El Comité de Ética de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó hoy el uso de tratamientos experimentales en las víctimas del actual brote de ébola en África occidental, aunque su eficacia no haya sido comprobada. Liberia anuncia que tendrá el suero de Estados Unidos para dar a sus médicos contagiados.

La OMS aprueba el uso de tratamientos experimentales en ébola
Ciudadanos de Liberia leen una pizarra donde cada día se ofrece información sobre el brote de ébola. EFE/EPA/Ahmed Jallanzo
  • 12 de agosto, 2014
  • GINEBRA/MADRID/EFE

“En las circunstancias particulares de este brote y si se cumplen ciertas condiciones, el Comité consensuó que es ético ofrecer intervenciones cuya eficacia no está comprobada y con efectos secundarios todavía desconocidos, como potencial tratamiento o prevención”, según la declaración difundida por la OMS, que cifra en más de mil los muertos por esta enfermedad y más de 1.800 los infectados.

Esta decisión se produce el mismo día de la muerte por ébola del misionero español Miguel Pajares después de ser tratado con el suero experimental ZMapp, medicamento que se administra en Estados Unidos a los enfermos infectados con el virus. El ministro liberiano de Sanidad, Walter Gwenigale, anunció hoy que el fármaco llegará mañana a Liberia después de que la presidenta, Ellen Jonhson Sirleaf, lo solicitara a las autoridades estadounidenses el pasado 8 de agosto.

El sacerdote Miguel Pajares se contagió en el Hospital San José de Monrovia, en Liberia, uno de los países, junto a Guinea Conakry y Sierra Leona, donde se ha expandido este virus.

Los expertos de la OMS consideran que el uso de fármacos que están apenas desarrollados en los laboratorios puede justificarse, siempre y cuando se sigan criterios éticos como “la transparencia sobre todos los aspectos” del tratamiento, el “consentimiento informado” y con libertad de elección, el respeto de la confidencialidad, la preservación de la dignidad del afectado y la participación de la comunidad.

El Comité de Ética de la OMS sostuvo que existe la “obligación moral” de recolectar y compartir toda la información científica que se genere con el uso de fármacos de prueba. Esto incluye la que surja de los tratamientos de “uso compasivo”, por el que justamente se ofrece a una persona acceso a un fármaco que no ha recibido autorización de uso de las autoridades competentes.

Los ensayos de potenciales vacunas, en septiembre

La subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Marie-Paule Kieny, en rueda de prensa tras la reunión del Comité de Ética en Ginebra (Suiza). EFE/Salvatore Di Nolfi

Los ensayos clínicos de dos potenciales vacunas contra el ébola pueden comenzar a finales de septiembre, afirmó hoy la subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Marie-Paule Kieny, quien dijo que, además de estas potenciales vacunas, hay medicamentos de dos tipos que se están desarrollando.

Agregó que, en el caso de las vacunas, se espera tener “información preliminar, pero suficiente, sobre su seguridad en humanos para fin de año”.

De los dos tipos de medicamentos contra el ébola que se desarrollan en los últimos años, uno corresponde a un suero que contiene una selección de anticuerpos obtenidos de pacientes convalecientes.

El más conocido es el Zmapp, que se administró a dos cooperantes estadounidenses infectados en Liberia, quienes han respondido positivamente al tratamiento; así como a un religioso español que hoy falleció.

Además, hay más de tres medicamentos adicionales que se investigan y que pertenecen a la categoría de antivirales, pero que nunca han sido probados en personas, sino únicamente en primates, sobre lo cuales han mostrado “una eficacia convincente”, declaró Kieny.

“El objetivo es llevar el producto prometedor a ensayos clínicos tan pronto como sea posible para evaluar científicamente su seguridad y ver si la respuesta en humanos es similar a la que se ha visto en monos”, precisó.

“El riesgo para Occidente es bajo, aún sin vacuna”

El microbiólogo del Hospital Clínic de Barcelona Mikel Martínez Yoldi, uno de los expertos españoles en el virus del ébola. EFE/Marta Pérez

Por otra parte, el microbiólogo del Hospital Clínic de Barcelona Mikel Martínez Yoldi, uno de los expertos españoles en el virus del ébola, pronostica en entrevista telefónica con Efe que “no habrá vacuna a corto plazo” aunque también considera que “el riesgo de expansión del virus es bajo” en Occidente.

El virus no supone una “amenaza real” para Europa ni Estados Unidos, ya que “aunque puedan darse más casos, éstos serían ‘importados’ y de difícil transmisión”.

No es como el virus de la gripe, porque para que pueda darse el contagio es necesario un contacto muy estrecho” entre sangre, tejidos o fluidos del afectado con la persona sana, algo extremadamente difícil dado el aislamiento al que se somete al enfermo y las medidas que ya se aplican en las fronteras.

Entre ellas, figuran “cuestionarios a las salidas y entradas de los vuelos a zonas en riesgo y seguimientos intensivos de los posibles casos”.

El microbiólogo no considera la inmigración ilegal un foco probable de riesgo porque “es difícil que entre estas personas se encuentre un infectado y, además, un caso grave que requiriera asistencia sanitaria seguramente sería detectado y aislado” en poco tiempo.

Además, la enfermedad se extiende por el contacto con pacientes en fase aguda, no con los que ya la han superado: “históricamente, el ébola se ha controlado mediante el aislamiento de los pacientes infectados y el seguimiento de los contactos”, ha explicado Yoldi.

Los supervivientes deben la cura a su propio sistema inmunológico, más resistente al virus que el de los fallecidos, ya que no existen tratamientos antivirales específicos ni vacunas “y la enfermedad sólo puede tratarse con terapias de soporte y evitando complicaciones…, en definitiva, dándole al enfermo tiempo para que su propio organismo supere la infección”.

Aunque también puede recibirse ayuda ajena: es el caso del médico y misionero norteamericano Kent Brantly, quien puede estar superando la enfermedad gracias a los anticuerpos obtenidos mediante una transfusión de sangre de un joven que había derrotado previamente al virus y al nuevo fármaco experimental Zmapp.

“No ha pasado los controles ni los estudios necesarios para poder ser administrado de manera rutinaria…, tampoco parece que podamos contar con una cantidad suficiente para el número de personas que podrían necesitarlo”, insiste.

Además, es muy complicado aplicar medidas de este tipo a gran escala dado que en una epidemia en zonas subdesarrolladas no se dispone ni de la cantidad de suero necesaria ni de la infraestructura para ser administrado.

Otro potencial enfoque preventivo podría dirigirse “al reservorio epidemiológico del ébola, que son los murciélagos” pero esto probablemente sea aún más complejo “dada la imposibilidad de controlar poblaciones tan grandes y además migratorias”, ha recordado.

En cuanto a la vacuna, “siempre es deseable, sobre todo para limitar el avance de la epidemia” aunque es difícil saber en qué áreas debería aplicarse dado lo impredecible de la aparición de la siguiente epidemia.

A día de hoy, sin vacuna ni tratamiento específico disponibles, la única actuación válida sigue siendo la prevención mientras dure esta epidemia, que “se considerará finalizada cuando se supere el doble del periodo máximo de incubación, es decir, 42 días desde el último caso”.