
Debemos evitar que el contexto económico mate las ilusiones. “Esa fantasía de encontrar un trabajo de 1.000 euros está eclipsando cualquier otra fantasía”, lamenta García Huete. Los jóvenes no se resignan y miran hacia el futuro con valentía. “Queremos amor, estabilidad y gente buena alrededor. ¡Complejos fuera!” , exclaman las chicas.

Según Fouce, la inocencia de los chicos y chicas se nota en su propia pasión al actuar, la intensidad con la que viven el enamoramiento y la creencia de que todo lo que les está pasando ahora es lo más importante de su vida. Los expertos concluyen: “Vivir el momento presente es su prioridad”.
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