Vacaciones. Época de descanso, desconexión… pero también de algunas atenciones si se trata de embarazadas, niños o mayores, los llamados “grupos de riesgo” por sus necesidades especiales.

Vacaciones en salud (y II)
  • 31 de julio, 2013
  • Grupo Hospitalario Quirón

1. Embarazadas en verano

Cuando el verano coincide con el embarazo, la mujer debe tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar las molestias típicas de su estado y, además, prevenir incidentes.

  • ROPA Y CALZADO. Transpirables. La ropa debe ser de algodón, ligero y transpirable; también la interior. Se recomienda que sea amplia y cómoda, para que sea fácil de poner y quitar, sin pliegues y con las mínimas costuras. El calzado también tiene que ser cómodo y transpirable, recomendando especialmente el uso de sandalias, ya que la vasodilatación, un mecanismo físico natural del embarazo, puede afectar especialmente a pies y tobillos. Si los edemas en esta zona son importantes, se puede reducir manteniendo los pies en alto o sumergiéndolos en agua fría durante los momentos de más calor.
  • SOL. Evítalo. Las salidas se deben limitar a las horas de menor intensidad solar, es decir, a primera hora de la mañana y última de la tarde. Cuando no se pueda evitar el sol, la cabeza debe protegerse con un sombrero, y no olvidar aplicarse crema con protección solar total tanto en la cara como en el cuerpo. No se recomienda tomar el sol porque pueden aparecer manchas en la piel debido a los cambios hormonales, los llamados cloasmas gravídicos, que en ocasiones permanecen durante años.
  • OJOS. Durante el embarazo aumenta la foto sensibilidad tanto de la piel como de los ojos. Es recomendable usar gafas de sol homologadas durante todo el día.
  • ACTIVIDAD FÍSICA. Siempre se recomienda realizar ejercicio ajustado a cada fase del embarazo, y durante el verano se pueden sustituir los paseos por el ejercicio en el agua, tanto en playas como en piscinas. La natación y la gimnasia en el agua se pueden realizar hasta el día antes del parto, y los baños con agua fresca, también en casa, son la mejor manera de combatir el calor.
  • DIETA. ¡Mucha agua! La importancia de hidratarse adecuadamente durante los días de calor es de sobra conocida por todos y las mujeres en la última fase de embarazo es uno de los sectores de la población más sensibles a los efectos de la deshidratación. Por ello deben tomar al menos dos litros de líquido al día, en forma de agua, zumos naturales y a través de alimentos que a la vez sean fáciles de digerir, como fruta, verdura y pescado. Deben evitar el consumo de carne puesto que su digestión es más pesada.
  • SUEÑO. Siempre que sea posible se recomienda dormir en una habitación con aire acondicionado, y si no, mantener la habitación lo más fresca posible, bajando las persianas durante el día para que no suba la temperatura.
  • VIAJES. La mujer embarazada sana puede viajar en avión, siempre y cuando el vuelo no dure más de 4 horas, durante los dos primeros trimestres del embarazo. Deberá caminar y moverse cada cierto tiempo para favorecer la circulación sanguínea. Puede viajar en coche, pero teniendo en cuenta que no debe conducir ella durante los dos últimos meses de gestación. Se recomienda consultar al médico sobre el viaje que quiera hacer por si ha de tomar alguna medida extra.
  • BOTIQUÍN. Debe llevar los complementos que le haya recomendado su médico y los medicamentos que necesite. Normalmente, la mayoría de las embarazadas tienen recomendado hierro y ácido fólico.

