Celsa Andrés, vicepresidenta de Médicos del Mundo, defiende en su artículo "Las pandemias no conocen fronteras" la fortaleza de los sistemas de salud para poder hacer frente a amenazas como la del coronavirus. Y para ello, argumenta, "es importante en España evitar el desmantelamiento de la atención primaria, porque eso afectaría tanto a la estrategia para frenar el coronavirus, como a la atención del resto de problemas de salud"

"Las pandemias no conocen fronteras", por Celsa Andrés, vicepresidenta de Médicos del Mundo
Médicos del Mundo trabaja en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid donde se ha instalado un zona de campaña para ayudar a la lucha sanitaria contra el coronavirus. EFE/ Juanjo Martín
  • 8 de abril, 2020
  • MADRID/OPINIÓN/CELSA ANDRÉS, VICEPRESIDENTA DE MÉDICOS DEL MUNDO ESPAÑA
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Vicepresidenta de Médicos del Mundo España desde 2018, Celsa Andrés es médica de familia jubilada y técnica superior en prevención de riesgos laborales y especialista en medicina del trabajo.

Tras licenciarse en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia en 1980, comenzó su vida laboral como médica inspectora de Seguridad Social y en los años 90 ejerció en atención primaria del Sistema Público de Salud. Posteriormente, coordinó equipos de medicina del trabajo en varias mutuas y entidades privadas.

En 2009 se incorporó a Metges del Mon Illes Balears como voluntaria en el área de reducción de daños con personas con adicciones.

En su artículo para EFEsalud expone como esta organización humanitaria está colaborando con la sanidad pública en la lucha contra el coronavirus que en España ya registra más de 140.000 contagios y más de 13.000 fallecimientos.

Las pandemias no conocen fronteras

Por Celsa Andrés, vicepresidenta de Médicos del Mundo

El 7 de abril celebrábamos el Día Internacional de la Salud; una palabra que adquiere una especial dimensión en el momento presente en que estamos sufriendo la potencia de un virus que ha trastornado nuestro mundo tal y como lo conocíamos hasta ahora.

Desde que se declaró oficialmente la pandemia por COVID-19 han surgido cuestionamientos sobre si los sistemas de salud nacionales estaban preparados para gestionar esta crisis, sobre cómo pueden los Estados garantizar el derecho a la salud de toda la ciudadanía o qué sucederá en los países con sistemas sanitarios ya debilitados.

La destrucción de los servicios públicos del estado del bienestar, a través de la privatización, la fragmentación, o la financiación insuficiente, ha contribuido al menoscabo de los sistemas de salud en todo el mundo. Y esta debilidad se refleja en las dificultades que están teniendo para enfrentar esta pandemia y asegurar el acceso equitativo y el tratamiento para todas las personas.

En España, es importante evitar el desmantelamiento de la atención primaria, porque eso afectaría tanto a la estrategia para frenar el coronavirus -labor de filtro y muro de contención- como a la atención del resto de problemas de salud que existen y que hay que seguir tratando.  

pandemias médicos del mundo
La vicepresidenta de Médicos del Mundo España, Celsa Andrés. Foto cedida

Como médica de familia que he sido durante una década, comulgo absolutamente con las palabras del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha afirmado: “La mejor defensa contra cualquier brote es un sistema sanitario sólido”.

Eso solo se consigue si la base del sistema, la atención primaria, tiene suficientes recursos para seguir respondiendo de forma adecuada a los problemas de la población.

En Médicos del Mundo sabemos cómo enfrentarnos a este gran reto, porque hemos intervenido en epidemias en todo el mundo, desde el cólera en Haití al ébola en Sierra Leona.

Somos una asociación internacional y humanitaria y, por eso, desde el primer momento hemos puesto nuestra experiencia y nuestros equipos al servicio de la sociedad española, pero sin olvidar encarar también el avance de la enfermedad en contextos todavía más frágiles, como África o Latinoamérica.

Hemos comenzado brindado apoyo al sistema nacional de salud habilitando un espacio adicional para pacientes leves de COVID-19 junto al hospital Gregorio Marañón de Madrid, y revisando los sistemas de prevención y control de infecciones de este centro, con el objetivo de minimizar los contagios del personal sanitario, uno de los colectivos más afectados, víctima del 15% del total de infecciones. 

Pero no nos hemos olvidado de que durante una crisis sanitaria como la presente, son las poblaciones especialmente vulnerables, como las personas sin hogar, usuarias de drogas, refugiadas, migrantes en situación administrativa irregular o aquellas recluidas en prisiones las que se encuentran más expuestas, porque de manera habitual son las que quedan excluidas de los sistemas de salud por su condición.

Por eso, mantenemos nuestra atención a más de mil personas sin hogar en Valencia, Granada, Sevilla, Almería, Melilla y Palma. La mayoría subsisten en alojamientos precarios, chabolas, asentamientos temporales o en la misma calle.

Mantenemos, además, nuestras consultas sociales y médicas en Zaragoza, Bilbao y Valladolid, donde con cita previa atendemos e informamos sobre las medidas de prevención de la enfermedad a personas que no tienen tarjeta sanitaria.

Asimismo, hemos reforzado la atención telefónica y online vía aplicación móvil en las 14 comunidades autónomas donde tenemos programas, como la que damos a las personas en situación de prostitución en pisos y clubes.

En el plano internacional, mantenemos proyectos de cooperación al desarrollo o acción humanitaria en 19 países o territorios, y vamos monitorizando el día a día el estado de la situación y apoyando a los sistemas de salud de estos países para que sean capaces de responder lo mejor posible.

Sabemos que sus consecuencias pueden ser devastadoras, teniendo en cuenta la escasez de recursos humanos, las condiciones precarias de los sistemas de salud y la gran vulnerabilidad de las comunidades.

Esta es una crisis global, que requiere respuestas globales. Por eso desde Médicos del Mundo instamos a responsables de políticas locales, nacionales, regionales e internacionales a que escuchen nuestras recomendaciones, que nos ayudarán ahora y en el futuro.

Todos estos responsables deben:

  • Garantizar el gasto público en salud y aumentar la inversión en atención sanitaria.
  • Evitar la discriminación en el acceso a los servicios sanitarios públicos, eliminando el pago por la realización de pruebas o por recibir atención sanitaria.
  • Establecer medidas excepcionales para las personas más vulnerables, y especialmente para la población desplazada y refugiada.
  • El acceso a los medicamentos debe estar al servicio de la población y no a las leyes del mercado.
  • Todos los países deberían cumplir con la recomendación de la OMS de asignar o reasignar inmediatamente, al menos, un 1% adicional del PIB a Atención Primaria de Salud a través de la mejora de la recaudación de impuestos nacionales, en línea con la Agenda para la Acción de Addis Abeba.

Lo que podemos aprender de la enfermedad COVID-19 es que los sistemas públicos de salud fuertes son capaces de resistir amenazas masivas para la salud gracias a la respuesta colectiva.

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