Más del 60 % de la población asmática no controla la enfermedad a pesar de tener los medicamentos suficientes para hacerlo. Esta es la conclusión a la que han llegado expertos reunidos en la iniciativa Asma 360, un proyecto que aspira a encontrar una solución al descontrol del asma, que abarca el 2 % de los recursos de la sanidad pública en España

Asma 360: abordaje integral para su control
Los expertos relacionan la falta de adherencia al tratamiento con la carencia de conocimiento de la patología/Foto cedida por el hospital La Luz

El asma es una enfermedad respiratoria que puede ser desencadenada, no solo por la predisposición genética, sino por diferentes agentes, muchos de ellos, evitables.

Según los especialistas, la obesidad, el tabaquismo o la contaminación son algunos de los responsables de agravar y descontrolar esta enfermedad e, incluso, de originarla. Es decir, personas que no estaban destinadas a ser asmáticas terminan por serlo.

Para combatir estos frentes y buscar una solución al descontrol del asma, la farmacéutica AstraZeneca ha presentado recientemente  ‘Asma 360, una iniciativa estratégica para el Abordaje Integral del Asma’, un documento en el que se ofrecen soluciones y recomendaciones con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Según la Organización Mundial de la Salud, el asma es un trastorno respiratorio crónico que se caracteriza por ataques recurrentes de disnea (ahogo o dificultad para respirar) y sibilancias (sonidos agudos que se escuchan al respirar).

Esta enfermedad es una de las más frecuentes en España y afecta aproximadamente a un 5 % de la población adulta y un 10 % en los niños.

Con el respaldo de doce sociedades científicas y de la Federación Española de Pacientes con Alergias y con Enfermedades Respiratorias (FENAER), el proyecto Asma 360 surgió ante la necesidad de tratar la patología desde una perspectiva multidisciplinar y optimizar el control de la enfermedad.

Sin educación no hay medicación

A pesar de que se ponga a disposición de los pacientes un “gran arsenal de medicamentos”, muchos profesionales coinciden en que esto no ha servido para mantener la enfermedad bajo control.

Se calcula que hasta un 63,9 % de los asmáticos no están bien controlados”, afirma Luis Cordero, director de Relaciones Institucionales y Acceso al Mercado de AstraZeneca España.

El asma no tiene cura, pero Cordero asegura que los asmáticos pueden llevar una vida normal siempre y cuando mantengan un adecuado tratamiento.

Pero esto no siempre se cumple. La doctora Isabel Urrutia, especialista en Neumología y responsable de la Unidad de Asma y Enfermedades Ocupacionales-Medioambientales del Servicio de Neumología del Hospital Galdakao-Usansolo (Vizcaya), señala que los pacientes todavía no tienen la información necesaria sobre esta patología, por lo que ha provocado una falta de adherencia a la medicación.

No solo es culpa del paciente, también nos debemos responsabilizar los médicos. Tenemos que conseguir que el paciente conozca perfectamente su enfermedad y darle unas pautas para que sepa qué hacer en su momento”, argumenta la doctora.

Los factores medioambientales han aumentado los casos de asma en los últimos años/EFE/EPA/CLEMENS BILAN

Urrutia reitera que uno de los factores básicos es la atención primaria, una asistencia que se ha visto colapsada por la COVID-19 y “ahora se ve obligada a desplazar a otras enfermedades igual de relevantes”.

Por ello, esta doctora recuerda que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) dedica 2020-2021 a la contaminación, cambio climático y la pérdida de salud respiratoria, “más presentes que nunca”.

Un enfoque multidisciplinar

Al tratarse de una patología crónica, explican los especialistas, el asma requiere una evaluación integral para diagnosticarla de forma precoz y asegurar un tratamiento y seguimiento apropiados. Su abordaje en unidades multidisciplinares constituye un elemento fundamental para garantizar una atención de calidad.

“Lo más importante es el correcto diagnóstico, fenotipar, estudiar qué tipo de asma es para poner la terapia más apropiada a las necesidades de cada paciente”, sostiene el doctor Francisco Javier Álvarez, médico especialista en Neumología y responsable de la Unidad de Asma del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Es decir, no solo contar con neumólogos sino también con psicólogos, alergólogos o farmacéuticos de hospital, entre otros profesionales, con la finalidad de determinar qué otros factores influyen en la enfermedad.

El descontrol del asma cuadriplica los costes sanitarios

La mala gestión de la enfermedad puede generar grandes gastos económicos para el Sistema Nacional de la Salud.

El economista de la Salud de la Universidad de Castilla-La Mancha, Álvaro Hidalgo, asegura que, en la actualidad, el coste global del asma es de 1.480 millones de euros anuales. Lo que equivale al 2 por ciento de los recursos de la sanidad pública en España.

Un paciente con asma grave puede llegar a costar hasta 8.000 euros. Cuatro veces más que uno con asma leve”.

La falta de conocimiento sobre la patología genera una adherencia nula a la medicación por parte de los pacientes/EFE/Nyunt Win

Por ello, Hidalgo insiste en que “el diagnóstico precoz, la buena coordinación y seguimiento, y un acceso a la medicación inmediata, son los pilares esenciales para reducir costes”.

A pesar de que la COVID-19 no afecte al asma como podría hacerlo la gripe, los profesionales sanitarios recalcan que, “ahora más que nunca”, los asmáticos deben seguir el tratamiento correctamente para no degenerar en algo peor.

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