José Fley tiene tan controlado el VIH que es intransmisible; Carmen ha superado un cáncer de mama e Íñigo, sacudido por un ictus, ha podido remontarlo sin secuelas. Adolfo puede decir que está libre del virus de la hepatitis C, mientras que Ana ha tenido que mirar cara a cara a la depresión para poder frenarla. Cinco pacientes que nos ofrecen sus historias de superación de estas enfermedades en el Día Mundial de la Salud.
La Medicina ha ido evolucionando a la par que estas cinco personas que representan la superación o el control de enfermedades tan prevalentes como el cáncer, las cerebrovasculares o las de salud mental, pero también de otras donde los avances terapéuticos permiten contener infecciones antes mortales.
El Día Mundial de la Salud, el 7 de abril, sirve para destacar los grandes pasos de la Medicina pero también para reivindicar el derecho a la salud de millones de personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elegido este año el lema “Mi salud, mi derecho” para recalcar que, a pesar de que al menos 140 países reconocen en sus constituciones a la salud como un derecho, al menos 4.500 millones de personas (la mitad de la población mundial) no estaban cubiertas por los servicios esenciales de salud en 2021.
Un derecho, según la organización, “cada vez más amenazado” por los conflictos bélicos “que devastan vidas y causan muerte, dolor, hambre y angustia psicológica”, pero también por los desastres, las enfermedades y el cambio climático.
José Fley Báez (VIH), Carmen Fernández (cáncer de mama), Íñigo Uriarte (ictus), Ana Gumiel (depresión) y Adolfo García (hepatitis C) tuvieron acceso a los servicios de salud y por eso pueden relatar ahora sus historias de superación y control de sus enfermedades que resumimos en este vídeo.
Vídeo EFE/Gregorio del Rosario
"No me moriré con el VIH"
José Fley Báez tiene 32 años. Con 24 le dijeron que tenía VIH. Celebra que, médicamente, el virus "está casi superado" -solo falta la cura, añade- pero lamenta que socialmente no se haya avanzado tanto, todavía impera el impacto del estigma.
En el momento del diagnóstico su doctora le transmitió tranquilidad porque con los tratamientos actuales se vive y, además, con muy buena calidad de vida. No obstante, por su cabeza pasaron muchas cosas como el sentimiento de culpa, el cuestionamiento social o "la película Philadelphia". Toda una historia de superación.
"El cáncer de mama no me ha frenado"
A Carmen Fernández, de 69 años, le diagnosticaron un cáncer de mama a los seis meses de finalizar su vida laboral, cuando su futuro estaba repleto de planes: “El cáncer de mama no me ha frenado, sólo el año largo de tratamiento y operaciones, sigo haciendo lo que quería hacer en mi jubilación”.
Ella forma parte de más del 80 % de pacientes de cáncer de mama que sobreviven a los cinco años del diagnóstico, uno de los tumores con mayor tasa de supervivencia. Nueve años después cuenta su camino de superación de una de las enfermedades que se ha beneficiado de las innovaciones en terapias y de la detección precoz.
"El Código Ictus me salvó la vida"
Íñigo Uriarte, de 46 años, sufrió un ictus en noviembre de 2022 y estuvo seis días en la Unidad de Cuidados Intensivos. Año y medio después no tiene secuelas y realiza una vida prácticamente normal. Afirma que la rapidez con la que se aplicó el Código Ictus le salvó la vida.
Ahora tiene el ictus bajo control y lo da por superado, aunque es muy consciente de lo que ha pasado y los riesgos que puede llegar a tener. Íñigo lanza un mensaje a otros afectados: "No hay que justificarse en el victimismo. Hay que confiar en la sanidad y los médicos, y confiar en que, pasado el trauma, solo se puede mejorar, verte con optimismo y cambiar los hábitos y estilos de vida".
"No pienses que la depresión va a durar toda la vida"
Ana Gumiel, de 66 años, empezó a tener depresión hace casi 30 años, pero desde 2010 la lleva esquivando. "Ahora estoy estabilizada y de hecho no tengo absolutamente ningún temor", asegura.
"La depresión puede ser crónica o no, o puede ser solo una etapa. No pienses que va a ser así toda la vida, pero incluso en las etapas crónicas puedes estar estable", dice Ana en un mensaje a otros afectados por esta enfermedad de salud mental, y les aconseja que "cuiden la amistad, se alejen de las personas negativas y piensen en todo lo que valen", además de destacar el apoyo emocional y psicológico.
"Los nuevos tratamientos de la hepatitis C fueron la salvación"
Cuando a Adolfo García le dijeron que tenía un virus que no era ni el de la hepatitis A ni el de la B le invadió una sensación de confusión. Corrían los primeros años de la década de los 70. No fue hasta finales de los n 80 cuando lo pusieron nombre: hepatitis C. Gracias al acceso a los nuevos tratamientos está libre de la enfermedad.
Adolfo recuerda la superación de su patología y cómo era su vida antes de que la sanidad pública comenzara a financiar los nuevos antivirales. También cómo reivindicó junto a otros muchísimos pacientes que esos medicamentos, que tenían un alto coste económico, llegaran a todo aquel que los necesitase.
