El diagnóstico de insuficiencia cardiaca es todo un "desafío clínico" en pacientes que sufren obesidad, ya que su principal síntoma, que es la intolerancia al esfuerzo, se suele atribuir a la propia obesidad en lugar de a la insuficiencia cardiaca.

El reto de diagnosticar insuficiencia cardiaca en pacientes con obesidad
Electrocardiograma a una mujer, una de las pruebas para detectar insuficiencia cardiaca. EFE/Sáshenka Gutiérrez

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) se han unido para mejorar el abordaje de la insuficiencia cardiaca en personas con obesidad, que el 4 de marzo conmemora su Día Mundial.

La obesidad es una enfermedad sumamente prevalente, epidémica si cabe, con causa multifactorial y en algunos casos sumamente compleja ya que es causa de muchas complicaciones, entre las que se distinguen las cardiovasculares, como la insuficiencia cardiaca.

La principal dificultad se centra en la intolerancia al esfuerzo, principal síntoma de una insuficiencia cardiaca pero que también es consecuencia de la obesidad en sí.

Por un diagnóstico precoz

La SEC y la SEEN ha elaborado un documento de consenso, "Detección y manejo de la insuficiencia cardiaca en el paciente con obesidad", que recoge una serie de consejos para garantizar un diagnóstico mejor y más temprano en los casos de insuficiencia cardiaca en personas con obesidad.

Así, se distingue:

  • Qué pruebas se deben solicitar desde la consulta de endocrinología ante síntomas y signos de sospecha de insuficiencia cardiaca.
  • El abordaje global de los factores de riesgo.
  • Qué tratamiento inicial se debe seguir en estos casos.
  • Derivación y coordinación con cardiología para garantizar la mejor atención al paciente.

En definitiva, se propone un tratamiento multidisciplinar de la obesidad para esquivar las posibles dificultades que derivan de su sintomatología, un tanto genérica.

La doctora Raquel Campuzano, una de las autoras del documento y ex presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC habla de las complicaciones que presenta la obesidad en este contexto.

"El diagnóstico de la insuficiencia cardiaca en estos casos, especialmente en fases iniciales, constituye un auténtico desafío clínico porque los pacientes con obesidad presentan con frecuencia otras comorbilidades que hacen aún más complejo su diagnóstico", señala la experta.

Por tanto, esta propuesta no es más que una herramienta nueva con la que cuenta el endocrinólogo para reconocer, abordar, tratar y derivar al paciente, garantizando una mejor atención y, con ello, un mejor pronóstico. Porque el tratamiento precoz siempre será una ventaja en estos caso.

¿Qué es la insuficiencia cardiaca?

La insuficiencia cardiaca (IC) se produce cuando el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre al organismo. Entre sus síntomas se encuentra:

  • Disnea, es decir, la falta de aire por causa cardiaca.
  • Dificultad para realizar ejercicio o actividades físicas habituales.

La evolución de estos síntomas y signos es un elemento clave para llegar al diagnóstico, aunque es necesario realizar exploraciones complementarias para confirmarlo.

El doctor Vicente Arrarte, miembro de la SEC y también autor de la iniciativa, asegura que además de la intolerancia al esfuerzo, hay una sintomatología muy característica al hablar de la insuficiencia cardiaca, como es la bendopnea (disnea al atarse los zapatos) o la ortopnea (disnea más evidente al acostarse).

Factores de riesgo

La doctora Campuzano recoge los principales factores de riesgo que aumentan la probabilidad de insuficiencia cardiaca en los pacientes con obesidad:

  • Superar los 65 años.
  • Presencia de hipertensión arterial.
  • Diabetes mellitus.
  • Enfermedad renal crónica.
  • Antecedentes de cardiopatía isquémica.
  • Fibrilación auricular.

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Superar los 65 años es un factor de riesgo para la insuficiencia cardiaca. EFE/Kiyoshi Ota

Herramientas para su detección

En cuanto a las herramientas diagnósticas empleadas en estos casos, se diferencian:

  • Electrocardiograma: tiene un excelente valor predictivo para descartar la insuficiencia cardiaca.
  • Medición de biomarcadores plasmáticos.
  • Ecocardiografía y otras técnicas de imagen.

El problema de la obesidad en cifras

Dada la prevalencia de la obesidad, el riesgo a sufrir una insuficiencia cardiaca es un importante factor a tener en cuenta.

Y es que según el Instituto Nacional de Estadística, la incidencia de la obesidad se ha duplicado en los últimos 20 años, calculándose que un 17% de los españoles tienen obesidad. Una cifra que se prevé que continuará creciendo en los próximos años.

Respecto a la relación entre obesidad y problemas cardiovasculares, algunos estudios muestran que el riesgo de insuficiencia cardiaca se incrementa un 5% en hombres y un 7% en el caso de las mujeres por cada punto de incremento en el índice de masa corporal.

Por ello, desde la SEC y la SEEN, se aboga por la multidisciplinariedad y la importancia de la continua mejora de la atención médica.

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