El día a día de Eva es como si aterrizara en un planeta distinto donde los demás hablan al revés, con una luz increíblemente fuerte y con sonidos agudos y estridentes. Una realidad que ve con la mirada de una joven de 20 años a quien le diagnosticaron trastorno del espectro autista (TEA) a los tres.

La vida a través de la mirada de una joven con autismo
La joven Eva Reviejo en la sede de la Confederación Autismo España. FOTO EFEsalud/Berta Pinillos

Su hermano también tiene TEA, pero más agudizado, según cuenta la joven Eva Reviejo en una entrevista con EFEsalud con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, que se conmemora cada 2 de abril.

Para este día, ante todo quiere lanzar un mensaje a las personas que son como ella y su hermano: "dejadlo fluir, el autismo tiene cosas buenas y malas, depende de cómo lo aproveches".

Descubriendo el TEA

El trastorno del espectro del autismo es de origen neurobiológico y afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Acompaña a la persona a lo largo de su vida aunque sus manifestaciones y necesidades cambian en función de las distintas etapas del desarrollo.

El autismo condiciona especialmente dos ámbitos del funcionamiento personal, que son por un lado la comunicación, la interacción con otras personas, y por otro a la capacidad para flexibilizar la conducta y el pensamiento, tal y como explica a EFEsalud María Verde, psicóloga y técnica de investigación en la Confederación Autismo España.

En el pasado el TEA se dividía en categorías pero hoy en día se tiende a no hacerlas.

"Se reconoce la diversidad y variabilidad de todas las personas que están en el espectro pero no se tiende a categorizarlas en diferentes subcategorías", asegura la psicóloga.

Autismo joven psicóloga
La psicóloga María Verde. Foto EFEsalud/Berta Pinillos

"Es necesario conocer, saber que hay diferentes necesidades de apoyo y diferentes características y preferencias en cuanto a los apoyos que pueda necesitar una persona con autismo. Es importante reconocerlo, hay que tener muy presente que hay personas que no necesitarán esa ayuda para comunicarse pero otras sí", abunda María Verde.

Señales y diagnóstico

El TEA no tiene un rasgo físico diferenciador, sino que solo se puede diagnosticar a través de la observación de la conducta de la persona. por eso se diagnostica.

De media el diagnóstico de esta condición, que afecta a uno de cada cien nacimientos, se hace en torno a los tres o cuatro años, pero sería posible hacerlo antes.

Entre las posibles señales tempranas de alerta se encuentran la dificultad de los pequeños por compartir sus intereses con otros, el no comunicar lo que quieren ni a través de gestos ni miradas y el emitir pocos sonidos o pocas palabras cuando ya deberían empezar a hacerlo.

No obstante, puntualiza la psicóloga, la variabilidad es grande.

La historia de Eva

A Eva fue justo en torno a los tres años de edad cuando le diagnosticaron autismo. Y es que si un hermano mayor tiene esta condición existe una probabilidad alrededor del 20 % de que otro de los hijos también la tenga.

Autismo joven Eva y María
Eva Reviejo y María Verde hablando. Foto EFEsalud/Berta Pinillos

"Empecé a comportarme extraño y teniendo en cuenta a mi hermano, ya empezaron a sospechar de mí", relata. La joven no tiene ninguna discapacidad intelectual asociada al autismo -se calcula que cerca de un 24 % de la infancia y adolescencia con TEA la tiene-. Sí tiene síndrome de Asperger, que se engloba dentro del TEA.

Hasta ahora su vida ha sido "una montaña rusa", con una infancia y adolescencia que recuerda como "un maldito caos".

"En la infancia yo era un terremoto. Como no sabía lidiar con personas y mi colegio era un jungla donde sobrevivía el más fuerte, al final me adapté a eso y era una persona bastante violenta", afirma la joven.

El zarpazo del bullying

Pero parte de ese comportamiento, asegura, fue consecuencia del 'bullying' que sufrió. Recuerda cómo recibía empujones al salir de clase, o tenía que escuchar los gritos de "mentirosa" de toda la clase cuando quería advertir de alguna conducta de un profesor.

"Eso hizo que mi relación con la gente fuera penosa", confiesa Eva. Su adolescencia no fue mejor, además en esa etapa coincidió que el autismo de su hermano empeoró en el sentido de que apareció la epilepsia -una enfermedad asociada al TEA-, con lo que su trastorno "se vio revocado a un segundo plano y lo importante era sobrevivir como pudiera".

En la universidad está mucho mejor a pesar de que hasta llegar ahí ha tenido que "reprimir" sus comportamientos "más autistas, más asperger" para intentar ser como el resto, algo que le hizo "estar muy mal".

Las entrañas del TEA

Por eso, la joven advierte de que saber manejar el autismo es muy complicado.

"Es como si hubieras aterrizado en un planeta distinto, no entendieras el lenguaje del resto, como si hablaran al revés y no entiendes lo que está pasando. La luz es increíblemente fuerte, los sonidos muy agudos y muy estridentes, la gente va superrápido. Intentas imitar a la gente pero te sale mal y al final tras machaque y machaque, terminas desarrollando estrategias", cuenta la joven.

Autismo trastorno
Fotografía del nuevo parque temático "Super Nintendo World", en California (EE.UU) FOTO EFE/ Mónica Rubalcava

Una de sus estrategias ante una situación difícil es imaginarse la vida como un videojuego. El problema de esto, como ella misma admite, es que acabas perdiendo empatía con la gente porque ves al resto más como personajes simples que como humanos.

En la universidad estudia videojuegos y ha conseguido tener un grupo de amigos, a los que no les ha dicho directamente que tiene TEA, pero sí les ha comentado, por ejemplo, que ha intervenido en el spot de la campaña Confederación Autismo España con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre esta condición.

"Llamémoslo por su nombre"

Precisamente entre los objetivos de la campaña, que tiene como lema "Llamémoslo por su nombre", se encuentra visibilizar a estas personas, contribuir a promover su derecho a participar en la sociedad en igualdad de condiciones y poner de relieve la variabilidad que existe dentro del espectro del autismo.

Para este día, la joven quiere decir a la gente con autismo que esa condición es parte de ellos, pero no lo es todo en la vida.

"Es una parte más de ti como puedes tener otras cosas, al final del día lo malo es engancharse con eso todo el rato y obsesionarse hasta puntos desmedidos. No lo puedes ignorar pero tampoco tienes que fingir y tratar de ser como el resto de gente, sácale el máximo provecho", sostiene.

Y también tiene algo que decir a aquellos que forman parte del entorno de las personas con TEA: "Que no se enfoquen en que tenemos autismo, pero tampoco intenten reprimirles. Que escuchen y no les traten como si fuera una persona totalmente distinta, que no les ignoren y traten de encontrar el equilibro entre el autismo y la persona".

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