La polipíldora cardiovascular, indicada para prevenir segundos infartos y que llegó a España en 2015, podría evitar hasta 57 accidentes cardiovasculares, once de ellos mortales, por cada 1.000 pacientes tratados, según un estudio realizado por investigadores españoles
El estudio, publicado en la Revista Española de Cardiología, concluye que el policomprimido, que contiene tres componentes que los enfermos cardiovasculares toman por separado diariamente, es una estrategia “más coste-efectiva” y puede evitar menos eventos cardiovasculares al facilitar una mayor adherencia terapéutica.
Analizó los beneficios en salud y el coste-eficacia del fármaco en pacientes de más de 40 años, con antecedentes de infarto agudo y susceptibles de sufrir un síndrome coronario agudo, ictus no fatal, insuficiencia cardíaca congestiva, es decir que requiere hospitalización, procesos de revascularizción no planeados o muerte asociada a problemas cardiovasculares.
Tras diez años de seguimiento a estos pacientes, los resultados constatan que tomar la polipíldora en lugar de sus monocomponentes “podría evitar 46 eventos cardiovasculares no fatales y 11 fatales por cada 1.000 pacientes tratados”, según ha afirmado el doctor Vivencio Barrios, primer miembro firmante del estudio, en un comunicado de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
El experto ha subrayado que “cuando se analizan los eventos cardiovasculares de pacientes a los que se prescriben conjuntamente los tres fármacos, se observa una menor tasa de eventos que cuando se prescriben únicamente dos o solo uno de los componentes”.
Sin embargo, la prescripción del fármaco es de apenas un 53,3 % de los casos.
El experto ha explicado que, en términos económicos, para que un tratamiento sea coste-efectivo es habitualmente de 30.000 euros por año de vida ajustado por calidad.
“En nuestro caso, la premisa de coste-efectividad se cumple de forma contundente, incluso en la hipótesis de varios escenarios propuestos en el estudio que no eran favorables para la polipíldora”, ha continuado Barrios.
Adherencia terapéutica
El estudio indica que a los 15 meses, la facilidad en la toma de la polipíldora garantiza un mayor cumplimiento por parte del paciente, en concreto un 76 %, mientras que en el caso de tomar los monocomponentes por separado esta tasa de reduce al 49 %.
“Al aumentar la adherencia terapéutica gracias al tratamiento con un policomprimido cardiovascular en lugar de los componentes por separado se incrementa el beneficio clínico que puede traducirse en una disminución de la tasa de nuevos eventos, lo que revierte en un menor gasto sanitario para el Sistema Nacional de Salud”, ha destacado el experto.
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