2. Bebés y niños en verano

  • ROPA Y CALZADO. La ropa debe ser preferiblemente de algodón o fibras naturales, clara, ligera y, en el caso de neonatos y bebés, que cubra sus brazos y piernas, además de un gorro que proteja su cabeza y su cara.
  • SOL. La radiación ultravioleta es particularmente perniciosa en la piel joven. Existe una importante relación causal entre el riesgo de melanoma y el haber sufrido quemaduras solares (ponerse rojo y pelarse) antes de los 18 años, y este riesgo es aún mayor cuanto más joven se es en el momento de la quemadura, debido a la inmadurez del sistema inmunológico. Los niños menores de 3 años no deben exponerse siquiera indirectamente a la luz del sol (ej. Debajo de la sombrilla en la playa o cerca de piscinas), y el resto de menores de edad no deben exponerse nunca entre las 12 y las 16 horas, ni siquiera con filtro solar. Antes de y después de las horas centrales del día deben usar un filtro solar SPF 50+ y PPD>18. Y, finalmente, es aconsejable que usen sombrero de ala ancha y gafas de sol, y ropa de protección solar al bañarse (lycras específicas y etiquetadas con un UPF>40).
  • PISCINA Y PLAYAS: RIESGOS DE LESIONES. Para los niños, el baño en piscina o en el mar representa uno de los mayores peligros. Las lesiones traumatológicas más frecuentes que ocurren en las piscinas suelen ser caídas al resbalar por no llevar protección adecuada en los pies en áreas húmedas (acceso, vestuarios, duchas…). En la mayoría de casos la zona afectada es el tobillo. Menos frecuentes son las lesiones cervicales por impacto contra el agua, debidas a lanzamientos sin la debida. precaución. Para prevenir estos riesgos es importante cumplir las normas, sencillas y claras, que están expuestas en los recintos de las piscinas. No se debe permitir que se tiren de cabeza en las zonas bajas de la piscina, podrían golpearse contra el fondo. En las playas debemos advertirles del peligro de tirarse desde las rocas, podrían caer sobe alguna roca no visible o saltar desde una roca excesivamente alta, podría tener una mala caída y sufrir un traumatismo o lesión medular.
  • PISCINA Y PLAYAS: OTITIS. Es la patología otorrinolaringológica más común en verano. Se debe a la exposición al agua y casi siempre está asociada a tapones de cerumen o a alteraciones en el conducto auditivo. Para prevenir esta infección es recomendable limpiar los tapones de cerumen antes de la época de baños.
  • MEDUSAS. La mejor forma de prevenir la picadura de medusas es evitándolas, ya que aunque son organismos marinos que no atacan, su manera de encontrar comida es picar todo con lo que se encuentran. Están compuestas de tentáculos con miles de células urticantes que al contacto con un cuerpo extraño disparan un veneno, produciendo pequeñas pápulas agrupadas en forma lineal. Provocan un fuerte dolor y picor. Ante el contacto con una medusa debemos de tener en cuenta las siguientes recomendaciones: no frotar la zona afectada, limpiar la picadura con agua salada, nunca con agua dulce, aplicar frío sobre la picadura pero no colocar directamente el hielo en ella. Si se nota un empeoramiento en el niño, se deberá llevar inmediatamente al hospital.
  • PICADURAS INSECTOS. No todos los niños reaccionan por igual a las picaduras de insectos. Hay quienes tienen los síntomas normales de una picadura, como hinchazón y enrojecimiento, y otros que son alérgicos. Normalmente, son las picaduras de mosquitos las que causan más molestias y las más abundantes en la época estival, pero son las avispas y las abejas las más peligrosas. Para evitar las picaduras de insectos debemos tratar de alejarlos de su cuerpo, con repelentes artificiales o insecticidas, muy eficaces para ahuyentarlos pero con efecto de duración limitada, y/o instalando telas mosquiteras en las ventanas para evitar que entren los mosquitos. Tras la picadura es importante evitar el rascado de la misma para evitar la sobreinfección de las lesiones. Existen en el mercado productos que calman el dolor y el picor y la inflamación circundante a la picadura.
  • OJOS. Los ojos de niños y bebés son más sensibles a las radiaciones solares que los de los adultos, y por ello también deben utilizar gafas de sol para proteger sus ojos de las radiaciones solares. Las lentes deben estar homologadas y los cristales filtrar al menos el 90% de los rayos UVA y UVB. En piscinas y playas es recomendable el uso de gafas de natación, que aíslan el ojo herméticamente y previenen la irritación.
  • DIETA. En el caso de bebés alimentados con la lactancia materna, se le debe ofrecer el pecho de manera frecuente; en el de bebés alimentados con lactancia artificial se debe suplementar el aporte de líquidos habitual con agua mineral, entre tomas y sin forzar la ingesta. En el caso de niños, ¡ojo con los refrescos! Debemos ofrecerles líquidos de forma frecuente evitando bebidas con cafeína, y que no estén ni muy frías ni muy calientes. Y después de comer, deben esperar un tiempo prudencial antes de irse a bañar, sobre todo si han comido mucho o el agua está demasiado fría.
  • SUEÑO. El sueño es una parte fundamental de nuestra vida, ya que durante éste nos recuperamos del desgaste energético diario. En la etapa infantil el sueño es un periodo clave del día porque es durante éste cuando se produce el crecimiento y se afianza el desarrollo cognitivo. En verano cambian los hábitos de toda la familia, y se puede decir que un pequeño, al igual que los papás, suelen acostarse más tarde. Se recomienda trabajar con franjas horarias, y no ser extremadamente estricto. Decidir ir a la cama entre las 20.00 y 22.00 es correcto. En el caso de bebés, independientemente si es verano o no, deben dormir entre 12 y 14 horas en total, contando pequeñas siestas. Es importante que en verano al ser las noches más cortas se fomente la siesta para que el niño descanse un número de horas adecuado. Se aconseja empezar la vuelta a la rutina unas 2 semanas antes de empezar el cole, intentando ajustarse a los horarios de las cenas y rutinas de ir a la cama, como los baños, etc…

