Doctor García-Foncillas, nuevo presidente de la Fundación ECO: "El camino hacia la calidad en oncología"

El doctor García-Foncillas es catedrático de Oncología de la Universidad Autónoma de Madrid y director del Departamento de Oncología del Hospital Universitario "Fundación Jiménez Díaz". Ha sido galardonado con el Premio Nacional 2020 de la Real Academia de Medicina, a la que pertenece, y es autor de más de 300 artículos y numerosos libros especializados. En este artículo centra su análisis en la calidad en la oncología.

El camino hacia la calidad en oncología

Doctor Jesús García-Foncillas, presidente de la Fundación ECO

Medir la calidad asistencial en los centros se ha convertido en un requisito indispensable para poder mejorar los servicios de oncología.

Ante el avance constante de la ciencia y la irrupción de nuevas técnicas, dispositivos y tratamientos, es indispensable definir indicadores que permitan asegurar de forma objetiva la calidad, seguridad y sostenibilidad en la asistencia a los pacientes oncológicos.

El objetivo es determinar que se cumplen aquellos estándares que demuestran una mejora real en la experiencia del paciente y en sus posibilidades de curación.

En este sentido, el impulso de programas que certifiquen la calidad en la atención oncológica está ayudando a homogeneizar indicadores y a facilitar la equivalencia entre centros hospitalarios.

En otras palabras, a trasladar al mismo lenguaje las mejores prácticas. Vista la necesidad y la predisposición de los centros por alcanzar y actualizar la excelencia en la atención oncológica, desde la Fundación ECO reconocemos desde hace varios años a aquellos servicios de oncología que se rigen por criterios de alta calidad con el sello QOPI, emitido en colaboración con la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés).

Nuestro país cuenta en la actualidad con 13 centros acreditados con esta certificación.

Además, también prestamos ayuda y asesoramiento a aquellos centros que quieren acreditarse a través de un programa de certificación ad-hoc. A través de estas formaciones, hemos podido comprobar que la oncología nacional se encuentra a la par con los hospitales norteamericanos.

Como expertos en el abordaje del cáncer, la mejora continua en la atención debe partir de la comparación con los líderes en este campo.

Sellos de excelencia en la calidad de la oncología

La emisión de sellos en excelencia oncológica permite a los centros autoevaluar la calidad de sus servicios y evitar la variabilidad en la atención sanitaria (por la disparidad de recursos económicos, técnicos o humanos, entre otros).

Estas certificaciones testan una serie de mediciones que permiten extraer conclusiones y enriquecer las decisiones clínicas a lo largo de todo el proceso asistencial, a través de la armonización y perfeccionamiento de estándares en oncología.

Entre otros aspectos, estos sellos evalúan la educación de los profesionales sanitarios, la calidad en la prescripción de quimioterapia y preparación de fármacos, la formación de los pacientes o la monitorización y evaluación del bienestar de los pacientes.

Además, y teniendo en cuenta las inequidades entre comunidades autónomas respecto al abordaje y tratamiento del cáncer, estas certificaciones permiten detectar puntos fuertes y posibles áreas de mejora.

La apuesta de los centros por la medición de la calidad asistencial se refleja también en la reciente acreditación del Vall d’Hebron como centro integral de atención oncológica (CCC, por sus siglas en inglés).

Este hospital se ha convertido en el primer centro español en conseguir este reconocimiento, que pone en valor el abordaje multidisciplinar del cáncer a través de diferentes especialidades, la investigación, el acompañamiento del paciente oncológico, la organización de sistemas de calidad o la gobernanza.

Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer

La Comisión Europea, a través del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, tiene entre sus principales retos establecer redes de centros integrales en cáncer para el año 2025, con el objetivo de que el 90 % de los pacientes tengan acceso a ellos en 2030.

La creación de esta red de centros certificados servirá para que los pacientes puedan disponer de un diagnóstico y tratamiento de calidad, así como para reducir la desigualdad de acceso entre los Estados miembros y entre regiones.

Este plan persigue evitar el aumento en la incidencia del cáncer a nivel comunitario a través de un nuevo enfoque integrado y colaborativo entre países, apoyado en centros de acreditada solvencia en el tratamiento del cáncer.

Ante esta perspectiva, debemos tener claro que solos no podemos ir a ningún sitio. Es preciso que España se una a las iniciativas comunitarias para superar el cáncer y que situemos al paciente en el centro, en quien directamente repercute la mejora de la calidad asistencial: en reducción de tiempos de espera o en incremento de los controles de seguridad o de flujo de información sobre la enfermedad y el tratamiento.

Medir la calidad en oncología: un reto

Uno de los retos es el desarrollo y medición de indicadores de calidad que nos ayuden a conocer las mejores prácticas clínicas y aprender de ellas. No sólo para poner en valor la calidad a nivel técnico, sino, también, la calidad percibida por las personas.

En definitiva, la medición de la calidad asistencial debe ser una máxima para todos los que pretendemos acercarnos a la excelencia en beneficio de los pacientes. Hagámoslo para ellos.