El Ministerio de Sanidad quiere reducir a un máximo de 48 horas el plazo para identificar un caso sospechoso de coronavirus, en lugar de los hasta 15 días que se tarda actualmente entre que una persona desarrolla síntomas y recibe el diagnóstico de la enfermedad.

Sanidad prevé reducir a 48 horas el plazo de identificación de sospechosos de coronavirus
Un operario del servicio de limpieza desinfecta una fuente de la Plaza del Pilar de Zaragoza. EFE/Javier Cebollada

Según el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se trata de un objetivo ambicioso y que habrá que esperar a ver qué capacidad real existe en las comunidades autónomas y, "si hay que reforzar los sistemas, habrá que proponerlo y hacerlo".

Simón ha reconocido que en la actualidad el periodo entre que se desarrollan síntomas, se acude al médico y se notifica el diagnóstico oscila entre 10 y 15 días y el objetivo de cara a la fase de transición es identificar los casos sospechosos en un plazo máximo de 48 horas "al menos en un porcentaje muy alto".

Ha explicado que las CCAA están actualmente en ese proceso. "Lo que vamos a hacer ahora es tratar de hacer detección precoz con muchos indicadores diarios y semanales que van dirigidos a conocer el número de casos posibles o sospechosos que pueden tener sintomatología relacionada con el coronavirus.

Se trata de garantizar que en el momento en que se transite de una fase a otra, las comunidades están preparadas para responder correctamente en caso de brote, ha subrayado.

Illa: se valorará la capacidad de diagnóstico precoz de las cc.aa

En otra conferencia de prensa en el Palacio de la Moncloa, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha destacado que en esta etapa de desescalada cobra mayor importancia la detección precoz de casos sospechosos.

Está previsto que esta tarde Illa y los consejeros autonómicos estudien el refuerzo de la Atención Primaria para que pueda disponer de la suficiente capacidad de testeo a través de PCR para poder identificar y realizar una vigilancia de las personas que hayan sido diagnosticadas.

Ha recordado que el plan de transición incluía la necesidad de disponer de capacidades reforzadas en cuatro ámbitos distintos: el de la asistencia sanitaria reforzada, garantizando que hay suficiente capacidad de poder atender a todos los pacientes en el caso de que hubiera un nuevo rebrote; desplegar una vigilancia epidemiológica; identificación y contención precoz de fuentes de contagio; y medidas de protección colectiva.

Así, los centros de salud deberán disponer de la suficiente capacidad de testeo a través de pruebas de PCR para poder identificar y realizar una vigilancia a través de los centros de salud de las personas que hayan sido diagnosticadas.

Rastreadores de contactos de un contagiado

Por otra parte, Fernando Simón ha sido cauteloso al referirse a la posibilidad de usar aplicaciones para hacer un seguimiento de los contactos de un contagio, una información que ha calificado como fundamental "en el momento en el que el numero de casos sea lo suficientemente pequeño como para plantear un transito" a otra fase.

Aunque ha reconocido que España "está trabajando" con estas aplicaciones para ver cómo se deben de relacionar con las bases de datos sanitarios y con los sistemas asistenciales y de salud publica, ha insistido en que "hay mas alternativas" para hacer un seguimiento de los contactos.

"Lo que necesitamos saber es que valor añaden a otros sistemas que ya tenemos instalados o que se están instalando para hacer este seguimiento" y ha advertido de que en España existe una ley "restrictiva que protege la privacidad de las personas" y que las aplicaciones tienen que ir en consonancia con ella.

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EFE/Jorge Zapata

Las solicitudes para pasar a la fase 1 en dos semanas

Según la información de que dispone el experto, esta mañana solo habían llegado solicitudes para pasar a la fase 1 el próximo día 11 de mayo de "una parte de las islas de Baleares y Canarias".

En ese sentido, el epidemiólogo ha recordado que "las solicitudes para los que quieran abrir el lunes 11" se tienen que hacer antes del próximo miércoles, mientras que si se "quiere abrir dentro de dos semanas tienen todavía margen para hacerlas".

Sobre la propuesta de Cataluña de usar las áreas de salud como unidades territoriales, Simón ha afirmado: "si reúne las condiciones, no veo por qué no se va a utilizar, como puede pasar en cualquier otra comunidad. No creo que esto sea una discusión de CCAA específicas, sino de cualquier zona del territorio español".

Ha explicado que en el plan de transición se especifica que si las comunidades identifican otra unidad territorial con las características adecuadas tanto epidemiológicas, como de capacidades asistenciales y de control de la movilidad hacia otras unidades territoriales aledañas lo pueden proponer y discutir con el Ministerio.

"Si se llega a una discusión que nos permita pensar que ese área es susceptible de cambiar de fase, no hay ninguna problema en hacerlo", ha concluido.

Sociedades científicas alertan de la presión asistencial por la desescalada

Seis sociedades científicas han alertado este lunes que las necesidades de atención aplazadas durante el confinamiento junto con el seguimiento de casos COVID-19, darán lugar a un incremento de presión asistencial, que puede generar demoras inaceptables y un importante deterioro de la calidad.

Se trata de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), que han suscrito un documento en el que proponen una serie de medidas.

Para estos profesionales "urge" dar respuesta a un doble desafío: seguir atendiendo pacientes con COVID-19 y, a la vez, tratar a los pacientes crónicos y/o pluripatológicos que han estado confinados sin un seguimiento médico estrecho por el estado de alarma, "pese a los esfuerzos" realizados por Atención Primaria.

Para ello, consideran necesario disponer de una estructura en el ámbito hospitalario para el seguimiento de casos COVID-19 con criterios de gravedad o complicaciones y siempre asegurando la continuidad asistencial con la Atención Primaria.

Promover estrategias de comunicación como consultas virtuales, potenciar las historias clínicas compartidas, redefinir circuitos asistenciales y desarrollar tecnología que facilite la atención no presencial son otras de sus propuestas.

Desde el punto de vista epidemiológico, plantean facilitar a los médicos de familia y atención hospitalaria el acceso inmediato a las pruebas diagnósticas para promover así la detección temprana de los casos posibles y proceder a su confinamiento y cuarentena.

Además, piden el seguimiento continuo del diagnóstico e inmunitario de los sanitarios, especialmente de los que atienden directamente pacientes; asegurar las medidas de protección necesarias, que incluye EPIS a profesionales, y directrices claras a la población sobre la reducción de las consultas presenciales y la necesidad de seguir respetando las medidas de protección colectiva.

Estas sociedades advierten de que a la mayor demanda asistencial se une el número menor de profesionales, ya que a los infectados durante la pandemia, hay que unir vacaciones y días de asuntos propios del personal médico y residentes de primer año sin fecha de incorporación.

Por ello, consideran preciso renovar contratos al personal involucrado en la atención COVID-19, mantener la prórroga de residentes de último año y contratarlos como adjuntos y valorar la ampliación de plantillas en todos los ámbitos sanitarios.

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