3. Los mayores en verano

Las personas mayores son el principal grupo de riesgo de sufrir golpe de calor, un incremento de la temperatura corporal y alteraciones del sistema nervioso frecuente en los pacientes ancianos con enfermedades debilitantes. Se debe a que tienen menor porcentaje de agua corporal total, menor sensación de sed y por lo tanto mayor riesgo de deshidratación.

Para evitar los efectos del intenso calor se recomienda programar sus actividades al aire libre en horas no muy calurosas, tomar duchas o baños frescos, evitar comidas copiosas y bebidas alcohólicas, mantener una buena hidratación y usar ropa suelta de colores claros.

El verano altera los ritmos de descanso en los mayores: suelen tener dificultad para conciliar al sueño, se despiertan antes, y se quedan adormilados durante el día.

Para tener una buena higiene del sueño en verano es recomendable que los mayores:

  • se fijen un horario regular para acostarse y levantarse
  • eviten la siesta durante el día (o, en caso de hacerla, que no exceda los 45 minutos)
  • duerman en una habitación fresca
  • se acuesten cuando aparezca el sueño (evitar quedarse dormidos en el sofá)
  • no permanezcan en la cama en caso de desvelo.

Si te ha gustado, no te pierdas el Decálogo para unas vacaciones sin incidencias.

Este texto ha sido elaborado a partir de las reflexiones de los siguientes especialistas de Grupo Hospitalario Quirón:

Dr. Carlos Ruiz Escudero (Jefe de Otorrinolaringología Hospital Universitario Quirón Madrid); Dr. Enmanuel Barberá (Oftalmología Centro Oftalmológico Quirón A Coruña); Dra. Eulália Baselga (Dermatología Pediátrica Hospital Universitari Quirón Dexeus – Barcelona); Dr. Felipe Atutxa (Ginecología y Obstetricia Hospital Quirón Donostia); Dr. Fulgencio Molina Zapata (Jefe de Urgencias Hospital Quirón Murcia); Dra. Inmaculada Bodegas (Pediatría Hospital Quirón San José – Madrid); Dra. Isabel Aldanondo (Dermatología Hospital Quirón San José – Madrid); Dr. Joaquín Serrano (Medicina interna Hospital Quirón A Coruña); Dr. Jorge Muñoz (Pediatría Quirón Hospital Palmaplanas); Dr. José Alcázar (Jefe de Neumología Hospital Quirón Málaga); Dr. José Luis Díaz Rodríguez (Pediatría Hospital Quirón Campo de Gibraltar); Dr. Juan Enrique Costell (Urgencias Hospital Quirón Torrevieja).

La finalidad de este blog es proporcionar información de salud que, en ningún caso, sustituye la consulta con su médico. Este blog está sujeto a moderación, de manera que se excluyen de él los comentarios ofensivos, publicitarios, o que no se consideren oportunos en relación con el tema que trata cada uno de los artículos.