La genómica nutricional es una disciplina que estudia la relación entre el genoma humano, la nutrición y la salud, e incluye otras dos especialidades: la nutrigenómica y la nutrigenética. Una sesión científica de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) ha analizado las aplicaciones de la biotecnología alimentaria y la alimentación personalizada en materia de promoción de la salud, prevención y tratamiento de enfermedades

Genética y nutrición: nuevos alimentos y medicina personalizada
Investigación en alimentación. Fotografía facilitada a EFE por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV)
  • 28 de noviembre, 2016
  • Madrid/EFE/Ana María Belinchón

La alimentación es uno de los factores más importantes que interaccionan con el genoma, tal y como señala Dolores Corella, directora de la Unidad de Investigación en Epidemiología Genética y Molecular de la Universidad de Valencia.

“La epigenética ya está en el orden del día y hay factores que pueden afectar de manera importante en la expresión génica, desde la dieta, estados psicológicos, la estación, tóxicos, drogas o ejercicio”, explica Andreu Palou, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de las Islas Baleares.

La sesión científica “Ciencias ómicas y biotecnología alimentaria, ¿hasta dónde podemos llegar?”, celebrada en la RANM, ha profundizado en las nuevas aplicaciones de la genómica en la nutrición, atendiendo especialmente a la creación de nuevos alimentos y a la medicina de precisión, cuyo objetivo es tener en cuenta las características del individuo para prevenir y tratar enfermedades.

Dos de las ponencias han recordado que el expresidente estadounidense Barack Obama presentó en el año 2015 un proyecto de medicina de precisión de la que pretende obtener una gran cantidad de información con tecnologías ómicas, si bien está enfocado principalmente en el cáncer.

Todo esto ha sido posible gracias al Proyecto Genoma Humano, que logró identificar y cartografiar por primera vez el genoma humano y cuyo mapa provisional fue portada de las publicaciones de Nature y Science en el año 2001.

Biotecnología, alimentación y transgénicos

Un melón de control (i) y un melón modificado "gota de miel" (d). Se ha prolongado la vida del melón, que por lo regular no dura más de 10 días sin deterioro, hasta los 60 días, después de desactivar una enzima de ese fruto. Imagen cedida a EFE por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav)
Un melón de control (i) y un melón modificado “gota de miel” (d). Se ha prolongado la vida del melón, que por lo regular no dura más de 10 días sin deterioro, hasta los 60 días, después de desactivar una enzima de ese fruto. Imagen cedida a EFE por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav)

Los descubrimientos en torno a la genómica y la biología de sistemas han cambiado la forma de desarrollar alimentos.

“La biotecnología es el uso de organismos vivos con fines industriales y puede ir desde algo tan sencillo como producir un yogur a partir de leche y dos fermentos, a la fabricación de la hormona de crecimiento humana a partir de vacas transgénicas”, explica Daniel Ramón, director científico de Biopolis S.L.

“La secuenciación del genoma vegetal y animal puede tener usos muy importantes en la nutrigenómica para modificar y producir alimentos a la carta genética”, subraya.

En cuanto a los transgénicos (alimentos modificados genéticamente), Ramón señala que “actualmente cultivan plantas transgénicas más de 18 millones de agricultores y mediante su uso se ha reducido el uso de pesticidas en un 37%”.

El maíz Bt, por ejemplo, es un tipo de maíz transgénico que produce una proteína que le permite resistir a la plaga del insecto taladro.

Activistas de Greenpeace se manifiestan en contra de los cultivos tratados genéticamente. EFE/Money Sharma
Activistas de Greenpeace se manifiestan en contra de los cultivos tratados genéticamente. EFE/Money Sharma

El fenómeno de los transgénicos también tiene sus detractores, uno de los más sonados es la ONG de carácter ambiental Greenpeace, que defiende una “agricultura ecológica” y advierte del “riesgo de la pérdida de biodiversidad”, entre otros impactos.

Sobre este debate, Ramón sostiene que “no hay datos que nos digan que los transgénicos sean mejores ni peores para la salud que los alimentos orgánicos”.

Predisposición genética a los alimentos

En el marco de la medicina de precisión, surge también la Nutrición de Precisión para mejorar la respuesta a la dieta, teniendo en cuenta las características genómicas de la persona.

“La genética determina la ingesta de un alimento concreto porque hay personas genéticamente predispuestas a consumir mayor o menor cantidad”, señala Dolores Corella, también catedrática del Departamento de Medicina Preventiva.

Una dieta, afirma, no es la misma para todas las personas y hay muchos factores que determinan, por ejemplo, la ingesta de sal, porque si una persona no nota el sabor, añadirá más cantidad.

EPA PHOTO PA/MATTHEW FEARN/hh
EPA PHOTO PA/MATTHEW FEARN/hh

“Un 3.7% de la población española no percibe la máxima concentración de cloruro sódico”, precisa.

De acuerdo con Corella, tampoco todas las personas tienen la misma respuesta a la sal en la tensión arterial.

En cuanto al consumo de bebidas alcohólicas, la experta afirma que hay genes que influyen en la ingesta de alcohol y se ha descrito un microARN que está relacionado con su consumo.

Sobre los lácteos, advierte también de que a un paciente le puede sentar mal la leche debido a la existencia de estos factores genéticos.

Por lo tanto, la variación genética influye en la percepción del sabor y en la respuesta a un determinado alimento, y esto determina, a su vez, la ingesta de alimentos.

“Tenemos que plantear un educación sanitaria y nutricional específica de acuerdo a cada perfil genético”, sugiere la especialista en nutrigenómica.

Alimentación personalizada en obesidad

Hoy en día, aunque las recomendaciones nutricionales se adecuan estadísticamente al conjunto de la población, cada persona responde a los alimentos de manera diferente.

Tal y como afirma Andreu Palou, también miembro del Consejo de Dirección del Centro de Investigación en Red sobre Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), es posible adentrarnos en el diseño de tratamientos algo más adaptados a cada individuo en casos concretos como la obesidad.

Este es el gran reto de la alimentación personalizada, que, a juicio de Palou, ya es una realidad, aunque limitada y manejable por expertos, cuyo progreso dependerá de los avances en el conocimiento del metabolismo, la genética y la biología de sistemas en nutrición, junto con el procesado de grandes cantidades de información (big data).

HICMAR FALCON / EFE
HICMAR FALCON / EFE

Sobre la obesidad, el experto alerta de que ya se ha convertido en el principal problema nutricional, su tratamiento es inefectivo y, afirma, más de 600 millones de adultos ya son clínicamente obesos.

Esta patología está relacionada con otras como la diabetes, la hipertensión, la hipercolesterolemia, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Gracias a los avances en tecnología y genética, comenzaron a descubrirse genes implicados en algunos tipos de obesidad, uno de los más estudiados está relacionado con la leptina, una hormona implicada en la regulación del peso corporal.

El experto resalta la idea de introducir leptina como nutriente en los natales para prevenir la obesidad, ya que, explica, “pensamos que la resistencia a la leptina es lo que provoca la mayoría de obesidades y si se administra en el adulto no se reduce el peso porque se ha generado una resistencia”.

“Gran parte de los problemas de salud tienen su origen antes del embarazo y en el desarrollo temprano, y aquí es cuando empezamos a pensar que la prevención es el gran reto”, sugiere Palou.

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