De momento, la mayoría de los casos de viruela del mono han sido detectados en hombres que tienen sexo con hombres. La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha lanzado una guía contra el estigma para evitar caer en los errores del pasado.

Viruela del mono: guía contra el estigma

La guía para combatir el estigma por la viruela del mono se ha redactado porque la evidencia muestra que la existencia de factores estructurales como la discriminación u homofobia que sufre esta población incrementan su situación de vulnerabilidad ante distintos problemas de salud.

Esto es debido a la estigmatización por cuestiones relacionadas con la orientación sexual y/o identidad de género, lo que constituye una barrera en el acceso a los servicios de salud, produce retrasos en la detección y el tratamiento de la enfermedad, y dificulta su control, creando inequidades en la salud.

Es por ello que en esta guía aconsejan utilizar el lenguaje de forma apropiada y elaborar mensajes con información precisa, completa y actualizada.

Adaptar, asimismo, las estrategias comunicativas en cada caso para llegar de manera efectiva a la población diana, facilitando los datos suficientes y de manera comprensible, y sin perder de vista a aquellas personas con un menor nivel de alfabetización en salud.

También apuntan que resulta fundamental generar confianza entre la población, a pesar de que todavía sigue existiendo una incertidumbre importante con respecto a la viruela del mono, dado que las características del brote actual no se corresponden con las conocidas anteriormente, lo que incluye su presentación clínica, así como las vías de transmisión y la población afectada.

En el plano sexual, los y las epidemiólogos/as apelan al derecho a disfrutar de una vida sexual plena y satisfactoria, lo que conlleva proteger la propia salud y la de las parejas sexuales, conociendo el estado de salud y negociando las prácticas más seguras.

En cuanto a la comunicación, la SEE es partidaria de que las estrategias de prevención se planteen de manera coordinada entre instituciones, personas expertas, ONG y organizaciones de la sociedad civil.

Y todo ello porque durante la gestión de una alerta sanitaria, los miembros de la comunidad pueden sentirse aislados del proceso de toma de decisiones, lo que puede conducir a un rechazo hacia las medidas de control.

Sin embargo, una comunidad informada e involucrada comprende los beneficios de adoptar prácticas preventivas efectivas.

En este sentido, se estima que la experiencia en el abordaje del VIH y las ITS puede facilitar este proceso.

La SEE considera además que los eventos multitudinarios son buenas oportunidades para llevar a cabo actividades de divulgación y participación para grupos de población específicos con mensajes de salud pública.

Por último, apuntan a que los entornos sociopolíticos hostiles y la presunción de heterosexualidad universal aumentan la situación de vulnerabilidad de los hombres que tienen sexo con hombres.

Viruela del mono, estigma y discriminación

Aunque los consejos son de interés para toda la población, la guía de la viruela del mono para luchar contra el estigma está pensada para orientar a profesionales que participan en actividades de detección precoz, vigilancia y control de la enfermedad y promoción de la salud, tanto desde el ámbito de la salud pública como de la asistencia sanitaria.

Y esto es así porque, de acuerdo con la SEE, el abordaje de las enfermedades transmisibles y sus medidas de control y prevención sobre grupos y colectivos determinados puede suponer un desafío para las administraciones y servicios sanitarios.

Algunas campañas de comunicación, noticias relacionadas con el brote epidémico de la viruela del mono y documentos científicos han utilizado terminología que describe el comportamiento sexual de la población afectada de manera confusa y potencialmente estigmatizante.

De forma más detallada, la guía aconseja a los profesionales que generen confianza; promuevan el empoderamiento y el respeto hacia uno mismo y adopten un enfoque de comunicación participativo.

Y citan el siguiente ejemplo: la expresión “hombres que tienen sexo con hombres (HSH)” se utiliza para identificar más claramente a la población de interés porque describe el comportamiento sexual, en lugar de la orientación del deseo sexual.

“Pero no es un término apropiado para usar de manera más amplia cuando se discuten temas de diversidad relacionados con la comunidad gay masculina o con las comunidades de lesbianas, bisexuales y trans”.

A este respecto, cabe destacar que los HSH pueden no identificarse como gays, que la mayoría no tienen múltiples parejas sexuales, que no consumen drogas y que no todos los que las consumen las usan en un entorno sexual.

Además, es posible que los HSH no soliciten atención sanitaria porque temen experimentar el estigma o pueden sentir que los servicios de salud no están preparados para atender sus necesidades.

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Vacuna contra la viruela del mono. EFE/ How Huee Young

Evitar ambigüedades

En esta guía de la viruela del mono para combatir el estigma , también se explica que el término “relaciones sexuales” describe el espacio, el momento y las personas implicadas, donde se pueden dar prácticas sexuales de riesgo las cuales pueden definirse de diferentes maneras según el problema de salud que se trate.

Por lo que aconsejan que “es conveniente evitar ambigüedades en su uso para que las personas que reciben los mensajes sepan qué pueden hacer para protegerse.

Por ejemplo, en el caso de la viruela del mono, la utilización del preservativo no juega un papel relevante en la prevención debido a las rutas de transmisión de la enfermedad, de manera que el riesgo general en esta enfermedad está más ligado a las múltiples y frecuentes parejas sexuales en contextos anónimos.

También explican que los entornos sociopolíticos hostiles que minimizan la diversidad afectivo-sexual y de género y promueven la discriminación y la exclusión dificultan llegar a HSH a través de intervenciones preventivas.

La homonegatividad internalizada, la binegatividad internalizada y la presunción de heterosexualidad universal aumentan la situación de vulnerabilidad de los HSH, al disminuir la autoestima, causar aislamiento social, sentimientos de depresión y ansiedad, conducir al abuso de drogas y alcohol, aumentar las prácticas de riesgo sexual e inducir a autolesiones.

La asistencia sanitaria puede además estar sesgada, como se ha visto en diferentes estudios, por una presunción de heterosexualidad, retrasando o impidiendo actuaciones oportunas y adecuadas hacia la diversidad.

Concluye la SEE en su guía de la viruela del mono para combatir el estigma que un bajo nivel de alfabetización en salud supone una barrera para la comunicación.

“La comunicación basada en el miedo tiene efectos no deseados. Este enfoque se refiere al uso de mensajes impactantes, que pueden inducir ansiedad a corto plazo, con el objetivo de crear conciencia sobre un problema para desalentar ciertos comportamientos. Si bien la comunicación basada en el miedo puede tener éxito en crear conciencia sobre la amenaza en gran parte de la población, no está clara su contribución a la prevención de nuevas infecciones”.

Historia de una epidemia

Desde el 13 de mayo de 2022, los Estados miembro de la Región Europea de la OMS, los cuales no son endémicos para la viruela del mono o el virus del mono, han notificado múltiples casos del
mismo. Actualmente, las investigaciones del brote epidémico están en curso.

Según la citada sociedad científica, las características de este brote parecen ser atípicas por varias razones: la inmensa mayoría de los casos notificados no ha realizado previamente viajes a áreas donde la viruela del mono es endémica.

Este brote presenta peculiaridades en aspectos como su presentación clínica, su magnitud o el grupo de población afectado.

La mayoría de los casos han sido detectados en hombres que tienen sexo con hombres (HSH), aunque también se observa transmisión fuera de este grupo de población.

La dispersión geográfica de los casos, así como el hecho de que una gran parte de los casos detectados no se encuentren vinculados entre ellos, sugiere que la transmisión lleva produciéndose desde hace ya algún tiempo.

La presentación clínica más frecuente en los casos detectados es de erupción cutánea localizada, en particular en la zona genital y/o anal, asociada a linfadenopatía regional.